La contratapa de Jorge Majfud
Masacre que no se filtra, no existe
Página/12
24 de noviembre de 2021
“Si las guerras pueden comenzar con
mentiras, la paz bien puede comenzar con la verdad”.
Julian Assange.
El 8 de marzo de 2019, los
analistas de un comando militar estadounidense localizado en la millonaria
península de Catar se encontraban observando una calle de un pueblo pobre en
Siria a través de imágenes de alta definición captadas por un dron inteligente.
En la conversación que quedó grabada, los analistas reconocieron que la multitud
estaba compuesta mayormente por niños y mujeres. A un costado, un hombre
portaba un arma, pero todo parecía desarrollarse de forma tranquila. Hasta que
una bomba de
A
Al día siguiente, los
observadores civiles que llegaron al área encontraron casi un centenar de
cuerpos destrozados de niños y mujeres. La organización de derechos humanos
Raqqa Is Being Slaughtered publicó algunas fotos de los cuerpos, pero las
imágenes satelitales sólo mostraron que donde cuatro días atrás había un barrio
modesto sobre el río Eufrates y en un área bajo el control de la “coalición
democrática”, ahora no quedaba nada.
Luego se supo que la orden
del bombardeo había procedido de un grupo especial llamado “Task Force
Cuando el New York
Times realizó una investigación sobre los hechos y la envió al comando
de
El 13 de noviembre el New
York Times publicó su extensa investigación sobre el bombardeo de
Baghuz. De la misma forma que esta masacre no fue reportada ni alcanzó la
indignación de la gran prensa mundial, así también será olvidada como fueron
olvidadas otras masacres de las fuerzas de la libertad y la civilización en
países lejanos.
El mismo diario recordó que
el ejército admitió la matanza de diez civiles inocentes (siete de ellos niños)
el 10 de agosto en Kabul, Afganistán, pero este tipo de reconocimiento público
es algo inusual. Más a menudo, las muertes de civiles no se cuentan incluso en
informes clasificados. Casi mil ataques alcanzaron objetivos en Siria e Irak
solo en 2019, utilizando 4.729 bombas. Sin embargo, el recuento oficial de
civiles muertos por parte del ejército durante todo el año es de solo 22. En
cinco años, se reportaron 35.000 ataques pero, por ejemplo, los bombardeos del
18 de marzo que costaron la vida a casi un centenar de inocentes no aparecen
por ninguna parte.
En estos ataques, varias
ciudades sirias, incluida la capital regional, Raqqa, quedaron reducidas
escombros. Las organizaciones de derechos humanos informaron que la coalición
causó miles de muertes de civiles durante la guerra, pero en los informes
oficiales y en la prensa influyente del mundo no se encuentran, salvo
excepciones como el de este informe del NYT. Mucho menos en los informes
militares que evalúan e investigan sus propias acciones.
Según el NYT del 13 de
noviembre,
En Baghuz se libró una de
las últimas batallas contra el dominio territorial de ISIS, otro grupo surgido
del caos promovido por Washington en Medio Oriente, en este caso, a partir de
la invasión a Irak lanzada en 2003 por la santísima trinidad Bush-Blair-Aznar y
en base a las ya célebres mentiras que luego vendieron como errores de
inteligencia. Guerra que dejó más de un millón de muertos como si nada.
Desde entonces, cada vez que
se sabe de alguna matanza de las fuerzas civilizadoras, es por alguna
filtración. Basta con recordar otra investigación, la del USA
Today que hace dos años reveló los hechos acontecidos en Afganistán el
22 de agosto de 2008. Luego del bombardeo de Azizabad, los oficiales del
ejército estadounidense (incluido Oliver North, convicto y perdonado por
mentirle al Congreso en el escándalo Irán-Contras) informaron que todo había
salido a la perfección, que la aldea los había recibido con aplausos, que se
había matado a un líder talibán y que los daños colaterales habían sido
mínimos. No se informó que los habían recibido a pedradas, que habían muerto
decenas de personas, entre ellos 60 niños. Un detalle.
Mientras tanto, Julian
Assange continúa secuestrado por cometer el delito de informar sobre crímenes
de guerra semejantes. Mientras tanto los semidioses continúan decidiendo desde
el cielo quiénes viven y quiénes mueren, ya sea desde drones inteligentes o por
su policía ideológica,
La conveniente, cobarde y
recurrente justificación de que estos ataques se tratan de actos de “defensa
propia” es una broma de muy mal gusto. No existe ningún acto de defensa propia
cuando un país está ocupando otro país y bombardeando inocentes que luego son
etiquetados como “efectos colaterales”.
Está de más decir que
ninguna investigación culminará nunca con una condena efectiva a los
responsables de semejantes atrocidades que nunca conmueve a las almas
religiosas. Si así ocurriese, sólo sería cuestión de esperar un perdón
presidencial, como cada mes de noviembre, para Acción de Gracias, el presidente
estadounidense perdona a un pavo blanco, justo en medio de una masacre de
millones de pavos negros.
Nadie sabe y seguramente
nadie sabrá nunca los nombres de los responsables de esta masacre. Lo que sí
sabemos es que en unos años volverán a su país y lucirán orgullosas medallas en
el pecho que sólo ellos saben qué significa. Sabemos, también, que al verlas
muchos patriotas les agradecerán “por luchar por nuestra libertad” y les darán
las gracias “por su sacrificio protegiendo este país”. Muchos de estos
agradecidos patriotas son los mismos que flamean la bandera de
Tradición que nunca murió.
Sólo cambió de forma.
ResponderEliminar"El tifón mas temido aun no se ha visto
Aparece en los sueños de sensibles
Mordisquea la oreja de inocentes
Pero es imperceptible y silencioso
Como ríspidos pedazos de olvido"
Fragmento de "Escribire una frase cada dia"
Y lo sigo diciendo en "El tifon mas temido"Cuando el terrible poder
construyó con sus herramientas
un tonto castillo de naipes
y los argumentos sucios de su odio, revividos,
atraen a los idiotas
El tifón más temido aún no ha llegado
https://www.youtube.com/watch?v=mFisUc5djGk