El enfoque de Claudio Jacquelin
La casta
festeja por la Corte
de Milei
Fuente:
(*) Notiar.com.ar
28/2/025
Partidos
políticos, asociaciones empresarias y sociales, divididos y sin querer o sin
poder pronunciarse, componen una pintura hiperrealista. La designación por
decreto presidencial de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para integrar
Fue
el silencio más que las palabras lo que dejó crudamente expuesta a algunas de
las expresiones más rancias de la casta política, empresarial, sindical,
universitaria, del derecho y del espionaje nacional. En las sombras,
importantes referentes del mundo y el submundo del poder festejaron tanto como
los libertarios las excepcionales designaciones.
Los
brindis fueron casi exclusivamente a la salud de Lijo, el candidato más
objetado y todavía juez federal, en uso de licencia extraordinaria, con quien
ellos han construido muy estrechos y recíprocos vínculos personales y
funcionales a lo largo de más de dos décadas. Pero no todos jugaron de callados
y hubo algunas felicitaciones de miembros de la magistratura y de la abogacía,
además de algunos representantes políticos y sectoriales (no solo
oficialistas), cuya imagen ante la opinión pública registra pobrísimos ratios
de respetabilidad. Lijo restaura lo que Milei dijo que venía a romper. Al
menos, hasta que empiece a fallar.
La
cuestionable decisión presidencial también permitió que algunos exponentes de
la dirigencia nacional aprovecharan la oportunidad para blanquearse ante el
hecho consumado, al criticar la designación y derivar la responsabilidad en
Milei.
Muchos
de ellos ya habían dejado pasar la oportunidad de pronunciarse y, en algunos
casos, de evitar que se produjera lo sucedido, que para reputados juristas y
expertos es una violación del espíritu de
Durante
casi un año (desde que el Presidente envió los pliegos nunca tratados en el
recinto del Senado), una parte importante de senadores peronistas, radicales y
de Pro prefirieron esconder su opinión respecto de Lijo a la espera de que el
Gobierno consiguiera el número para tratarlo o lo designara por decreto.
Otros
avalaron a escondidas el pliego del juez en
En
lugar de criticarlos, tal vez Milei debería agradecerles que no hubieran
tratado y rechazado esos pliegos para dejarle a él la posibilidad de nombrarlos
cuando faltaban solo tres días para que se cerrara, hasta dentro de nueve meses,
la ventana de oportunidad que forzó para filtrar en el máximo tribunal a dos
candidatos que no lograron el acuerdo exigido por
Como
otras veces, el Gobierno y varios de sus adversarios terminaron resultandos
funcionales el uno a los otros. Y viceversa. Aunque nadie sale ileso de esta
operación. Se vislumbra un horizonte de disputas judiciales y legislativas, que
podrían derivar en un peligroso conflicto de poderes. El remedio para evitar el
supuesto riesgo de una parálisis de
Este
sábado, en la apertura de sesiones extraordinarias, habrá ecos de esta anómala
situación. En el discurso del Presidente y en las bancas. Tanto por los muchos
asientos que estarán vacíos como en varios de los que estarán ocupados solo
para expresar su malestar. Se entiende la preocupación libertaria por acotar la
cobertura periodística. Otra vez.
Tal
vez los mayores impactados por este episodio hayan resultado, una vez más, el
espacio macrista y un sector del empresariado en cuyos senos hay posiciones
antagónicas, motivadas por la convicción, la conveniencia o las necesidades
(ninguna excluye necesariamente a la otra). Al no poder pronunciarse,
En
el caso del cada vez más agrietado y sumergido submarino amarillo hubo dos
voces con suficientes motivaciones para exponer la imparable crisis de
autoridad que padece Mauricio Macri al impedir la crítica partidaria a la
designación por decreto de Lijo y García-Mansilla.
Uno
fue el intendente de Mar del Plata y exjuez federal Guillermo Montenegro, que,
en función de la amistad con su expar de Comodoro Py había rechazado, a fin de
año, la invitación a la boda de Horacio Rodríguez Larreta, porque este había
influido en la senadora Guadalupe Tagliaferri para que no apoyara la
postulación de Lijo. No sería solo cuestión de amistad. Sus allegados agregan
que el intendente de Pro se entusiasma cada vez que se menciona su nombre como
posible reemplazante de Mariano Cúneo Libarona al frente del Ministerio de
Justicia. El cambio no solo satisfaría ambiciones políticas y profesionales,
también serviría para resolver algunas situaciones familiares.
A
él se sumó el diputado Diego Santilli, que cada vez vira más al violeta
libertario. A las viejas afinidades con Lijo suma ahora sus aspiraciones
políticas. Para asegurar la renovación de su banca impulsa una alianza o fusión
con LLA sin desdeñar ni ponerse (más) colorado ante una posible absorción por
parte del mileísmo. La identidad de Pro no está en sus días de mayor nitidez.
Mientras
tanto, se registran nuevas situaciones inusuales. Este jueves, para continuar
con las singularidades, el jurista conservador (sobre el que no hubo
impugnaciones éticas ni respecto a su idoneidad, sino solo por su
posicionamiento doctrinario e ideológico) fue el primero de los dos designados
en incorporarse al máximo tribunal, luego de que el presidente de
Como
si faltaran peculiaridades, al cuestionado juez, cuyo pliego sí logró avanzar
en la comisión de acuerdos, lo dejaron en la sala de espera hasta la próxima
semana, ya que quienes serían sus pares, al menos por un año, no tienen
posición unívoca respecto de que haya pedido una licencia extraordinaria y no
haya renunciado al juzgado federal, lo cual es cuestionado por destacados
juristas.
Es
esa otra señal de que la decisión de Milei no cierra sino que agrava
discusiones, así como refuerza la percepción de fragilidad institucional que la
ciudadanía tiene, como muestran las encuestas, y pone en alerta a inversores
extranjeros. La demandada seguridad jurídica por parte de quienes ponen en
juego patrimonio, libertades y garantías quedó un poco más en deuda.
Tal
vez nada resuma mejor la situación e identifique con mayor precisión a quiénes
más celebraron la designación de Lijo que la frase con la que el senador por
Córdoba Luis Juez le explicó a Milei su oposición a votar el pliego. “Más que juez y abogado, Ariel Lijo y su hermano
Alfredo son exitosos emprendedores. Tienen una fábrica de bidets para
limpiarles el traste a políticos y empresarios corruptos”, le
dijo el ocurrente legislador al Presidente, de quien está cada vez más cerca y
al que defiende en el Congreso y en los medios, donde suele lograr picos de
rating.
Juez
no es el único que considera a Lijo un garante de “la casta” y un oído atento a
lo que dicen saber los muchos espías oficiales y paraoficiales que abundan en
el país. Aunque esos otros no se animan a expresarlo en público con su nombre y
apellido.
Ese
temor lo graficó, como pocos, un senador opositor con aspiraciones políticas y
vínculos en el Poder Judicial de
Para
agregar curiosidades inquietantes, varios referentes del oficialismo también
prefieren callar respecto de los hombres (y ninguna mujer) que el Presidente
impuso en
El
argumento expresado por el gurú Santiago Caputo para justificar las
designaciones sigue siendo el santo y seña de libertarios que fruncen el ceño y
necesitan algún atajo moral para apoyarlas. “Lijo y García-Mansilla nos ayudarán a tener gobernabilidad, ante la
falta de número en el Congreso para sacar leyes y la existencia de jueces que
ideológicamente están en contra nuestra o que fallan según sus intereses”, es
la explicación que los conforta.
En
estos días complicados, con escándalos que tocan el vértice del poder que conforman
los hermanos Milei, voceros y dirigentes del oficialismo prefieren no exponer
el otro argumento que esgrimió el Presidente: el “conocimiento” de Lijo del
funcionamiento y los actores del Poder Judicial. Si el criptogate caló en la
opinión pública y en votantes (no fanáticos) de Milei, otros episodios de
fuerte impacto en la opinión pública repusieron la muy mala imagen que dice
tener de
La
indignación provocada por el cruel asesinato de Kim Gómez, la niña arrojada por
dos delincuentes del auto que estaban robando en
La
mayoría de los ciudadanos no distingue entre justicia ordinaria y federal. Pero
sufren sus deficiencias (muchas veces) en carne propia, a manos de delincuentes
no condenados. Y se indignan cuando algunos poderosos resultan impunes por la
morosidad, inacción o aparente venalidad de ciertos magistrados.
Si
uno de los jueces más conocidos, más representativo de lo más rancio del Poder
Judicial y más cuestionado por su actuación judicial, su patrimonio y sus
vínculos llega a la cima de uno de los tres poderes de la república, es fácil
imaginar cuál será la opinión sobre el estado de las instituciones. La casta
goza de buena salud y festeja. En silencio y en las sombras.
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