La trama política de Eduardo van der Kooy

 


La guerra total de Macri con la mujer de hierro (Karina)

 (*) La Nación

(*) Notiar.com.ar

2/4/025

Los retazos que el sistema político exhibe en la Ciudad y en Buenos Aires reflejan el nivel de profundidad de la detonación que causó la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada. Ese cuadro suma otra particularidad. El líder libertario, contra lo que podía suponerse, no atinó a ensayar ninguna recomposición. Pareció dejar fluir un estado de caos. Se multiplicaron las internas en La Libertad Avanza, su partido. Resolvió además minar los cimientos del PRO, el partido que lo ayudó a ganar el balotaje y apuntaló en momentos cruciales en el Congreso. 

Existe la tentación de comparar la conducta de Milei con la que supo tener Néstor Kirchner cuando se convirtió en mandatario después de la gran crisis del 2001. El ex presidente buscó en su primera ocasión, las legislativas del 2005, romper la tutoría política que en hipótesis ejercía Eduardo Duhalde, el caudillo bonaerense. Lo consiguió cuando Cristina Fernández doblegó a Hilda Duhalde en la lucha por una senaduría. Los sesudos estrategas libertarios transpolan esa experiencia al presente. Sería momento de romper las ¿ataduras? con Mauricio Macri.

Las diferencias entre aquel ejemplo y la pelea actual entre libertarios y el PRO resultan enormes y con aristas riesgosas. De forma y de fondo. Kirchner libró aquella batalla teniendo el control de más de la mitad del PJ bonaerense. Había establecido un sistema de vínculo radial con los intendentes que soslayaba la multimillonaria caja que manejaba el ex ministro de Planificación, ahora condenado por corrupción, Julio De Vido. La Argentina venía, por otra parte, en una fuerte recuperación económica que concedía al ex presidente generosos márgenes de acción ante la sociedad.

La realidad de Milei es distinta. Con una mínima representación institucional y sin anclajes territoriales se las ingenió para construir expectativas populares a partir del éxito inicial en la lucha contra la inflación. Parece colgado de ese logro, como de un pincel. Atraviesa un momento de permanentes turbulencias financieras y desconfianza de los mercados que aguardan la letra chica del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La actividad económica muestra una recuperación muy dispar. La pobreza en el segundo semestre del 2024 bajo a 38.1%. El 52.7% abarca a menores. Ese contexto rodea su decisión de avanzar por la jubilación anticipada de Macri. Como Kirchner hizo con Duhalde.

El sitio elegido para la disputa es la elección legislativa en la Ciudad que el jefe porteño, Jorge Macri, resolvió desdoblar respecto de las nacionales de octubre. ¿Había necesidad objetiva para adoptar esa decisión? . El alcalde adujo que deseaba que la campaña local no terminara por contaminarse con polémicas ajenas. Sucedió todo lo contrario. La votación del próximo 18 de mayo ha adquirido una dimensión –y factibles consecuencias-- como jamás poseyó una elección de legisladores porteños.

Basta con observar, para comprenderlo, quienes son los aspirantes que ha lanzado cada fuerza. El portavoz Manuel Adorni por los libertarios. El peronista Leandro Santoro por la oposición peronista. Nombres que, por su musculatura política, en condiciones de alguna racionalidad, hubieran peleado por una senaduría en octubre. Macri sacó a una de sus tres principales espadas en Diputados, Silvia Lospennato, para volcarla en la competencia. Habrá otros trece postulantes, entre ellos Horacio Rodriguez Larreta, el ex jefe porteño, con un perfil picante que no se le conoció antes.

Puede que a Macri, Jorge, se le pueda cargar la responsabilidad política de un anticipo electoral inconveniente para el interés general. No es menos cierto que desde el primer día de su gestión sufrió el acecho libertario simbolizado por Karina Milei, la poderosa hermana de Javier. El ariete de esa ofensiva fue siempre la legisladora Pilar Ramírez.

Macri, Mauricio, ha terminado de entender, luego de hacer una inútil disección intelectual entre Milei, su hermana, y el joven Santiago Caputo, que el propósito libertario consiste en la disolución del PRO. Como suele decir Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad, “los votos ya están aquí”. Sólo faltaría apropiarse del territorio y el sillón que el macrismo ostenta desde hace décadas en la Ciudad.

En poquísimos días la contienda tomó temperatura. El lunes a la mañana le acercaron a Macri, Mauricio, la fotografía en la cual Karina, Adorni y compañía posaron frente a la sede porteña de la calle Uspallata exhibiendo con orgullo una motosierra. “Mirá el regalo que te manda la repostera”, alertaron al ex presidente. La pastelería fue, en otras épocas, una de las varias actividades que desempeñó la hermanísima.

Macri, Mauricio, atravesó por un momento de sulfura hasta que tomó un par de determinaciones. Será la cabeza de la campaña en la Ciudad para darle todo el apuntalamiento necesario a Lospennato. Su principal rueda de auxilio será Vidal. Ese equipo tiene un banco dotado. Por otro lado, el ingeniero dejó de hacer distinciones entre los hermanos, aunque la mira la colocó sobre Karina. La mujer de hierro en el Triángulo tan mentado recibió el correo más directo: “Para nadie es entendible que en el diario se lea todo el día que la obsesión de Karina es ir por el PRO”, señaló. Informó que nunca “El Jefe” (como Milei llama a su hermana) accedió a tener una conversación privada con él.

El entredicho se extendió con mensajes todavía indirectos hacia el Presidente. Macri empezó por expresar que la falta de institucionalidad estaría afectando la marcha de la economía. Agregó “que las exportaciones están sufriendo y que podría arreglarse bajando impuestos o con otro tipo de cambio”. Un puntazo que hizo saltar a Milei y a Luis Caputo, el ministro de Economía. Se trata de la discusión que da vueltas en el mercado y forma parte de las negociaciones que todavía se llevan adelante con el FMI, a la espera de algún desembolso que sosiegue el paisaje.

La onda expansiva de lo que está sucediendo en la Ciudad puede dejar más adelante secuelas imprevisibles. Resulta difícil imaginar que después de semejante vehemencia se recomponga alguna armonía para la batalla en Buenos Aires. ¿Qué pasaría si Santoro gana en la Ciudad? Idéntica pregunta cabría ante un eventual triunfo de Lospennato o de Adorni. La situación sería de mayor gravedad si el postulante oficialista sale segundo o tercero. Se trata de uno de los hombres fuertes del Gobierno. Obligaría a Milei, tal vez tardíamente, a un reseteo total.

Los libertarios se conforman, por ahora, con observar el desbarajuste peronista en Buenos Aires. Después del 18 de mayo definirán como afrontar ese desafío. Aunque no ignoran que una derrota de Adorni, contra el PJ o el PRO, constituiría un pésimo anticipo.

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