Picada de noticias en el recuerdo
Luis Bruschtein y la cuenta regresiva (*)
“El
restablecimiento de la hegemonía neoliberal y de los Estados Unidos en la
región se expresó en la actitud de esta semana contra Venezuela. En una
decisión que retrotrae a la expulsión de Cuba en los 60,
“Desde el
pomposo y carísimo country de Cumelén en Villa
“La
estrategia electoral que anuncia el oficialismo será responsabilizar a otros
por esos problemas, ya sea la crisis internacional que no supieron prevenir, el
clima que arruinó las previsiones de cosechas o la consabida “pesada herencia”.
Es una estrategia ya vieja. La usaron desde el principio y a esta altura
solamente el núcleo duro más gorila y macrista la puede asumir. Pero está
demostrado que en este país puede pasar de todo, como lo refleja la lluvia de
encuestas que dan resultados para todos los gustos. Se puede sacar algún común
denominador, mínimo. Por ejemplo, las encuestas instalaron un escenario con
Macri y Cristina Kirchner como principales candidatos. En algunos gana por poco
la ex presidenta. En otros gana por poco Macri en segunda vuelta. La ex
presidenta fue ganando imagen positiva y perdió imagen negativa, en la que es
superada en todas las encuestas por Macri, incluso en las que lo dan como
ganador. O sea que, según estas encuestas, lo votarían incluso algunos que
tienen una imagen negativa suya. Evidentemente sería así porque tendrían una
imagen aún más negativa de la ex presidenta. En esa lógica, si Cristina
Kirchner fuera candidata, no necesitaría bajar su imagen negativa, sino que
bastaría con lograr que la de Macri sea peor. Pero la ex presidenta hasta ahora
no ha dicho si será candidata. Los cambios en las encuestas y en la mirada de
la sociedad se produjeron sin que Cristina Kirchner moviera un dedo para que
sucedieran. Mantener el silencio, o por lo menos no aparecer como candidata, ha
sido una decisión que funcionó como estrategia frente a la fuerte presión de
dos factores. El primero es el asedio judicial al que es sometida con su
familia por jueces y fiscales del oficialismo. El segundo es la profunda crisis
económica que provocó el gobierno de Cambiemos, la destrucción del Estado y el
empobrecimiento de la sociedad”.
“Más allá
de emitir varios comunicados o cartas sobre la situación, la ex presidenta no
mostró la intención de ponerse a la cabeza de la oposición. Nadie podrá
acusarla de pretender eternizarse o de haber disputado espacio y poder para
ocupar ese lugar. Hasta ahora, Cristina Kirchner no es candidata. Las
autoridades del PJ, el kirchnerismo y el moyanismo le han pedido al massismo
que se integre con ellos en una sola interna. Los precandidatos Agustín Rossi y
Felipe Solá, así como Pablo Moyano se manifestaron en ese sentido. Sergio Massa
no respondió oficialmente, pero se desplaza hacia una alianza por fuera de esa
convocatoria, aunque la realidad le es esquiva, así que todo está por verse. El
gobernador de San Juan, Sergio Uñac, que se había mostrado en las reuniones de
gobernadores con Massa, llegó a un acuerdo de unidad con José Luis Gioja. Lo
mismo el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, que acordó ir junto al Frente
para
“Íbamos
bien, hasta que nos pasó esto de la economía” fueron más o menos las palabras
de la vicepresidenta Gabriela Michetti. Esto de la economía está levantando
polvareda en todas las formaciones políticas. Los procesos y los candidatos que
se pensaban ante de que sucediera esto de la economía han sido trastocados. Y
como sucede en política, los melones se acomodan de abajo hacia arriba. Desde
los intendentes hasta los gobernadores que buscan sostener sus posiciones en el
territorio. Y al final, las candidaturas nacionales serán las que más se
ajusten a esa premisa. La decisión de María Eugenia Vidal de despegar las elecciones
provinciales de las nacionales provocó una tormenta en
“Todo
puede pasar en sociedades que son laboratorios de nuevas técnicas y sistemas de
comunicación que alteran comportamientos conocidos en la política. Pero los
números de esta encuesta parecen dibujados ad hoc para que Macri impida la fuga
de los gobernadores que debilita aún más su candidatura. Si estos números
fueran funcionales no se habría planteado la fuerte disputa con la gobernadora
María Eugenia Vidal. Nada sería mejor para los gobernadores que una candidatura
nacional que traccionara sus propios nombres. Pero otras encuestas señalan que
Vidal sólo tiene posibilidades de ganar si despega de la fuerte caída de imagen
de Macri en el distrito bonaerense. Estas cifras muestran que al separar las
elecciones, Vidal tendría posibilidad de sumar hasta diez puntos. “Esto de la
economía” se va a poner peor a lo largo del año que apenas empezó porque las
caídas se producen como una bola de nieve. Y de la misma manera, los escenarios
se pondrán cada vez más difíciles para el oficialismo. No es una adivinanza ni
una expresión de deseos sino una lectura de los hechos. Pero pocas veces como
ahora, las élites se han comprometido tanto con un gobierno. Además tienen un
contexto regional de gobiernos derechistas que restablecieron la hegemonía
norteamericana que los favorece. Cambiemos no es una fuerza política
democrática a pesar de que fue elegida democráticamente. En las elecciones de
2015 usó promesas falsas, trampas mediáticas, ofensivas judiciales sin sustento
y campañas de difamación en las redes. Desde el gobierno persiguió a la
oposición, compró voluntades, copó gran parte del Poder Judicial, desnaturalizó
los organismos de control ocupándolos con ultraoficialistas, favoreció a las
empresas de sus miembros y destruyó medios críticos. Sería ingenuo pensar que
con esos antecedentes Cambiemos aceptaría en forma resignada un resultado
contrario en las urnas. Queda un tramo corto hasta las elecciones, pero en el
que todavía pueden intentar medidas desesperadas como intensificar la persecución
judicial a Cristina Kirchner y su familia. Habrá que esperar una campaña
sangrienta desde el oficialismo”.
(*) Página/12,
12/1/019.
Comentarios
Publicar un comentario