La reflexión de Florencia Donovan
La reflexión de Florencia Donovan
La economía entra
en el segundo round electoral (*)
Precios "negociados"
Reestructuración en veremos
La economía entra
en el segundo round electoral (*)
"Por primera vez en cuatro semanas nos dijimos:
'Hasta el lunes'", bromeó el viernes una fuente del Banco Central (BCRA). Las reuniones que hubo ese
día con representantes de las cámaras que agrupan a las entidades bancarias ABA
(de los bancos internacionales) y ABE (de la banca especializada) tuvieron otro
tono. Después de un lunes y un martes violentos, la salida de depósitos fue mermando a lo largo de
la semana pasada, y para el viernes no pocos en el Gobierno consideraban que
el mercado
cambiario ya
podría estar dando señales de estabilidad.
"En términos de porcentaje,
si el lunes cayeron entre 5 y 6% los depósitos en dólares, el viernes estábamos
en 1,5%", describe el presidente de un banco extranjero con una importante
red de sucursales. "Y la semana que viene [por esta] ya no hay tantos
pedidos de retiros en las sucursales, se calmó bastante. Creo que va a seguir
un goteo, pero mucho más chico", asegura.
Pero recién termina para Mauricio
Macri el primer round y comienza el segundo de varios más que deberá enfrentar
al menos hasta el 27 de octubre. Las heridas de este primer encuentro son lo
suficientemente profundas como para advertir que los siguientes rounds no serán
fáciles, tanto para Macri como para su principal adversario, Alberto Fernández,
que aunque es claramente más fuerte hoy, goza de escasa credibilidad entre los
inversores que deberán esponsorearlo en el futuro.
En el corto plazo, el salto
cambiario y la aceleración inflacionaria están generando tensiones en algunas
de las medidas que el Gobierno había lanzado antes de las PASO en un intento de
aliviar el bolsillo de la gente. Los bancos y los comercios ya le advirtieron
al ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, que no quieren seguir
financiando los planes Ahora 12 y Ahora 18, cuando las tasas de interés del
sistema financiero superan el 80% anual. Las partes están negociando para que
el beneficio no desaparezca del todo: la idea sería en principio bajar el
número de cuotas a solo seis.
Precios "negociados"
También la renovación del programa
Precios Cuidados se relanzará esta semana con cambios. Muchas empresas le
pidieron al Gobierno que les habilite un ajuste de precios del 10% o una
cláusula gatillo atada al dólar, pero la idea de la Secretaría de Comercio
sería validar no más del 5%. En respuesta, algunas compañías ya adelantaron a
los supermercados que se retiraban del plan; otras aceptaron una salida más
elegante, pero no necesariamente más favorable al consumidor: cambiarían el
producto con el que participan del programa por algún otro de su portafolio,
para que de esa manera la comparación histórica de precios no sea lineal.
Claramente, el programa debería
llamarse "Precios Negociados". Un lujo que se dan las empresas hoy y
que posiblemente extrañen si el Frente de Todos se impone en las elecciones.
En Producción hay quienes exploran
la posibilidad de relanzar líneas de financiamiento productivo para pymes, pero
la idea podría no pasar el filtro del BCRA. "¿Para qué serían? ¿Para
financiar la corrida? No me hagan reír", dijo una fuente, entre el
cansancio y el asombro.
Aunque todavía no manejan cifras
firmes, en el Gobierno reconocen que después de las PASO la tendencia de una
inflación desacelerándose al 1,8% se quebró. El índice que mide los precios al
consumidor ganó bríos en agosto como para rebotar por encima del 3,5% el mes
pasado (el dato oficial se conocerá este jueves) y volver en septiembre a
ubicarse más cerca del 4 por ciento.
No pocos delegados sindicales
están pujando por estas horas para poner en marcha la cláusula de revisión
incluida en los acuerdos salariales que habían sellado pocas semanas antes de
que comenzara el invierno. En Producción y Trabajo esperan poder contener esas
presiones hasta mediados de octubre, una vez que se conozca el IPC oficial para
septiembre (se difundirá el miércoles 16). "Ningún sindicalista, salvo
[Hugo] Moyano, está para hacer ruido; tampoco hay movilizaciones. No quieren
ser acusados de contribuir a la inestabilidad", esgrimen en el gabinete de
Macri.
Las revisiones que desde las PASO
se hacen de lo sucedido a fines de los gobiernos de Raúl Alfonsín y de Fernando
de la Rúa hacen
que en el Gobierno no solo miren de cerca la crisis cambiaria. El control de la
calle es otro factor que consideran clave para poder avanzar hasta diciembre,
tal cual lo prevén los tiempos constitucionales. El fenómeno Grabois no pasa
inadvertido para quienes temen que en el peronismo alguno se decida por apelar
a viejas herramientas para acelerar los tiempos.
Pero considerando que podría estar
estabilizada la corrida cambiaria y controlada la calle, hay un tercer frente
que inquieta al oficialismo, en la Corte Suprema. Las vocalías del máximo tribunal
están estudiando las demandas que iniciaron las provincias que se vieron
perjudicadas por la rebaja del IVA y la suba del mínimo no imponible de
Ganancias, dos tributos coparticipables.
En el oficialismo confían en que la Corte no fallará al respecto
en el corto plazo, pero no tienen certezas. De las medidas que presentó el
Gobierno para enfrentar el tembladeral generado después de las PASO, la rebaja
del IVA -admiten en el oficialismo- fue una de las más eficientes para contener
la escalada de precios.
No es, sin embargo, la única en
riesgo. Todo indica que el "reperfilamiento" de la deuda quedará
entre los pendientes para el próximo gobierno. No tanto por falta de voluntad
del equipo económico macrista, sino por desinterés de los inversores. Macri no
puede darles garantías de que la deuda que acepten reperfilar no sea luego
"re-reperfilada" por la nueva gestión.
Reestructuración en veremos
Según
consignó el influyente diario británico Financial Times, la semana pasada varios grandes fondos de inversión
reconocieron en un conference call que no tenían incentivos para negociar una
reestructuración con Macri. "Nadie acepta negociar una reestructuración si
no hay un plan fiscal de mediano plazo", explicó luego, en declaraciones
radiales, el economista argentino Diego Ferro, que ya lleva vividos más años en
Wall Street que en la
Argentina.
El problema ya para Fernández, si
es que en octubre repite su performance de las PASO, es que por ahora su
credibilidad en Wall Street es escasa, por no decir nula. Los recuerdos de los
canjes de 2005 y de 2010 están frescos. Para muchos de ellos, Guillermo Nielsen
no es el interlocutor más amigable, menos cuando se pretende instalar que no se
buscarán grandes quitas de capital, como las que se aplicaron durante el
kirchnerismo. Hoy en Nueva York está descontado que habrá quita; la duda es si
será del 40 o del 60 por ciento.
En gran medida, la expectativa
está puesta en el gabinete que pueda nombrar Fernández si llega a la
presidencia. Luego, en los grados de libertad que demuestre tener en los
primeros meses de su gobierno. El candidato no logró disipar las dudas de
varios de los empresarios españoles que lo escucharon la semana pasada en la
embajada de Uruguay en Madrid. Su falta de definiciones se entiende en campaña
pero inquieta a los inversores, que no logran descifrar si como presidente
apuntará a desarrollar una suerte de neomenemismo o si terminará dominado por
los vicios de los últimos años del kirchnerismo. La incómoda reunión que
mantuvo con Marcos Galperín, número uno de Mercado Libre, semanas atrás solo
alimenta las dudas.
En los bancos, entretanto, hay
quienes empiezan a advertir que en el mediano plazo podrían tomar medidas para
desalentar las colocaciones en dólares de la gente en el sistema financiero. La
historia les demuestra que, tarde o temprano, terminan siendo un dolor de
cabeza para los bancos y de altísimo riesgo reputacional.
¿Veremos un sistema financiero
todavía más chico después de esta crisis? Es probable. Nunca los bancos argentinos
lograron recuperar los niveles de crédito de los años de la convertibilidad,
cuando llegaron a representar poco más del 20% del PBI (hoy es menos del 15%),
lo que de todas maneras es un número bajo comparado con el de otras economías
de la región (en Chile representa más del 80% del PBI; en Brasil, el 60%).
Otro desafío mayúsculo que se suma
a la lista que ya tiene quien asuma el 10 de diciembre. Ninguna crisis es
gratis para la Argentina.
(*) La Nación , 9/9/019.
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