La opinión de Marcelo Mache
El
gobierno continúa con “medidas” que no frenan la pandemia (*)
El
presidente Alberto Fernández anunció este viernes por la mañana la continuidad
de las medidas restrictivas de la circulación en algunas concentraciones
urbanas, como el Amba, hasta el próximo 21 de mayo. En la práctica, esto
implica una vuelta de tuerca al esquema actual: es decir, mayores restricciones
a la circulación en general, en medio de una liberalización de la actividad
económica y sin medidas compensatorias para los trabajadores afectados.
Por medidas
contra la circulación el gobierno entiende mayores controles en puntos
neurálgicos de concentración ciudadana del Amba, restricciones al tránsito por
los principales accesos a CABA, mayor control de los permisos para circular,
adelantar el horario de cierre de comercios a las 19 horas para las zonas más
afectadas y “disuadir” y/o desalojar concentraciones urbanas (ferias, puntos de
intercambio, reuniones al aire libre, etc.), incluyendo las movilizaciones con
reclamos al poder político.
En su
discurso, Alberto Fernández mencionó una categorización de la situación
epidemiológica nacional en zonas de bajo, medio y alto riesgo, y existe una
cuarta categoría, de situación de Alarma Epidemiológica y Sanitaria. Las de
mediano riesgo las dejó en manos de los y las gobernadoras, a sabiendas que eso
implica un tránsito seguro a situaciones más peligrosas. Respecto a las
situaciones de alto riesgo se mantendrían las restricciones actuales y para las
de Alarma Epidemiológica y Sanitaria solo se agregaría alguna “innovación”
contra la circulación, sin afectar en casi nada la actividad económica.
Tal es así
que respecto a las clases, Alberto Fernández señaló que hoy funciona la
escolaridad presencial en 20 provincias de todo el país y que la modalidad
virtual solo sería para las zonas mas afectadas por los contagios, lo que
prepara las condiciones para el estallido de focos de contagio en las
provincias.
No más changas, ni
recursos
Las
restricciones del gobierno afectan particularmente a las y los trabajadores que
durante la pandemia se la han rebuscado para subsistir de diversas formas.
Uno de los
sectores más afectados son las ferias barriales y la venta de artículos, nuevos
y usados, por las redes sociales, donde miles de desocupados comercian ropas y
artículos de toda índole en ferias barriales y en puntos de encuentros que se
establecen en lugares céntricos de las ciudades, para concluir una venta
pactada por las redes sociales.
Se trata de
actividades que reúnen a cientos de personas en distintos puntos de las
localidades del Conurbano bonaerense y en varios barrios carenciados de CABA y
que el gobierno nacional, la provincia, las intendencias y
Estas
concentraciones no se producen por una conducta antojadiza o desafiante, sino
por la simple necesidad de subsistencia, ante la política criminal de un
gobierno que ha eliminado los escasos recursos de asistencia económica directa,
como el IFE y que no ha proyectado ni resuelto ninguna política para garantizar
el ingreso económico de las familias pobres, en el marco de un crecimiento
exponencial de la pobreza y el hambre.
Fernández
reivindica, en su discurso, la “ampliación” de la cobertura social y económica
para los más pobres: una impostura completa. El crecimiento en los programas
Potenciar Trabajo ha sido ínfimo y no guarda ninguna relación con los 3
millones de nuevos pobres que este gobierno ayudó a crear. Los recursos
destinados a
El
presidente mencionó que han “reforzado las partidas para comedores escolares,
comunitarios y compra centralizada de alimentos”, lo que implica otra gran
mentira, ya que el gobierno recortó drásticamente el suministro
alimentario, pasando a esquemas descentralizados que alcanzan solo a
una porción de lo poco que se accedía antes.
Apriete sobre los
trabajadores
No solo
esto, la continuidad de estas medidas buscan seguir apretando las restricciones
sobre la clase obrera, la cual a su vez es forzada a ir a trabajar todos los
días, en un escenario donde la casi totalidad de la actividad económica se
encuentra habilitada. Esto es lo que produce las aglomeraciones de gente en las
cabeceras de los trenes y el subte, en los horarios pico de circulación. Lo que
no se soluciona con más efectivos policiales custodiando las inmediaciones de
las grandes estaciones.
Los
trascendidos respecto a nuevo empadronamiento de las actividades esenciales,
para bajar la circulación, chocan de lleno con las aspiraciones del gobierno de
no tocar los intereses patronales, lo que en la práctica se traduce a una mayor
presión contra los trabajadores, habilitados o no. Recordemos que muchos
trabajadores desarrollan su actividad en el marco de la informalidad y también
son alcanzados por los controles y restricciones implementados.
A esto se
agrega el ajuste que se desenvuelve contra los salarios y los bolsillos
obreros. Alberto Fernández reivindicó el “aumento” en el salario mínimo, como una
medida más del paquete de incentivos a los más vulnerables. Contabilizado el
aumento de la cuota de abril, perdió casi un 17% contra la inflación y llegaría
a $29.160 recién en febrero del 2022. Entonces ¿qué celebra Fernández?
Lo mismo
ocurre con los jubilados para quienes el presidente mencionó un bono. Se trata
de un sector que ya perdió un 5% del poder adquisitivo de sus ingresos gracias
a la reforma del gobierno nacional, dinero que irá a parar a las arcas de FMI.
Contra la protesta
social
El otro
punto del cual se han hecho eco los distintos gobiernos y los medios de la
burguesía es respecto al desarrollo de las acciones de lucha de los
trabajadores ocupados y desocupados.
El
secretario de Articulación Federal del Ministerio de Seguridad, Gabriel Fucks,
viene de señalar: “No vamos a permitir movilizaciones que entren en bloque a
El ataque a
las acciones de la clase obrera no solo busca crear un chivo expiatorio en
medio de la enorme responsabilidad que le cabe al gobierno por la circulación
masiva de trabajadores y la ausencia de protocolos sanitarios en los lugares de
trabajo, sino que busca ocultar la desidia de un gobierno que ha dirigido todos
los recursos económicos al acuerdo con el FMI, deprimiendo las condiciones de
vida de millones de personas.
De lo que
no ha hablado una sola palabra el presidente es respecto a las medidas que el
gobierno debería tomar sobre el laboratorio mAbxience, de Hugo Sigman, para
hacerse de las vacunas que se producen en el país. O de una reducción de la
circulación manteniendo únicamente la actividad estrictamente esencial, con
protocolos sanitarios elaborados y controlados por los trabajadores, y el pago
del 100% de los salarios a esenciales y no esenciales. Esto y un seguro
económico de $40.000, para desocupados y trabajadores independientes afectados
por las medidas, reduciría drásticamente la circulación, bajando los contagios
y descomprimiendo el sistema sanitario bajo colapso.
Las medidas
del gobierno mantienen y amplían las restricciones sociales y económicas sobre
los trabajadores, sin ningún efecto sobre los contagios, ya que no suplen la
obligación de asistir al trabajo y/o de alimentarse. Es necesario un giro de
180 grados que anteponga los intereses obreros y populares al lucro capitalista
y ponga la gestión de los recursos económicos, sociales y sanitarios bajo los
trabajadores.
(*) Prensa obrera,
30/4/021
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