La reflexión de Sergio Zabalza
La huella de Alberdi en el desencadenamiento argentino
Página712
29 de febrero de 2024
- 00:21
“… la locura. Lejos, pues, de ser un insulto
para la libertad, es su más fiel compañera; sigue como una sombra su
movimiento”.
Jacques Lacan
Cual muestra del más fantástico realismo mágico,
el escenario político argentino se ha visto sacudido con el resultado de las
elecciones presidenciales del pasado 19 de noviembre. En las mismas resultó
ungido un candidato extravagante quien, entre sus muchas y disparatadas
declaraciones, figura aquella según la cual la justicia social es una
aberración. De esta forma el neoliberalismo ha retornado a la cima del poder
político criollo de la mano de un discurso que hace de la libertad una rehén de
la fantasía narcisista por excelencia: el individuo. Ilusión que el delirio
privado del alienado ilustra a cielo abierto. A manera de metáfora proponemos
entonces considerar la hipótesis de un desencadenamiento social en este
resultado electoral que habilita eliminar derechos ciudadanos para así
consagrar al Individuo como el nec plus ultra de la
democracia. Ahora bien, si es cierto que un desencadenamiento jamás está
escindido del legado social que lo produce, se hace interesante rastrear entre
los textos fundantes de la institucionalidad argentina las huellas
significantes que hoy asoman su mórbida mueca en el actual derrape que afronta
la sociedad de nuestro país.
Juan Bautista Alberdi revista como una de las
fuentes ideológicas de Javier Milei. En los últimos años de su vida este
jurista liberal argentino adoptó posiciones teóricas extremas. Entre ellas,
considerar que
Es bueno recordar que hace tiempo ya el psicoanálisis
formuló una instancia superadora. En Psicología de las masas –texto
que no por casualidad aborda el tema de la identificación- Freud se encargó de
señalar que no hay individualidad posible sin el socio que la sostenga, habida
cuenta de que un lapsus, un olvido o un síntoma dan cuenta de la relación con
un Otro determinante, el cual no se limita de ninguna manera al adulto de los
primeros cuidados, sino que refiere también –por vía de lo simbólico– al
entorno social. Dice: “En la vida anímica del individuo, el otro cuenta con
total regularidad, como modelo, como objeto, como auxiliar y como enemigo, y
por eso desde el comienzo mismo la psicología individual es simultáneamente
psicología social en este sentido más lato, pero enteramente legítimo”. Así,
por habitar en un pliegue de lo público, la intimidad del sujeto (a diferenciar
del coto privado del individuo) permite que un enunciado no se transforme en la
certeza propia de un orden paranoico, instancia del odio si las hay. Lo cierto
es que hoy tenemos un presidente que gusta dirigirse a los “argentinos de bien”
para así excluir a los que no piensan como él. Un país …privado.
Sin Patria no hay nombre que se sostenga
Desde esta perspectiva la opción Milei no hace
más que actualizar una confrontación carente de tramitación entre las
libertades individuales y el dominio del estado sobre los ciudadanos. Una
polémica que, para decirlo de una vez, Alberdi llevó a la dimensión del delirio
al afirmar que “la libertad del individuo (…) es la libertad patriótica por
excelencia”. Perspectiva que anula toda posibilidad de existencia en comunidad.
De hecho, se habla del resentimiento y la melancolía presente en esta tardía
etapa del jurista argentino que con sus Bases había dado forma
al ingreso de nuestro país en el orden capitalista.
La reciente y traumática historia de nuestro
país así lo atestigua. Con probabilidad pocos ejemplos ilustran la constitución
del sujeto a partir del Otro como la lucha de los familiares de los niños a los
que les fue arrebatada su identidad durante el terrorismo de estado: deuda
simbólica si las hay. El nombre, que es un significante, representa a un sujeto
para otro significante –que en este caso es la comunidad hablante toda. Por eso
cada bebé robado es un lugar menos en el ser social que nos habita como seres
hablantes. En este punto se hace interesante recordar que, bajo el seudónimo de
Figarillo, Alberdi hablaba con desprecio de las “verdades guachas” al
referirse a los saberes sin autoría. Lo cierto es que basta recordar que –tal
como afirma Michel Foucault- “el autor no es exactamente ni el propietario ni
el responsable de sus textos; no es ni el productor ni el inventor” para,
al menos, poner en tela de juicio la cuestión de la propiedad privada cuando
del orden simbólico se trata. De esta forma “El 'guacho' y la ´patria sin
hijos´ son la quintaesencia (…) del pensamiento liberal y, ahora, libertario.
¿Por qué? Porque el pensamiento liberal que eleva las banderas de la libertad
(es decir, el sujeto libertario) subsume la dependencia a alguien o a algo en
pos de evitar la idea de la sujeción a la patria”. Es decir, el rechazo a la
deuda simbólica. De allí que de manera tan siniestra como inevitable la
delirante libertad que propone Milei se acompañe del negacionismo y la reivindicación
de la dictadura. Desde este ángulo, el desencadenamiento neoliberal argentino
traduce un dispositivo (una motosierra) implementado para eliminar, en la
enunciación del sujeto, todo atisbo que revele el lazo simbólico que nos
constituye como seres hablantes: ese mismo lugar que nos hace decir
Para terminar: si bien Alberdi no mostraba la
extravagancia de nuestro actual presidente electo y su profusa producción
escrita jamás fue denunciada por plagio tal como sucede con los libros de
nuestro mandatario libertario, se hace interesante destacar la posición común
que estos dos personajes guardan respecto al lugar simbólico del Padre. El
jurista que solo contempla individuos fue huérfano temprano de su madre y
-tutelado por su hermano mayor Felipe- recibió la crianza de su hermana
Tránsito. Ya pronto a morir, le negó la herencia su hijo. Por su parte Milei
–que despectivamente trata de “progenitores” a sus padres-, deposita toda su
confianza en su hermana Karina (a quien llama “El Jefe”), al tiempo que
considera a sus perros como sus hijos. ¿Quién podría asombrarse entonces de la
ausencia de la palabra Patria en el discurso de este mandatario electo que
trazó su campaña en base a injurias, amenazas y el recurso de transformar en
Enemigo a quien piensa distinto? Cualquiera sea la respuesta, huelga recordar
que Javier Milei fue elegido por sujetos libres en elecciones libres,
realizadas con absoluta libertad, tal como corresponde a una democracia.
Liberal.
Salud.
*Psicoanalista. Doctor en Psicología por
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