El copamiento de La Tablada: la opinión de Eduardo Anguita
El copamiento de La Tablada: la opinión de Eduardo Anguita
“En
diciembre de 1988 tuve un par de encuentros en bares céntricos con Francisco
"Pancho" Provenzano. Lo busqué yo después de un
tiempo en que no nos veíamos a raíz de que mucha gente estaba convencida de que había, en
ciernes, un nuevo levantamiento carapintada”.
“Por supuesto, yo mismo creía más que probable
algún otro intento de desestabilizar la democracia, pese a que Raúl Alfonsín había
cedido ante las presiones militares con las leyes de Punto Final y Obediencia
Debida (sancionadas por el Congreso Nacional en diciembre de 1986 y junio de
1987)”.
“El Movimiento Todos por la Patria (MTP) agregaba a
esos rumores que había una connivencia entre tres personajes fuertes de aquel
entonces: el líder metalúrgico Lorenzo Miguel, el líder carapintada y ex
combatiente de Malvinas Mohamed Alí Seineldín y el candidato presidencial del
peronismo, Carlos Menem”.
“El MTP denunció en varios medios que se trataba
de un
acuerdo para torcer el rumbo político y darle más impunidad a los crímenes
cometidos en la última dictadura”.
“En mi primer encuentro le dije a Pancho Provenzano que no tenía asidero
lo que sostenían. En primer lugar porque parecía poco
razonable que Menem, tras haber ganado la interna
con Antonio
Cafiero y proyectado para ganar las elecciones de mayo de
1989, se embarrara en maniobras conspirativas. Le insistí que había hablado con
varios periodistas bien informados y descreían de esas denuncias”.
“Nos conocíamos mucho desde muy chicos: habíamos
ido al mismo colegio, hecho deportes juntos y, lo más importante, habíamos
decidido juntos sumarnos a las filas del PRT-ERP a principios de 1971, cuando
yo tenía 17 años y él 18” .
“Antes de meternos de lleno en la militancia
hicimos juntos un viaje a Montevideo para comprar libros de marxismo, ya que
era imposible conseguirlos en Buenos Aires. Nos ingeniamos para cambiar los
bolsos al pasar la Aduana
tras desembarcar del vapor de la carrera”.
“Las explicaciones que
me daba Pancho resultaban inconsistentes y le sugerí que hablara con algunos de
sus amigos del radicalismo. Pancho era hijo de Sergio
Provenzano, un médico que había estado en el Ministerio de
Salud nada menos que con Arturo Oñativia durante el
gobierno de Arturo Illia. Sergio Provenzano había sido vicerrector
del Colegio Nacional de Buenos Aires hasta que lo desalojó el dictador Juan Carlos
Onganía. Pancho tenía amistad de años con varios de los
dirigentes de la
Coordinadora. "No me dan pelota", me dijo”.
“Mi impresión era que, si el MTP decía que se
venía un levantamiento carapintada, no era ilógico pensar que se preparan para
hacerles frente, preparar autodefensas armadas o armar grupos de resistencia.
Pancho no me negó esa posibilidad. Me dijo que iba a transmitir a la dirección del MTP
mis advertencias y quedamos en vernos nuevamente”.
Esa segunda vez me llevó a un local del MTP
donde estaban algunos cuadros de esa organización, entre ellos Claudia Lareu,
su compañera desde que cursaban los últimos años del secundario. Mi recuerdo es
que me escucharon por la historia en común que teníamos pero que no tenían
interés en recibir aportes de información que fuera en contra de lo que
denunciaban”.
“Pasaron unas semanas y, como tantos, me enteré por la
radio del operativo del MTP. Con el correr de las horas pude
tomar contacto con gente que me confirmaba el grado de brutalidad con que había
sido reprimido el intento de toma del Regimiento de Infantería 3 de La Tablada. Supe que Claudia
había muerto y que Pancho estaba "desaparecido". La
versión, fidedigna, fue que los sobrevivientes de ese intento se habían rendido
y que, mientras estaban tirados en el piso boca abajo, una voz de mando
preguntó "¿Quién es Pancho?" y que, pasados unos segundos, Pancho
contestó a viva voz "Yo soy Pancho".
“Tiempo después, Sergio, el hermano mayor de Pancho,
médico como su padre, creyó reconocer los restos de Pancho pero luego se supo
que esos huesos correspondían a otro de los muertos en La Tablada. Sergio
llegó a ser decano de Medicina y murió ejerciendo el cargo el 10 de febrero de 2018” .
“Pancho es un
desaparecido de la democracia: fue detenido en un operativo al mando del general
Alfredo Arrillaga y supervisado por el propio Alfonsín”.
“A juicio de quien escribe estas líneas, eso no empaña el
error de concepción que llevó al MTP a intentar copar un cuartel en tiempos en
los que rige la
Constitución ”.
(*) Infobae, 23/1/019.
Disculpas esperamos...por los soldados asesinados.
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