Picada de noticias en el recuerdo
La columna política de Luis Bruschtein
Iba
a pasar (*)
Iba a
pasar: un empresario denunció al fiscal Carlos Stornelli por pedir coimas
millonarias en la causa de las fotocopias de los cuadernos; Techint acusó a
Mauricio Macri por atentar contra la propiedad; acusaron a 92 intendentes y
citaron a indagatoria a Cristina Kirchner y a más de cien ex funcionarios y
empresarios y
La
utilización sistemática de
El
personaje central de la denuncia contra Stornelli, el abogado Marcelo
D’Alessio, embarra a medio macrismo: su tío es el escribano General de
Iba a
pasar que en algún momento saliera a la luz este personaje o algún equivalente.
Porque el método se repite y queda expuesto. Pero el desastre económico, usado
también para favorecer a las empresas de los funcionarios del gobierno terminó
por afectar al empresario más fuerte del país, Paolo Rocca, el jefe de Techint,
a quien Macri le sacó por decreto los subsidios a la explotación en Vaca
Muerta. A pesar de los obstáculos, la guerra judicial sigue. Durante la
semana,
Al mismo
tiempo, fueron procesados 92 intendentes por supuesta corrupción en la
recolección y tratamiento de la basura. No es que está investigando si
realizaron las obras convenidas. Procesaron a todos al voleo. No tan al voleo.
Por ejemplo, el ex intendente anti “k” de Bariloche, Omar Goyé, fue sobreseído
y nunca realizó las obras que tendría que haber hecho. Pero procesaron al ex
intendente Rafael Williams, de Esquel, que realizó la obra para el reciclaje de
la basura. Los procesaron a todos. Ruido mediático, portadas de medios
oficialistas, notas en la televisión y la radio sobre la corrupción de los
intendentes peronistas. Después, cuando todos se olviden, se verá. Iba a pasar.
Todo el andamiaje de persecución sistemática está en juego. Además de los 92
intendentes peronistas, a fines de febrero comienza el desfile de casi cien ex
funcionarios y empresarios, encabezados por Cristina Kirchner, citados a
indagatoria en una ampliación de la causa de los cuadernos. El último en
declarar será el ex ministro Julio De Vido. Más ruido sobre la corrupción
peronista-kirchnerista para la campaña de reelección de Macri.
Sin
propuestas creíbles y sin poder exhibir ni un sólo logro de su gestión, la
corrupción estará en el centro de la campaña de Mauricio Macri. Tratará de
contrarrestar con ese discurso el efecto de la tragedia económica. La lluvia de
citaciones y procesamientos da la pauta. No se trata de convencer a nadie que
la corrupción no existió, sino que casi todas las causas están armadas en forma
irregular y por funcionarios muy parcializados. La insistencia con esta
metodología, después de cuatro años de gobierno, sigue siendo el único
argumento electoral. Pero la utilización a mansalva de
Quizás
resulte más fácil verlo en Brasil. Un juez que reconoció que no tenía pruebas,
condenó “por íntima convicción” a Lula, que era el candidato con más respaldo,
según las encuestas. El juez favoreció de esa manera el triunfo del candidato
opositor, quien tras ganar, inmediatamente lo designó Ministro de Justicia. El
juez fue corrompido con la promesa del poder para condenar a Lula. Ahora la
jueza que este magistrado dejó en su reemplazo, volvió a reconocer en otra
causa que no tiene pruebas para demostrar que una quinta es propiedad de Lula,
pero lo condenó porque tenía “la íntima convicción” de que la quinta era suya y
que los arreglos que se le hicieron fueron en calidad de coima.
La
desproporción es absurda. Cuando uno de los arrepentidos denunció que había
direccionado coimas a empresarios y funcionarios para que se apruebe el
soterramiento del Sarmiento, se llegó a suponer que la coima ascendía a ocho millones
de dólares. Es la cifra que tenía José López en su poder cuando fue detenido.
Las obras, finalmente comenzaron con el gobierno de Macri. Pero las coimas por
las que se acusa a Lula son un departamento en una playa muy popular, –como
decir Mar de Ajó- en la primera causa. Y por los arreglos en una quinta, en la
última condena. Los arreglos no llegan ni a 200 mil dólares. Es ridículo pensar
que un presidente que supuestamente administró coimas de millones de dólares
hubiera recibido esas migajas. Las cantidades son absurdas cuando se las
compara, y encima no tienen pruebas y lo tienen que condenar por “íntima
convicción” y además, el juez es nombrado ministro por el candidato al que
favoreció al encarcelar a Lula. Algunas de esas situaciones se pueden
extrapolar a
La
destrucción de la economía es evidente tanto para oficialistas como opositores.
La demolición de
(*)
Página/12, 9/2/019.
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