Por decreto y en secreto: los detalles de la llegada de Manuel
García Mansilla a la Corte
Página/12
28 de febrero de 2025
Manuel García Mansilla no consiguió ni
siquiera los avales necesarios para que su pliego se debatiera en el Senado. Javier
Milei, dispuesto a saldar esa orfandad de votos, lo designó en comisión en la Corte Suprema de
Justicia de la Nación
junto al juez federal Ariel Lijo. Los cortesanos decidieron darle la
bienvenida únicamente a García Mansilla, que trae consigo el aval de los
sectores más tradicionales que resisten los avances en derechos, y le tomaron
juramento en una ceremonia secreta en la que no hubo familiares ni
amigos del recién llegado al cuarto piso del Palacio de Justicia de la
calle Talcahuano. Como parte de un juego de intrigas palaciegas, los
supremos postergaron hasta la semana próxima la resolución sobre la suerte
de Lijo.
García Mansilla se presentó el 28 de agosto
pasado en la comisión de Acuerdos de la Cámara alta. La senadora Anabel Fernández Sagasti
le recordó una columna de opinión que había publicado cuando Mauricio
Macri quiso designar en comisión a Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz.
García Mansilla se aclaró la garganta y contestó: “Yo no hubiera
aceptado una nominación en comisión porque, más allá de que la Constitución la
prevé, evidentemente hay un gran sector de la población que con buenas razones
resiste este tipo de decisiones”.
Fernández Sagasti insistió. Le preguntó qué
pasaría con un cortesano llegado sin el aval del Senado. “Podría ser el
caso de que un juez designado en comisión una vez que ingrese a la Corte sí tuviera una cierta
falta de independencia”, concedió.
Esos días quedaron hace mucho atrás. Este
jueves, García Mansilla ingresó casi a escondidas al Palacio de
Justicia. Esperó cerca hasta que lo convocaron al salón Bermejo. Sin muchos
preámbulos, Rosatti, como presidente, de la Corte le tomó juramento al candidato
favorito del Presidente –quien aparentemente salta la grieta entre Milei y
Victoria Villarruel, ya que la vice había reconocido que era un hombre de
consulta para ella.
A media mañana, Rosatti, Rosenkrantz y Ricardo
Lorenzetti se reunieron. Tenían previsto un acuerdo, pero el tema central era
qué harían con las incorporaciones de García Mansilla y Lijo. En el fin de
semana, ya había trascendido que había una mayoría de la Corte –Rosatti y
Rosenkrantz– que creía que Lijo no podía asumir si no renuncia a su juzgado de
Comodoro Py.
Lijo, por el contrario, no parece dispuesto a
dimitir. Pidió licencia hasta el 30 de noviembre –que es hasta cuando se
extiende la designación en comisión– y consiguió un aval de la Cámara Federal porteña
en pleno. Mariano Llorens, Martín Irurzun, Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y
Roberto Boico hicieron lugar a su pedido; le comunicaron la decisión al Consejo
de la Magistratura
y enviaron copia de lo actuado a la
Corte.
En el Palacio de Justicia, la maniobra no cayó
bien. Las versiones indican que Rosenkrantz es quien más resiste la
llegada de Lijo a la Corte. La
discusión se postergó hasta el 6 de marzo –después del feriado de carnaval. La
consecuencia de esa postergación es que Milei no podrá mostrar ante la asamblea
legislativa que conformó una Corte de cinco varones. Desde la Casa Rosada salieron a
decir que, de todos modos, invitarán a Lijo al Congreso.
El secretario de Justicia, Sebastián Amerio,
fue el único invitado externo a la jura. Amerio se fotografió junto a
los secretarios letrados de la
Corte, como si fuera uno más. Antes de pegar el
garrochazo al Ministerio de Justicia, ejercía como funcionario del máximo
tribunal. Fue Amerio, cercano al asesor todopoderoso Santiago Caputo, quien
insistió con que la jura debería ser antes del sábado.
La sombra
de Maqueda
García Mansilla ocupó la vocalía que solía
pertenecer a Juan Carlos Maqueda. Dicen que después de la jura ya se instaló en
ese lugar. Por el momento, con el personal que trabajaba con el cortesano que
se retiró el 29 de diciembre al cumplir 75 años –después de que el gobierno
modificara el decreto 222 para postular a García Mansilla antes de que se
produjera la vacante.
Maqueda no esconde su rechazo a la maniobra de
Milei. “A mí me pareció horrible el decreto, más allá de las dos
personas que van a integrar la
Corte Suprema, a las cuales trato con sumo respeto porque
yo soy un defensor de las instituciones democráticas y de la división de
poderes, y no podría defender a la
Corte y hablar mal de los futuros integrantes del máximo
tribunal. Por eso yo digo que es horrible la actitud del Poder
Ejecutivo, del presidente de la
Nación, que a tres días de que comiencen las sesiones
ordinarias toma esta decisión”, afirmó el excortesano en La Nación +.
El gobierno invocó el artículo 99,
inciso 19 de la
Constitución, que dice que el Presidente “puede
llenar las vacantes de los empleos, que requieran el acuerdo del Senado, y que
ocurran durante su receso, por medio de nombramientos en comisión que expirarán
al fin de la próxima Legislatura”. El peronismo le contestó que la
referencia a “empleos" no es a integrantes de la Corte Suprema sino a
diplomáticos y militares.
Antiderechos
García Mansilla nació el 6 de mayo de 1970 en
San Carlos de Bariloche, Río Negro. Es el mayor de cinco hermanos. Vivió en el
sur, en Misiones y Salta porque su padre era funcionario de la Administración de
Parques Nacionales.
Hacia finales de los ‘80 se mudó a Buenos Aires
a estudiar derecho. Se graduó en la Universidad del Salvador (USal). Después continuó
con su carrera académica en la Universidad Austral, históricamente ligada
al Opus Dei. Durante la defensa de su pliego en la comisión de
Acuerdos del Senado, García Mansilla negó pertenecer a la “Obra” o algún otro
grupo religioso cuando le preguntaron si tenía una visión confesional del
derecho.
Está casado con la abogada Dolores Franco
Laplace, también egresada de la
Usal y con una maestría en Georgetown. En esa universidad de
los Estados Unidos, García Mansilla hizo una tesis sobre la crisis de
la separación de poderes en Argentina. Su designación en la Corte podría ser un caso de
estudio. En octubre de 2023, presentó su tesis de doctorado.
Rosenkrantz actuó como jurado y le otorgó la máxima calificación.
Pasó por los estudios más grandes del país,
como Marval-O’Farrell-Mairal. Desde 2014, ejerce como director
ejecutivo de la Cámara
de Exploración y Producción de Hidrocarburos. El Colegio de la calle
Montevideo, que agrupa a los bufetes de la City, apoyó su candidatura al tiempo que hizo
campaña en contra de la de Lijo.
En 2018, García Mansilla fue uno de los
expositores que se pronunció en contra de la Interrupción Voluntaria
del Embarazo (IVE). En la audiencia de agosto pasado, esquivó contestarle
al senador Martín Lousteau si creía que la ley del aborto era inconstitucional.
Tampoco hizo pronunciamientos sobre el cambio climático –que es negado con
ahínco por Milei.
A diferencia del credo que profesa el
Presidente, García Mansilla tiene –o solía tener– una visión restrictiva de los
decretos de necesidad y urgencia (DNU). Dijo que compartía la postura de Carmen
Argibay, quien consideraba que cualquier DNU, en el marco de un proceso
judicial, debe presumirse inconstitucional y que le corresponde al
Poder Ejecutivo demostrar que no es así.
Después de la jura, García Mansilla posó junto
a Rosenkrantz, Rosatti y Lorenzetti. La imagen recorrió distintos chats. "Es
una Corte antiderechos", la definió un juez federal. "Es
una Corte liberal", contestaron en un despacho de la Corte. Más allá de las
caracterizaciones, es la
Corte que Milei forjó a puro decreto y que estará en
funciones durante un año electoral. En pocas semanas, podría llegar el
expediente Vialidad, donde deberán revisar la condena a Cristina
Fernández de Kirchner.
Comentarios
Publicar un comentario