El diagnóstico de Jorge Alemán
El diagnóstico de Jorge Alemán
“Macri realizó una gran
extorsión, les pidió a sus amos -que no sabemos bien quiénes son- que nos
castigaran. Pero lo que en cierta forma hizo fue destituirse como presidente”,
dijo el psicoanalista Jorge Alemán, refiriéndose al discurso que pronunció
Mauricio Macri el pasado lunes. En diálogo con PáginaI12, el autor
de Capitalismo. Crimen perfecto o emancipación analizó el
triunfo electoral del Frente de Todos en las elecciones del domingo, la figura
de Macri y la de Alberto Fernández: “Pienso que Alberto Fernández tomó
verdaderamente el liderazgo del proyecto cuando contrapuso a los jubilados con
las Leliq”, dijo.
-En
base a los resultados del domingo, ¿se puede decir que existe una identidad del
pueblo argentino que no se deja capturar por discurso neoliberal?
-Sí, pero se trata de
algo más misterioso y enigmático porque una identidad tiene contornos y
límites. En la noche electoral surgió algo del orden de lo excepcional, de lo
extraordinario. Si tenemos en cuenta cómo está oscureciendo el mundo, el tipo
de discurso que va atravesando las naciones y cómo se están configurando las
nuevas culturas políticas, hay muchas razones para emocionarse por lo sucedido.
El resultado del domingo no basta explicarlo como consecuencia de la pésima
situación económica -un factor que no podemos relativizar-, también creo que
este país tiene un rasgo que lo distingue. Hay una combinación entre una gran
mitología fundacional surgida del peronismo más distintas prácticas
emancipatorias, que atravesaron el 17 de octubre, Eva Perón, las Madres de
Plaza de Mayo, la tendencia en los ‘70 y luego todo lo que reactualizó el
kirchnerismo, que dan lugar a un sujeto político que la derecha nunca logra
disolver del todo y que constantemente retorna. Todo el aparato mediático y los
sicarios que fueron encargados de intentar desactivar a ese sujeto fracasaron y
se ha mantenido, gracias a las decisiones populares, esta secuencia simbólica
que ha provocado el enorme resultado electoral.
-La conferencia de
prensa que dio Macri el lunes estuvo fuertemente centrada en la supuesta
reacción de los “mercados”. ¿Qué opina de eso?
-Macri se victimizó y
amenazó. Dijo que el pueblo se había equivocado y que iba a recibir un castigo
porque hay "un mundo" y “unos mercados” -que no se sabe bien cuáles
son- que no están conformes con la decisión popular. En su discurso pareciera
que en Argentina hay una tierra promisoria de inversiones que el kirchnerismo
desconoce y que en cambio él conoce porque "está en el mundo". Lo
cual es falso porque hace tiempo las páginas económicas de la prensa de derecha
que circulan en Europa dicen que la economía argentina es un desastre y que el
Presidente es un inepto. Macri realizó una gran extorsión, les pidió a sus amos
que nos castigaran. Pero lo que en cierta forma hizo fue destituirse como
presidente. Se erige como representante de los mercados, pero si los
representara hubiera habido inversiones durante su gobierno y no las hubo.
-¿A qué se refiere
cuando dice que Macri es un cínico?
-Yendo a la acepción
clásica es alguien que piensa exclusivamente en su modo de gozar sin atenerse a
ninguna de las consecuencias que eso conlleva. Hace un tiempo circuló un texto,
que me adjudicaron y no era mío, que decía que Macri es un psicópata. No diría
psicópata, el lunes lo vi bastante loco. De hecho el señor que lo acompañaba
-Miguel Ángel Pichetto- parecía asustado del hombre que tenía al lado. En un
momento dijo: "Sigue en funciones". Claro, se ve que tan mal no está
Pichetto como para no darse cuenta de que Macri estaba realizado una operación
extraña. Pedir una autocrítica a quienes sacaron 17 puntos de ventaja es algo
que no tiene precedentes.
-¿Cómo ve la coalición
que logró el Frente de Todos? ¿Cree que está bien la incorporación de sectores
que quizás tienen distintas posiciones?
- Dado el contexto
mundial no me parece mal que se haya elegido un antagonismo mínimo. Que se haya
puesto como antagonista a los bancos, las Leliq, la financiarización. No era el
momento de plantear un bloque hegemónico de otro tipo, era momento de
consolidarse. Ha sido muy duro lo que ocurrió en estos años. El ejercicio de
sumar voluntades, que al principio parecieran ser un poco conservadoras, es
acertado. De ahí el nombre "Frente de Todos". Sin embargo el “todos”
no es “el todo”. Un “todo” siempre está descompletado, tiene que tener algún
tipo de exterior constitutivo que es el adversario y ese elemento es el que le
da sustancia al antagonismo. Pienso que Alberto Fernández tomó verdaderamente
el liderazgo del proyecto cuando contrapuso a los jubilados con las Leliq y
cuando planteó que el “todos”, a pesar de que lógicamente sea una coalición,
tiene ese límite.
-¿Qué queda en estos
meses? ¿Cree que hay peligro de un avance más coercitivo por parte del
Gobierno?
-Sí, porque les va a
costar mucho abandonar el gobierno. Están implicados en operaciones de las
cuales van a tener dificultades para dar cuenta. Hay que pensar cómo va a ser
el desenlace porque sabemos que Macri es capaz de todo, no tiene ningún límite
y forma parte de una banda que está gobernada por algo que no tiene barreras.
He vivido bajo gobiernos de derecha en España y nunca asistí a nada semejante.
Hay que tener cuidado y no aceptar las provocaciones que le sirvan al Gobierno
para decir: “La situación es caótica y por eso hay que decretar el estado de
sitio”. Hemos vivido momentos durísimos de nuestra historia para saber que no
tenemos que ir a donde nos están esperando.
-Más allá del resultado
de las elecciones, ¿qué importancia tiene dar la batalla cultural?
-Va a ser clave la
participación del feminismo, de los jóvenes, la construcción de nuevas lógicas
comunicativas que rompan con la feria mediática de colaboracionistas. Hay que
aprovechar lugares que incluso están más allá del Estado, que surgen de las
comunidades mismas. Hay que tener muchas superficies de inscripción de
prácticas emancipatorias que erijan modos de transmisión nuevos: en el cine, en
la literatura, en las revistas y Argentina tiene en ese sentido un caudal privilegiado.
Vivimos en un período donde todo puede volver a pasar, por eso hay que cuidar
mucho este proyecto y el resultado electoral. Es un mito ilustrado eso de que
hay conquistas irreversibles.
Entrevista: Melisa
Molina.
(*) Página/12,
15/8/019.
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