Artículos publicados en Ser y Sociedad
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El gran Octavio Paz
(31/3/010)
El 31 de marzo de 1914 nació
en la ciudad de México Octavio Paz, prestigioso y polémico poeta, escritor,
ensayista y diplomático mexicano. Considerado uno de los más importantes escritores
del siglo pasado y uno de los más grandes poetas de la historia de la lengua
castellana, Octavio Paz escribió una
vastísima obra que abarcó varios géneros, sobresaliendo los textos poéticos, el
ensayo y las traducciones.
El nacimiento de Octavio Paz
se produjo en medio de la revolución mexicana. Su progenitora, Josefina Lozano,
se encargó de su crianza, con la ayuda inestimable de una tía y de su abuelo
paterno, Ireneo Paz, intelectual liberal y novelista que formó parte del
ejército de Porfirio Díaz. Su padre, Octavio Paz, fue escribano, abogado y
militante político. Trabajó para Emiliano Zapata y tuvo un rol protagónico en
la reforma agraria posterior al proceso revolucionario. Ello explica sus largas
ausencias del hogar.
El proceso educativo de
Octavio Paz comenzó en Estados Unidos. Estudió la preparatoria en la Ciudad de México, en el
Colegio Francés-Morelos, hoy denominado Centro Universitario México. Fue su
abuelo, quien conocía la literatura clásica y el modernismo mexicano, el que lo
introdujo en el mundo de la literatura. Durante la década del veinte Octavio
Paz tuvo conocimiento de importantes poetas del continente europeo como Gerardo
Diego, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado. Siendo un adolescente publicó su
primer poema. Cerca de los veinte años publicó “Luna Silvestre” (colección de
poemas). Promediando la década del treinta era considerado en su país el poeta
más importante de su generación y con mejor futuro. Al finalizar sus estudios
universitarios en la UNAM
(Universidad autónoma de México) se dirigió a Yucatán en busca de trabajo. En
ese entonces comenzó a elaborar su poema “Entre la piedra y la flor”, una fiel
descripción del colapso religioso del campesinado debido a la brutalidad del
sistema capitalista.
En 1937 visitó España y tomó
partido por los Republicanos, cuya ideología influyó sobremanera durante sus
primeros años como escritor. Al regresar a México participó en la creación de
la revista literaria “Taller”. En 1943 se dirigió a Estados Unidos a raíz de la
obtención de la Beca Guggenheim.
Estudió en la Universidad
de California y dos años después comenzó a servir como diplomático. París fue
su destino. En 1950 publicó uno de sus libros más famosos: “El laberinto de la
soledad”. El profesor Patricio Eufraccio Solano, de la UNAM , dice respecto a este
texto: “En los ensayos que forman “El laberinto de la soledad”, se evidencia
una creciente madurez prosística de Paz y una definición, casi total, de su
discurso narrativo. En estos momentos Paz es ya un hombre que se acerca a los
cuarenta años de vida, con un caudal poético de varios libros y una trayectoria
modesta, pero sólida, como crítico. La temática del libro no es, de ninguna
manera, original, ni para esa época ni, muchos menos, para el momento actual,
sin embargo, aún en nuestros días resulta deslumbrante la forma en que son
tratados algunos de sus subtemas, como el relativo a las “máscaras” con las que
el mexicano se resguarda del mundo. Son los años en que Paz se manifiesta con
un gran deseo y pujanza creativa”.
Durante la década del
cincuenta Paz escribió muchísimo. En 1959, por ejemplo, apareció la segunda
edición de “El arco y la lira”, revisada puntillosamente por el propio Paz. En
1962 fue nombrado embajador de México en la
India. La tierra de Gandhi recibió a un
prestigioso intelectual quien encontraría, en ese lejano lugar, a la mujer de
su vida: Marie José. Paz reconoció que su estadía en la India fue sencillamente
memorable. Su creatividad, alimentada por el amor a Marie José, se tradujo en
relevantes libros de poesía y en cinco ensayos. En 1963 comenzó a ser premiado.
El primero fue el “Premio Internacional de Poesía de Knokke le Zoute (Bélgica),
premio que había caído en manos de Saint-John Perse y Jorge Guillén. Pero no
todo fue poesía y amor en la vida de Octavio Paz. En aquella época definió su
dura personalidad humanista, defensora de las libertades y derechos
individuales, enemiga, por ende, de los totalitarismos (nazismo y estalinismo).
También en aquel entonces México fue sacudido por movimientos sociales que
preocuparon hondamente al poder político. En 1968 el gobierno de Gustavo Díaz
Ordaz decidió poner fin a las revueltas estudiantiles lanzando al ejército en
su contra. Octavio Paz, indignado por lo que estaba aconteciendo en su país,
renunció a su cargo de embajador en la India.
No regresó a México durante los siguientes tres años.
La renuncia hizo de Paz una
figura respetada en todo el mundo. Durante su “exilio voluntario” pronunció
conferencias y dictó clases en diversas universidades del mundo. Su obra
comenzó a reflejar su situación vital. El libro “Posdata” lo puso en evidencia.
Se trata del desarrollo y ampliación de una conferencia pronunciada en la Universidad de Texas (Austin)
el 30 de octubre de 1969, en la que alude a la “Matanza de Tlatelolco” acaecida
en México un año antes (represión contra los estudiantes).
Paz regresó a su país natal en
1971. El 10 de junio debía dar un recital de poesía en la Facultad de Filosofía y
Letras de la UNAM ,
pero debió suspenderse porque el gobierno reprimió nuevamente. Paz convenció a
Julio Cherer, director general del periódico Excélsor, para crear la revista
mensual de cultura “Plural”. En 1976 fue cerrada por orden del entonces
presidente Luis Echeverría. Pero Paz no se dio por vencido. Junto con otros
intelectuales fundó la revista “Vuelta”, considerada la de mayor prestigio de
todas las creadas por Paz. Tenía sesenta años. Su fama era mundial, al igual
que su prestigio.
En 1990 alcanzó la cúspide de
la celebridad al recibir el Premio Nóbel de Literatura. Su pasión literaria
continuó hasta el fin de su vida, que se produjo el 19 de abril de 1998 en la Ciudad de México. Tenía 84
años.
Transcribo a continuación
algunas máximas del gran escritor:
-“A la caída del Imperio
Romano, la Iglesia
lo sustituyó”.
-“La arquitectura es el
testigo insobornable de la historia porque no se puede hablar de un gran
edificio sin reconocer en él el testigo de una época, su cultura, su sociedad,
sus intenciones (…)”.
-“La democracia es el régimen
de las opiniones relativas”.
-“La soledad, el sentimiento y
conocimiento de que uno está solo, excluido del mundo, no es una característica
exclusivamente mexicana. Todos los hombres, en algún momento de sus vidas, se
sienten solos. Y lo están. Vivir es separarse de lo que fuimos para acercarnos
a lo que seremos en el futuro. La soledad es el hecho más profundo de la
condición humana”.
-“Sin democracia, la libertad
es una quimera”.
-“Toda dictadura, sea de un
hombre o de un partido, desemboca en las dos formas predilectas de la
esquizofrenia: el monólogo y el mausoleo”.
-“La historia del siglo XX es
la historia de las utopías convertidas en campos de concentración”.
Fuentes:
-Octavio Paz. De Wikiquote, la
colección libre de citas y frases célebres.
-Octavio Paz. El hombre y su
obra. Autor: Patricio Eufraccio Solano, UNAM; marzo de 2000.
-Octavio Paz. De Wikipedia, la
enciclopedia libre.
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