El escrito de Marcos Novaro
Elecciones
en PBA: del empate técnico que pronosticó Milei a una derrota aplastante
Fuente: TN
(*) Notiar.com.ar
8/9/025
Axel Kicillof fue el gran ganador de este domingo.
Ante todo, porque se plantó frente a Cristina Kirchner y los suyos, se negó a
hacer por ellos lo que Vidal hizo en 2019 por Macri, y gracias a lo cual el
propio Kicillof se convirtió en gobernador: someter su distrito a las
necesidades de su líder nacional. Y desdobló los comicios distritales, para que
pesaran lo más posible las gestiones locales de sus más de 80 intendentes, y
sus respectivos aparatos políticos, no los temas nacionales en que sus
adversarios, los libertarios, llevaban ventaja.
Ganó también porque se negó a hacer campaña con la
consigna “Cristina Libre”, asumiendo muy sensatamente que eso no le interesaba
a casi ningún bonaerense, ni siquiera a los votantes peronistas. Y sabiendo que
correr a la expresidenta de la escena sería más un problema para el mileísmo
que para él. Porque sin ella en el centro de la atención, se liberaba de un
lastre al peronismo y de una bandera anticorrupción y anticasta al gobierno
nacional.
Fue gracias a eso, finalmente, que las revelaciones
sobre corrupción en el entorno del actual presidente se volvieron tan potentes:
los más corruptos parecieron estar ahora en
Y Kicillof también acertó en darle un tono
relativamente “civilizado” a sus planteos frente a la política libertaria, por
más que fue lapidaria su descalificación del plan de estabilización y magnificó
todo el tiempo sus costos sociales. Frente al siempre altisonante y
frecuentemente violento discurso del mileísmo, el gobernador ganó así
credenciales de moderado, aunque el contenido de sus planteos no lo haya sido
nunca. Cuando Milei prometió dejar de insultar a sus adversarios, recordemos,
lo siguió haciendo con Kicillof, aclarando que en su caso “se lo merecía”. Por
más que después militantes kichneristas le tiraron piedras en varios actos,
quién era el violento y quién el civilizado fue otro terreno en que el líder
kirchnerista sacó ventaja.
Mientras tanto, Milei no dejó ni un momento de meter
la pata. Y no solo en lo referido a esta campaña electoral, no solo por el mal
manejo de las candidaturas locales, ni por el escándalo de corrupción en Discapacidad,
justo cuando se estaban negando más recursos para esa área, sino también en
todo lo demás.
Hace meses que es evidente que su apuesta por
inmovilizar el Congreso y gobernar solo le estaba saliendo más cara que todo el
ahorro que pretendió lograr con ella. Al ponerle así un candado a las
ventanillas de negociación con los gobernadores y los partidos moderados, bajó
el gasto. Pero dada la cantidad de recursos que se gastaron para sostener el
dólar cuando el Congreso le empezó a votar todo en contra, y el crecimiento que
se sacrificó a continuación, al llevar las tasas de interés a las nubes, es
indudable que al gobierno le hubiera resultado mucho más conveniente seguir con
los aliados que había conseguido en 2024, y atender aunque más no sea mínimamente
sus necesidades.
Porque además LLA insistió en deglutirse a quienes le
quedaron a tiro: Macri, los radicales peluca, los peronistas disidentes que
logró capturar. Y al hacerlo, en vez de sumar votos, sumó solo unas pocas
figuras encima devaluadas, por haber aceptado dócilmente su deglución. Una
coalición heterogénea siempre tiene sus inconvenientes porque es difícil
disciplinarla, pero tiene también ventajas: permite captar distintos
electorados. El mileísmo quiso disciplinar su base de apoyo para construir una
mayoría propia, monocolor. Y en cambio lo que logró fue alambrar un corralito
muy pequeño, el del 30% que lo acompaña desde la primera vuelta de 2023. Ese
30% es lo que consiguió este domingo. Mucho menos que lo que necesita para
sobrevivir. La elección bonaerense le mostró su error.
¿Está a tiempo de corregir esa estrategia? Deberá
hacerlo ahora desde una posición de más debilidad. Pero es la única opción si
quiere sortear el 2025 y llegar al 2027. Porque en octubre no se puede saber ya
qué le espera: si no asume el error y hace correcciones importantes en los
próximos días, se podría repetir algo parecido a nivel nacional a lo que
sucedió con los bonaerenses, aunque con otros adversarios. Ahí están los
gobernadores moderados esperándolo.
Y estos gobernadores son su mejor opción a esta
altura: siguen tendiéndole la mano, quieren negociar con él, no hacerle juicio
político. Debería haberlos escuchado antes. Pero al menos puede hacerlo ahora.
Si Milei cree en cambio que puede sostener su apuesta,
porque Buenos Aires es difícil pero en el interior le va a ir mejor, y lo único
que tiene que cambiar es algunas caras y elegir un cabeza de turco por el
traspié de este domingo, va a tener problemas aún más serios que los que ya
tiene.

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