La postura de Daniel Bilotta

 


Milei y el milagro de la unión entre Kicillof y 135 intendentes

Fuente: La Nación

(*) Notiar.com.ar

28/2/025

El debate político está dominado por una curiosa simetría. El temor a que un resultado electoral adverso condicione la subsistencia es el fantasma que se agita en la izquierda y la derecha para lograr de cualquier forma la unidad de las fuerzas que expresan a esos espectros. Particularmente en la decisiva provincia de Buenos Aires. Fundada en un principio tan endeble, la uniformidad de esa propuesta es una de las amenazas a las identidades ideológicas que caracteriza a la crisis de representación. Lo llamativo es que La Libertad Avanza aparezca involucrada en ella. 

Equipo Mide, la consultora de Manuel Terrádez y Pedro Antenucci, detectó por primera vez que algunos entrevistados en focus groups asimilaron con la casta a quienes se propusieron arrollarla para satisfacer el mandato de sus electores. Aunque todavía precaria, es la conclusión a la que están arribando con el procesamiento de datos sobre el criptogate y la designación por decreto en la Corte de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla. Dos temas que solo alcanzan la dimensión de escándalo entre minorías calificadas que interactúan con el poder. 

El riesgo para Javier Milei es que los indicios registrados entre la mayoría que asegura estar bien informada de esos casos se consoliden como tendencia a través del tiempo. Sobre todo para dos activos vitales en su imagen pública. La reputación de economista del Presidente se podría ver afectada por la defensa de su actuación con $LIBRA: reconoció saber poco de criptomonedas. Pero el parecido que podría guardar con la dirigencia tradicional quizás sea más relevante. Es la impresión de algunos grupos luego de la entrevista con Jonatan Viale.

El problema que le apareja el esfuerzo de redoblar la apuesta es que mantener a toda costa ese espíritu disruptivo lo enfrenta a contradecir sus metas programáticas. La Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (Amcham), hizo foco en la designación de Lijo y García Mansilla para hacer público lo que advierten en privado actores de la diplomacia. No habrá seguridad jurídica que garanticen inversiones si sus decisiones no tienen aval del Congreso.

No deja de ser paradójico que sea la Amcham quien efectúe el reclamo. Representa intereses económicos del país con el que Milei desea un tratado de libre comercio. Mauricio Macri no pudo capitalizar los traspiés del Presidente para mejorar su posición de debilidad en el Pro. Formuló una crítica a título personal a la designación por decreto de los jueces tras fracasar en el intento de ser acompañado por la cúpula del partido que preside.

Al menos por ahora, sus contendientes evitan una confrontación que haga escalar el conflicto de fondo: quién debería liderar y discutir los términos de una eventual alianza electoral con La Libertad Avanza. La discusión tiene connotaciones tautológicas. Lo normal es que se faculte al presidente del partido. Es decir, Macri. Quienes lo cuestionan, discuten la autoridad delegada en ese cargo. Nadie desea hablar de eso hasta que se conozcan los resultados de las elecciones en Santa Fe el 15 de abril y las del 18 de mayo en la ciudad de Buenos Aires.

El expresidente negoció personalmente con Maximiliano Pullaro que Germana Figueroa Casas sea candidata a segunda convencional. El gobernador es el primero. En la ciudad pondrá a prueba su liderazgo en la gestión de su primo Jorge y sin el apellido Macri en la boleta. Hasta entonces, ninguno quiere correr el riesgo de ver impugnada su participación por el expresidente cuando se discutan candidaturas porteñas.

Más probable que un resultado positivo vaya a favorecerlo es que si es negativo lo coloque en una irremediable pendiente. La incertidumbre en el Pro se ha vuelto una de las pocas y extrañas coincidencias con La Libertad Avanza. Sobre todo luego del cacerolazo de vecinos de Saavedra contra Karina Milei en un acto en el club Pinocho de Saavedra. Devenidos libertarios, los exactivistas del Pro no hallaron constancias de que haya sido incitado por dirigentes de su partido.

La preocupación de funcionarios de la SIDE por la violencia con que se procesan los hechos de inseguridad es justificada. Vecinos de La Plata destrozaron el Palacio Municipal en protesta por el asesinato de Kim Gómez, la menor de siete años que murió arrastrada por el auto que dos delincuentes robaron a su madre. Nicolás Morcones pidió interpelar al intendente Julio Alak en el Concejo Deliberante. El concejal del Pro es quien viene alertando por el aumento del índice de criminalidad en La Plata.

Es muy difícil que la iniciativa de Morcones prospere. Alak tiene 10 concejales y cinco de Evolución Radical actúan como sus aliados. La oposición al intendente está constituida por La Libertad Avanza (2) y el Pro (8), con la excepción de Belén Muñoz, aliada del intendente. Muñoz se identifica con Patricia Bullrich y responde al contador Juan Pablo Allan, titular de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac) que depende del Ministerio de Seguridad.

Con el de Avellaneda, Jorge Ferraresi, y el de La Matanza, Fernando Espinoza, el intendente de La Plata integra el grupo de aliados más estrechos de Axel Kicillof. Los tres prestaron conformidad al documento cuya firma desautorizaron el de Almirante Brown, Mariano Cascallares, el de Pilar, Federico Achával y el del partido de la Costa, Juan Pablo de Jesús. Gabriel Katopodis fue sindicado como el culpable de incluirlos sin ser consultados en el lanzamiento de la corriente Movimiento de Derecho al Futuro.

La reiteración de homicidios en ocasión de robo en el conurbano rodea de un contexto inquietante al esmero de los asesores del gobernador para componer nuevas melodías que vuelvan a enamorar al electorado. El ministro de Infraestructura de Kicillof lo comprendería como pocos. Es uno de los más interesados en la mediación que llevan adelante entre Cristina y el gobernador algunos intendentes ligados a Máximo Kirchner y Sergio Massa, con la premisa de hallar una ingeniería electoral que satisfaga a ambos. Tropiezan con un problema importante. Lo lejos que llegó Kicillof con su propuesta de desdoblar las elecciones. Resultaría difícil que salga airoso si desiste de esa propuesta que rechazan llevar adelante la Corte y la Junta Electoral bonaerense por falta de presupuesto, logística y recursos humanos. Se trata de las dos máximas autoridades competentes en materia electoral.

Ferraresi rechaza una PASO anterior al desdoblamiento propuesta por los intendentes y Massa. La única posibilidad que contempla el intendente de Avellaneda es competir contra el kirchnerismo en listas separadas una vez que el gobernador decrete el desdoblamiento. Esa facultad es la inquietud que llevó a Massa a proponer la mediación. Si resulta exitosa espera un reparto en tercios de las candidaturas entre él, Cristina y Kicillof a modo de honorarios por el servicio.

El entorno de Kicillof asegura que no está en sus cálculos ninguna iniciativa que implique romper con Cristina. La división del voto oficialista favorece un triunfo de la derecha. El gobernador está seguro que habrá alianza entre el Pro y La Libertad Avanza. La unidad del kirchnerismo es el argumento en el Pro para empujar a los Macri a un acuerdo con los Milei.

Actores centrales en esta tensión, los intendentes de todas las fuerzas respaldan el desdoblamiento. Aspiran a que la elección de legisladores provinciales y locales obligue a los libertarios, sin figuras conocidas, a dividir votos con el Pro y la UCR donde gobierna el PJ. El radicalismo y el Pro está seguro de vencerlos en los casi 60 municipios que controlan. La crisis de representación podría obrar en el milagro de poner a los 135 de acuerdo con Kicillof, aunque más no sea por una sola vez.

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