Balance de un año complicado
Balance de un año complicado
En pocas horas culmina 2018,
un año difícil e insoportable para la inmensa mayoría del pueblo argentino. Lo
fue porque la política económica aplicada sin anestesia por el gobierno
nacional obligó a millones de compatriotas a soportar con estoicismo una merma
permanente de su nivel de vida. Lo fue porque la sociedad está a un paso de
naturalizar el ajuste y sus deletéreas consecuencias. El mensaje del gobierno (“se
debe pagar el costo de la fiesta de Cristina”) caló hondo en el espíritu de
muchos de nosotros. Si bien muchos argentinos no niegan el sufrimiento que ello
implica, están convencidos de que es algo lógico que ello suceda porque durante
12 años y medio se vivió en el país de la jauja, del despilfarro irresponsable,
de la demagogia desenfrenada, de la corrupción intolerable. No queda, pues, más
remedio que felicitar a Jaime Durán Barba ya que consiguió algo sumamente
complicado: convencer a millones de personas que está bien que sufran
privaciones, que es natural que ello suceda, que es el costo a pagar para luego
ingresar al esperado período de bienaventuranza.
Ello explica la aterradora
mansedumbre de los argentinos. Porque durante este año que termina soportamos
todo tipo de privaciones y humillaciones, muchas de ellas absolutamente gratuitas
e innecesarias. La peor de las humillaciones fue, a mi entender, la permanente predisposición del Presidente
por la mentira aviesa y obscena. En efecto, Mauricio Macri demostró ser un
experto actor dramático. Si se hubiera dedicado a las tablas, seguramente
hubiera acompañado a Alfredo Alcón en varias de sus puestas en escena en el
Teatro General San Martín. Aparentando estar preocupado por lo que están
sufriendo los argentinos, Mauricio Macri aludía permanentemente a un futuro
venturoso, al desafío que significaba para el gobierno las sucesivas tormentas
que debió enfrentar, a la imperiosa necesidad de aceptar el camino trazado por
el oficialismo porque era el único posible. Con ese mensaje y con esa actuación
de actor dramático, el Presidente procuró convencer a los argentinos de que el
ajuste es inexorable, un hecho natural, un paso doloroso pero necesario para
luego adentrarse en la impostergable etapa del desarrollo.
Todo fue una gran mentira, una
fenomenal impostura. Mauricio Macri nos mintió en la cara de manera descarada.
Nos hizo hacer creer que el Gobierno se vio sorprendido en su buena fe por un
ambiente internacional poco favorable, que el Gobierno nada tuvo que ver con
los padecimientos de los argentinos. Lo más terrible es que hay compatriotas
que aún le creen a este miserable. Porque lo que sucedió fue muy diferente. En
junio el Gobierno estaba al borde del default, de la cesación de pagos, de la
quiebra. De no haber sido por la mano salvadora del FMI, Mauricio Macri hubiera
dejado de ser presidente. Gracias a Christine Lagarde el gobierno consiguió los
dólares necesarios (vitales, en realidad) para llegar a las elecciones de 2019.
En otros términos: Mauricio Macri sigue en la
Casa Rosada porque el FMI así lo decidió.
Sin embargo, Mauricio Macri les hizo creer a los argentinos que los 57.000
millones de dólares que recibió del FMI se debieron a la confianza que el mundo
le tiene ahora a la Argentina. Qué
duda cabe que se trata de una persona visceralmente amoral y perversa
2018 está a punto de terminar
con un riesgo país cercano a los 840 puntos básicos, un desempleo de casi dos
dígitos, una inflación cercana al 48%, un dólar cercano a los 39$ (en marzo
estaba a 20$) y una caída fenomenal de la actividad económica. Estamos en un
escenario de recesión con inflación. Mientras tanto, el ministro Dietrich
anunció un feroz aumento del transporte y su ex colega Iguacel hizo lo propio
con la energía. ¿El Presidente? Está descansando en Villa La Angostura …
Está a punto de terminar 2018,
un año difícil de olvidar. Lamentablemente, 2019 será más duro. No hay que ser
un economista para percatarse de ello. La historia ha demostrado hasta el
cansancio que los planes de ajuste terminan inexorablemente en verdaderos
desastres. ¿Por qué el plan de ajuste de Mauricio Macri sería una excepción?
Lic. Hernan Kruse
(*)Especial para "Viento del
Sur"
30.12.18
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