Un freno estratégico al incremento de las dietas
Página/12
30/5/024
Las autoridades del Congreso de la Nación acordaron un incremento salarial para la planta de trabajadores. Como marca la regla del uso y costumbre, ese
porcentaje de aumento se solía trasladar a las dietas de senadores y diputados.
Para este mes corresponde que los trabajadores del parlamento reciban una suba
del 9 por ciento que debía impactar en los sueldos de los senadores. El cálculo
estimativo daba que los legisladores de la Cámara alta recibirían en
mano unos 5 millones de pesos. Ante esta posibilidad, los
presidentes de los bloques le enviaron una nota a la presidenta del cuerpo,
Victoria Villarruel, solicitándole que no aplique ese incremento a las dietas
de los legisladores.
Desde el entorno de Villarruel se defendían y
explicaban que ella no autorizó el aumento, sino que se trata de una
negociación paritaria. "Es una paritaria que firmaron en Diputados
y el Senado en conjunto para todos los empleados", argumentaban y
detallaban que "los senadores, en abril, cuando se aprobaron el aumento
anterior, volvieron a engancharse al aumento de los módulos de los
empleados". Eso, según indicaban, produce que, cuando aumentan los
módulos para los empleados, también lo hacen las dietas de los senadores.
A última hora del miércoles, sin embargo, los
presidentes de todos los bloques: Juan Carlos Romero (Cambio Federal),
Juliana Di Tullio de Unidad Ciudadana, Eduardo Vischi de la UCR, Carlos Espínola (Unidad
Federal), Carlos Arce (Frente Renovador de la Concordia Social),
Ezequiel Atauche (La
Libertad Avanza) y José Mayans (Frente Nacional y Popular), firmaron
un documento en el que explicaban que: "con fecha 18/04/24 se aprobó en el
recinto el Proyecto de Resolución 615/24 a través del cual se estableció una
modificación de las dietas a percibir por parte de los Sres. Senadores y
Senadoras Nacionales a partir del mes de mayo; expresando claramente que en
esta oportunidad no se modifique la dieta establecida mediante el régimen antes
mencionado, hasta tanto se determine un nuevo sistema de liquidación en función
de los varios proyectos que se encuentran pendientes de tratamiento en relación
a este asunto". En esa línea, solicitaron que "la liquidación
sea tal cual la realizada el mes anterior, sin contemplar los incrementos
brindados al personal del Senado de la Nación.
Los trabajadores del Congreso tendrán
un incremento en mayo de 9 por ciento --teniendo en cuenta un dos por
ciento retroactivo a abril y siete por ciento de mayo--, y es por eso que los
sueldos de todos los senadores iba a pasar a $8 millones en bruto a partir
del mes que viene. El mes pasado habían cobrado en mano $ 4,5 millones y,
con los nuevos aumentos, en junio iban a superar los 5 millones de pesos.
El tema ya había sido un motivo de conflicto
entre los representantes de La Libertad Avanza que están en el Congreso y los
que están en la Casa
Rosada. En marzo, en medio de los discursos de Milei anti
casta y a favor del ajuste y del achicamiento casi a su mínima expresión del
Estado, se conoció que Villarruel y el titular de la Cámara de Diputados, Martín
Menem, habían otorgado a los legisladores nacionales los mismos aumentos que a
los trabajadores legislativos: 16 por ciento en enero y un 12 por
ciento en febrero.
Eso generó críticas por parte de algunos
sectores de la sociedad y Milei ordenó retrotraer las dietas a diciembre sin
los aumentos. El titular de la
Cámara de Diputados hizo caso de inmediato, pero Villarruel
dilató la decisión y la terminó aceptando, pero no del todo porque mantuvo
el aumento del tramo del 16 por ciento de enero, que los senadores
cobraron a diferencia de los diputados.
En la sesión que hubo en el Senado el 18 de
abril, Villarruel permitió una jugada --al no aclarar qué tema se votaría--
para que los senadores aumentaran sus sueldos de 1,9 a 4,5 millones de
pesos. La votación fue a mano alzada y al final de la sesión. El
que rubricó su firma en la propuesta había sido Juan Carlos Romero, aliado de
Villarruel, aunque también firmaron Lucila Crexell (Comunidad Neuquén) y Pablo
Blanco (UCR). En esa ocasión, los legisladores libertarios, si bien no
levantaron sus manos, tampoco pidieron aclaraciones ni que la votación sea
nominal.
En diputados, en tanto, ante el reclamo de los
legisladores, Menem prometió que se encargaría del tema después del primero de
mayo, pero aún no lo hizo. Los diputados de distintos bloques presentaron
proyectos para intentar solucionar esta cuestión. Oscar Agost Carreño,
de Hacemos Coalición Federal, propuso equiparar los salarios de las cabezas del
poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, mientras que María Eugenia
Vidal del Pro propuso atarlos a los aumentos que tengan los
jubilados.
El senador Martín Lousteau, en
tanto, propuso que un senador cobre lo mismo que un director de escuela
primaria de máxima antigüedad en la
Ciudad de Buenos Aires, lugar donde funciona el Senado. En su
cuenta de X explicó también que "es de vital importancia garantizar que
los senadores del interior del país cuenten con los recursos para desempeñar su
tarea en el Congreso, pero los gastos de traslado y hospedaje deben estar
debidamente justificados y alineados en relación a su función". Por
último, contó que establecieron en el proyecto que haya un descuento en la
dieta para los senadores que falten a las sesiones o a reuniones de comisión y
que, quienes entren a trabajar con los senadores como planta transitoria,
deberán irse cuando ese senador finalice su mandato.
El sábado pasado, frente a Milei y distintos
funcionarios del gobierno que participaron del Tedeum que se hizo en la Catedral metropolitana
por el 25 de mayo, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva,
les había pedido a funcionarios y legisladores que "no se aumenten los
sueldos". Argumentó que la
Argentina se encuentra atravesando "tiempos muy
complicados" y que la sociedad está "haciendo un esfuerzo
gigante". "Hagámoslo todos muchachos, por favor, no se
aumenten los sueldos. ¡Hagámoslo todos!", manifestó.
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