La columna política de Joaquín Morales Solá
La columna política de Joaquín Morales Solá
La conversación
entre Macri y Alberto Fernández eleva el grado de civilización (*)
La conversación
entre Macri y Alberto Fernández eleva el grado de civilización (*)
A
continuación, sus principales conceptos:
Que hayan conversado Mauricio Macri y Alberto Fernández puede ser el dato que marque
el principio del fin de esta crisis que
se desató el martes. Es una situación compleja: un presidente débil por su
derrota y un candidato que ganó abrumadoramente, pero no fue elegido, porque
eran elecciones primarias. Esta conversación coloca a la
política argentina en un grado de civilización y de cultura que necesitaba la
economía para empezar a normalizarse.
Fue difícil para los dos. Su
relación es complicada hace mucho tiempo. Ambos fueron dirigentes políticos en la Capital , en el mismo
distrito, siempre enfrentados. Siempre tuvieron una relación tensa. Hay algo
que dijo Alberto Fernández que es muy importante: que el Presidente debe
terminar su mandato. Y es cierto lo que dice, el hecho de que no puede hacer
mucho, porque ni siquiera es presidente electo, es solo formalmente candidato.
Esta
situación los comprende a los dos: Macri también es candidato. Por eso
Fernández marca la diferencia de las concepciones políticas: dice que ambos
tienen visiones muy distintas. Macri seguramente también seguirá marcando las
diferencias, porque ambos son candidatos en campaña. Pero tienen que hablar, porque
la sociedad no puede aguantar esta crisis hasta el 27 de octubre, mucho menos
hasta el 10 de diciembre.
Es un lugar incómodo y
contradictorio. Son competidores, pero a ninguno de los dos le conviene que la
situación se agrave aún más. A Macri no le conviene porque la gente, al final
del día, va a responsabilizar al Presidente de la crisis, no al que no tiene el
gobierno. Y a Alberto tampoco le conviene, porque es el hombre que tiene el 90%
de posibilidades de recibir esa herencia.
Dicho
eso, y admitiendo la contradicción, ambos son responsables de tratar de que esa
contradicción afecte lo menos posible a la economía. Porque esto no es una
afectación a los dirigentes ni a los candidatos; lo es a la sociedad. Cuando
hay semejante devaluación, estamos hablando de una inflación que será altísima y afectará
a todos. Es una destrucción enorme de la riqueza argentina.
Otro
dato importante fue la propia conferencia de Alberto Fernández. Dijo cosas para
calmar a los mercados, no solo alguna frase suelta o en alguna entrevista con
un medio, sino en un diálogo con la prensa y con la sociedad formal. Cosas como
que no vamos a ser Venezuela, no va a haber cepo cambiario, vamos a honrar las deudas de la Nación. Eso
debería hacer que nos levantemos el jueves en una economía mucho más tranquila.
(*) La Nación , 15/8/019.
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