La nota de María Cafferata
Con muchos volantazos, la ley ómnibus regresa al recinto de
Diputados
Página/12
28/4/024
Martín Menem está decidido a no repetir el
fracaso de febrero: este lunes, Javier Milei tendrá su Ley Ómnibus. Será una
versión reducida, desguazada a cambio de la tranquilidad de que el gobierno
nacional no tendrá que sufrir una nueva humillación en el Congreso. Esta vez,
el oficialismo hizo los deberes y se dejó "ayudar" por los aliados:
aplicó motosierra a los artículos que no tenían número, armó poroteo tentativo
y organizó la sesión de modo de que no pueda haber sorpresas. Pero nadie se
anima aún a cantar victoria. Son varios los capítulos que están justos - como
la reforma del Estado y Ganancias- y que, de caerse, podrían despertar
una ira presidencial que desbarate los últimos meses de negociaciones. Eso es
lo que más temen los propios y los aliados. "Que le den rivotril y le
saquen el celular. Tenemos que ir al recinto, sacar esta ley y basta", se
acelera un aliado para quien el fin de semana, con la posibilidad de nuevos
tironeos y negociaciones, se le está haciendo eterno.
El viernes a la noche, Menem reunió a los
diputados opositores que actuaron casi como co autores de la nueva versión de
"Nosotros ya le preparamos el terreno,
ahora es cuestión de no romper nada". La frase no lo dice uno, sino varios
dirigentes del radicalismo, HCF y el PRO. Al igual que los gobernadores
cambiemitas, la oposición dialoguista necesita que el paquete
fiscal se apruebe, que Milei tenga un triunfo político que mostrarle al FMI
y que, finalmente, se pueda liberar el Congreso para tratar otros temas.
Algunos, incluso, se animan a confesar que eso logrará destrabar la posibilidad
de una sesión para voltear el DNU 70/2023. Pero no este martes, cuando convocó
UxP, ya que Menem les adelantó que no convocaría por considerar que, para
entonces, continuaría el debate de
Pero, por sobre todas las cosas, predomina el
cansancio. Así como la necesidad de vanagloriarse de las concesiones que
lograron sonsacarle a Milei - como la no privatización del Banco Nación -
y de dejar en claro que, al final del día, los libertarios también tuvieron que
rebajarse a negociar con la "casta política".
Los puntos
débiles
Si bien Menem confía en que contará con más de
140 votos para aprobar su ley en general, todavía hay varios capítulos que
andan flojos de número para la votación en particular. La versión final de
Las facultades delegadas, por lo tanto, no
tienen el número asegurado para aprobarse. El oficialismo tendrá que buscar un
mecanismo para gestionar las demandas específicas que evite que se infle el
número de votos en contra, que ya es elevado. Ya que no es solo UxP, la
izquierda y los santacruceños - la base del rechazo - votarán en contra, sino
también
Las privatizaciones de once empresas públicas
también cuentan con el rechazo de un sector del radicalismo. El proyecto de
El Régimen de Incentivo a las Grandes
Inversiones (RIGI), que propone beneficios impositivos exorbitantes para las
empresas que inviertan más de 200 millones de dólares, también arrastra algunos
cuestionamientos. El radicalismo línea Facundo Manes, por ejemplo, no lo
votará. El bloque que comanda Miguel Ángel Pichetto, a su vez, viene reclamando
que se incluya en el régimen a pequeñas empresas que puedan hacer inversiones
más chicas, algo que el Ejecutivo rechazó. El lunes, HCF deberá definir si vota
en contra del RIGI o si apostará a introducir modificaciones.
La reforma laboral que se introdujo con fórceps
a último momento en
En el caso del paquete fiscal, que se debatirá
luego de la ley Ómnibus, el tema más complicado es el del impuesto a las
Ganancias. El oficialismo quiere restituir la cuarta categoría con un piso de
1,8 millones de pesos que se actualizará semestralmente (una modificación
pedida por la oposición que, además, logró que durante el 2024 sea de manera
trimestral). Si bien este punto es un gesto para los gobernadores, ya que el
impuesto es coparticipable, hay varios radicales y diputados de provincias
sureñas - que cuentan con un costo de vida más elevado - que votarán en contra.
El capítulo de Ganancias podría ser un dolor de cabeza para el gobierno, que
está en gestiones para contar el acompañamiento de dos gobernadores peronistas.
Si las conversaciones llegan a buen puerto, Gerardo Zamora (Santigo del Estero)
y Raúl Jalil (Catamarca) podrían terminar torciendo el escenario en favor a
Milei.
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