Picada de noticias en el recuerdo

 


Elecciones neuquinas: la opinión de Carlos Galván

Neuquén y la paradoja del Gobierno: festejar saliendo terceros lejos (*)

Suena a paradoja absoluta. El candidato de Cambiemos, el radical Horacio “Pechi” Quiroga, salió este domingo tercero lejos -quedó a más de 20 puntos del reelecto Omar Gutiérrez- en la elección neuquina y la administración de Mauricio Macri igual salió a celebrar. En el actual escenario político, y sobre todo económico, la razón del festejo del Gobierno fue la derrota del kirchnerismo, que en las últimas semanas se había envalentonado y se entusiasmaba con lograr una retumbante victoria en la primera elección a gobernador del año.

La Casa Rosada había arrancado mal la carrera electoral, con la caída del macrista Carlos Mac Allister en la primaria pampeana de Cambiemos. Luego, quedó atrapada en el intríngulis de la interna de la UCR de Córdoba. Y ahora enfrentaba con pavor un eventual triunfo del kirchnerista Ramón Rioseco en Neuquén. Un K parado arriba de Vaca Muerta.

Para que la pesadilla del macrismo fuera aún más oscura, este domingo durante todo el día estuvo la versión de que Cristina Kirchner viajaría a Neuquén a celebrar ante un eventual triunfo de su candidato. ¿Cómo harían para contrarrestar Marcos Peña y Jaime Durán Barba la potencia de semejante imagen en el debut del calendario electoral?

Por eso, en la noche del domingo en el Gobierno admitían que la sensación era de alivio, de respiro. Macri sale fortalecido, pero no por un triunfo propio sino por la derrota de la ex presidenta.

Pero el fracaso electoral del kirchnerismo viene con yapa para Macri. El Presidente tiene un vínculo estrecho -también su ministro del Interior Rogelio Frigerio- con el gobernador Omar Gutiérrez.

Es más: la relación de Macri con el mandatario reelecto es más cercana y sincera de lo que se conoce. En lo que en otros podría sonar a atrevimiento, el año pasado el neuquino le sugirió al Presidente que hiciera cambios en el gabinete nacional.

Otra lectura que deja la votación de este domingo es que los oficialismos siempre son duros de vencer debido a toda la estructura -y caja- que manejan para sus campañas. Se aplica al MPN, una máquina implacable de ganar elecciones desde la década del 60. ¿La máxima podrá aplicarse también a Cambiemos para la elección presidencial de octubre?

En el Gobierno, además, había alarma en la elección neuquina por cómo podía impactar en la votación a gobernador en la vecina Río Negro, donde se vota ya el 7 de abril. El peronista Martín Soria -aliado al kirchnerismo- apuesta a destronar al actual gobernador Alberto Weretilneck.

Lo de Neuquén también parece haber llevado ayer una brisa de calma a Weretilneck, jefe al igual que Gutiérrez de un partido provincial. “La elección neuquina ratifica la elección de los patagónicos de gobiernos provinciales equidistantes de los partidos nacionales”, dijo a Clarín el rionegrino. “Significa que la polarización y la grieta nacional no entran en las elecciones provinciales”, agregó.

(*) Carlos Galván,  Clarín, 11/3/019.

 

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