La narración de Raúl Kollmann
Hackearon los datos de los miembros de la PSA , la fuerza que depende de
Bullrich, y les robaron parte de su sueldo
Página/12
5 de enero de 2025
La nómina de efectivos, policiales y civiles, de
La violación de la seguridad de
Apagón,
hackeo y mutuales fantasmas
Seis fuentes distintas le describieron lo
ocurrido a Página/12 y señalaron que hubo un primer apagón del
sistema informático que se extendió durante más de una hora. Cuando los
técnicos recuperaron el control, no detectaron ninguna irregularidad. El
episodio se guardó en total secreto, algo que se repite en todos los ámbitos:
nadie admite un hackeo, porque es admitir una gravísima falta, un agujero
enorme en la seguridad. Es posible que las autoridades de
Sucedió algo parecido con dos conocidos
laboratorios de estudios médicos -donde se hacen la revisión la mayoría de los
jugadores de fútbol- cuyos sistemas informáticos estuvieron bloqueados y habían
perdido los registros de las historias clínicas. Fue público y notorio que se
vieron impedidos de dar turnos. Hay bancos que han tenido que negociar con los
hackers y es un secreto a voces que pagaron lo que equivale a un rescate.
También el Estado intentó amortiguar el ingreso de hackers a los datos de Mi
Argentina en el que llegaron a cambiar hasta la gráfica. Se dice que
la seguridad fue violada en el sistema de
El impacto en
Algunas de las versiones recogidas por este
diario indican que hubo efectivos a los que les descontaron en tres
oportunidades: sucede que los hackers, cuando vulneran la seguridad, no sólo
acceden a los datos -y a alterarlos-, sino que también dejan instalado un
programa que les permite volver a acceder.
Hasta
pruebas de vida
La ofensiva de los hackers aparece ya como
máxima preocupación también en los principales diarios norteamericanos. Son
grupos de jóvenes que actúan usando servidores ubicados en Corea del Norte,
China, Rusia, pero también aparecen infinidad de países pequeños que en verdad
sólo sirven de puentes. Las bandas de hackers que realmente operan redireccionan
para engañar. “pueden estar en la esquina de tu casa, pero simulan estar en
Moldavia, por ejemplo. Tratan de borrar los rastros”. Y el sistema es de prueba
y error, intentan miles de veces, hasta que encuentran alguna forma de entrar
al sistema que tratan de hackear.
En el caso de
Sucede que en otras oportunidades -como ocurrió
con los dos centros médicos conocidos y los bancos-, el objetivo es
extorsionar: exigen un dinero para devolver los archivos. Quienes participaron
en negociaciones con hackers le contaron a Página/12 que se
les suele pedir una prueba de vida, como en los secuestros: “exhíbame el
contenido de la carpeta denominada Francia”. Se supone que, si los hackers se
apropiaron de la información, pueden acceder a ese contenido y mostrarlo. El
pago se hace en bitcoins, de manera difícil de rastrear, con muchas terminales
en Dubai. Para los bancos y esos dos centros médicos, el bloqueo de su sistema
significa casi la paralización.
Por otro lado, también está el hackeo para
vender los datos en lo que llaman la dark-web o deep-web. Seguramente habrá
interesados en quedarse con toda la lista de los efectivos de
Inversión
y equipos entrenados
Quienes se ocupan de la batalla contra los
hackers sostienen que uno de los grandes problemas es la falta de
inversión: se requiere tener super-actualizados, casi minuto a minuto, los
antivirus. Esos sistemas no son sólo un software, sino que son sistemas on-line
24 horas, porque los ataques son permanentes y donde se produce una alarma hay
que actuar de inmediato. Por supuesto que están quienes dicen que lo
fundamental no son los sistemas antivirus -norteamericanos, israelíes, lo
conveniente es combinar, no depender de un proveedor-, sino tener un equipo
entrenado, con técnicos en las oficinas y otros con guardias pasivas, en su
casa, pero con capacidad para reaccionar en instantes a cualquier
irrupción. Hay organismos del estado a cuyos sistemas los hackers
intentan ingresar 5.000 veces por día. El ataque es constante.
En ese marco, hay acusación contra los
funcionarios de Milei porque, así como no hay inversión en obra pública y las
rutas se empiezan a llenar de pozos, no hay inversión en los sistemas de
seguridad. A esto se agrega que falló
El hecho concreto es que le entraron al sistema
de una fuerza de seguridad y, más allá de que hubo un robo de dinero, está
claro que los hackers tienen toda la nómina de los efectivos, con sus datos
personales y mucho más. Y es una fuerza clave que está en los aeropuertos, con
un papel protagónico en la prevención de atentados terroristas. La evidencia es
que, lejos de ser una garantía, la defensa parece hacer agua.
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