Jubilados, el robo permanente
Prensa Obrera
21/8/025
“El sostenimiento de los vetos no depende de la cantidad
de diputados, sino de las fuerzas que vienen del cielo” declaró el legislador
libertario Agustín Romo durante la sesión en la Cámara Baja. No
obstante, las fuerzas que movilizaron a los partidos del régimen a darle
nuevamente la espalda a los jubilados son bien terrenales. Nacen de los
intereses de clase a los cuales tributan todos ellos y los vuelve defensores
del ajuste fondomonetarista y la destrucción de los haberes previsionales.
Toda la oposición, exceptuando al Frente de
Izquierda, dejó sus huellas digitales en este nuevo oprobio contra los
jubilados, incluyendo al bloque de Unión por la Patria, que aportó las
ausencias de los diputados Tanya Bertoldi de Neuquén y Dante López Rodríguez
por Catamarca. Así las cosas, con 160 votos a favor, 83 en contra, 6
abstenciones y 8 ausentes, la
Cámara de Diputados ratificó el veto de Milei al aumento
jubilatorio, la extensión de la moratoria previsional y la suba del bono.
Mención aparte merece la colaboración de las
direcciones burocráticas de la CGT
y las CTAs, que no fueron capaces de convocar a un paro para derrotar el veto,
mostrando que no solo entregan los derechos de los trabajadores en actividad,
también los traicionan una vez que se jubilan. Semejante inmovilismo contrasta
con la lucha tenaz de los jubilados de los miércoles, quienes se encontraban
concentrados frente al Congreso mientras transcurría la sesión dentro del
recinto.
La intransigencia del gobierno respecto a otorgar
estas módicas mejoras a los jubilados demuestra hasta qué punto el plan motosierra
se sostiene aplastando los ingresos de los adultos mayores. Sin ir más lejos, 2
de cada 10 pesos recortados de la ejecución presupuestaria desde que asumió
Milei corresponden al ajuste aplicado sobre las jubilaciones y pensiones. Las
mismas son un 25% más bajas respecto al inicio de la gestión libertaria, según
un informe elaborado por el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate), en base
datos oficiales.
Sucede que La Libertad Avanza,
en marzo de 2024, modificó la fórmula de cálculo de la movilidad jubilatoria,
consagrando la caída producida en los haberes durante el período previo, la
cual se profundó con el salto inflacionario posterior a la devaluación inicial
de su mandato. Desde ese momento hasta junio de este año, cada jubilado perdió,
en promedio, el equivalente a $3,9 millones. Asimismo, los que cobran la mínima
se vieron despojados del equivalente a 7,5 jubilaciones mensuales cada uno.
Todos esos recursos fueron transferidos al bolsillo de los capitalistas, bajo
la forma de intereses de deuda o exenciones impositivas.
Por otra parte, el bloqueo a la extensión de la
moratoria previsional impide que al menos 220 mil personas que hubieran
ingresado a la misma -según los cálculos de la Oficina de Presupuesto del
Congreso- puedan acceder a una jubilación, obligándolas a recurrir al Puam,
cuyo monto equivale apenas al 80% de la jubilación mínima y es incompatible con
el cobro de una pensión por viudez. Es un castigo a aquellos trabajadores que
no lograron reunir los 30 de aportes jubilatorios por culpa del fraude
patronal, o bien, por haberse abocado a las tareas de cuidado no remuneradas
-en el caso las mujeres. A su vez, el gobierno promueve la no registración de
los empleados, eliminando, a través de la Ley Bases, las multas por contratar en la
informalidad.
Finalmente, degradar las jubilaciones al punto de
convertirlas en una mera pensión asistencial, despojándolas de su carácter de
salario diferido, es un objetivo estratégico de la clase capitalista y el FMI,
que en la actualidad le toca encarnar a Milei pero al que suscribe todo el arco
político patronal. Esa comunión de intereses es la que explica que haya
prosperado el veto presidencial a instancias del mismo Congreso que convalidó
todas las reformas antijubilatorias precedentes, como las que impulsaron
Mauricio Macri y Alberto Fernández en su tránsito por la Casa Rosada. A fin de
cuentas, los sucesivos gobiernos hundieron los haberes y dispusieron los
recursos de la Anses
(patrimonio de los jubilados) al servicio del rescate de la deuda usuraria.
Milei espera salir fortalecido de las elecciones para
avanzar en las mentadas "reformas estructurales", entre las cuales se
encuentra la reforma previsional, que hará retroceder aún más las condiciones
de vida de los jubilados. Derrotar esta agenda reaccionaria es una tarea
fundamental para el movimiento obrero y, la campaña del Frente de Izquierda,
tiene una función preparatoria de esa pelea, dotándola además de un programa:
jubilación mínima equivalente a la canasta del adulto mayor, aumento de
emergencia para recomponer los haberes, evolución de los mismos según el índice
que resulte más favorable, devolución de los medicamentos gratuitos, reapertura
de la moratoria con aportes a cargo del Estado y las empresas y
recapitalización de la Anses
mediante la reposición de las cargas patronales y registración de todos los
trabajadores. La lucha sigue.
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