Voz Ciudadana (*)
Voz Ciudadana (*)
Alicia Caballero Galindo
CADA AÑO QUE CONCLUYE
REPRESENTA 365 DÍAS DE HISTORIA QUE ESCRIBIMOS EN EL LIBRO DE NUESTRA VIDA Y
CADA AÑO QUE INICIA ES UNA ESPERANZA QUE NOS DA LA
OPORTUNIDAD DE SER
MEJORES.
En dos días más llegamos al
último día del año; en la mayoría de los hogares las familias se reúnen, se
preparan para celebrar juntos una fecha simbólica muy especial; la terminación
de un año; de un período de doce meses, que representan 48 semanas, 365 días en
el transcurso de nuestra vida. Para los niños significa cohetes,
luces de bengala, antojos al por mayor y reunión con los primos y amigos que
por largo tiempo no veían. Para los jóvenes, tiempo de “reventón” bailes,
encuentros y ¡mucha diversión! y para la gente madura, es tiempo de balances en
la vida que es río eterno que fluye sin detenerse ni
poder regresar al punto de partida y arrastra consigo, propósitos realizados,
éxitos alcanzados, afecto sembrado y cosechado, metas inconclusas, lágrimas,
risas, recuerdos . . . cuyo eco resuena en la memoria como música
lejana y se asienta en las playas del tiempo para dejar en el libro de cada
historia un aprendizaje para continuar creciendo.
Al concluir un año debe inundar
el alma un sentimiento de satisfacción por lo aprendido que permite ser mejores
a los que aprenden la lección. Cada final siempre implica un nuevo principio y
cada principio es una esperanza. Es lamentable escuchar las trilladas
expresiones el 31 de diciembre: “un año más que se va” “un año menos de vida”
“el tiempo se va como arena entre las manos, sin detenerse, dejándolas vacías”
etc. etc. esos comentarios ponen de manifiesto un negativismo que debemos
borrar del camino con un cambio de actitud. Un año que termina con todo su bagaje
de experiencias, representa una riqueza adquirida, porque la vida es la
universidad que todos debemos cursar; llegamos a este mundo con un potencial de
inteligencia de amor y capacidad de aprendizaje que debemos usar La gracia de
nuestra existencia es justamente la capacidad de superación; El crecimiento debe
ser nuestro paradigma. Cada año que concluye, es un paso más hacia
la superación, cumplir años es un privilegio negado a muchos. Veamos los logros
alcanzados y encontremos la manera de seguir buscando siempre nuevos horizontes
Querido lector:
Gracias a Dios en primer lugar,
por concedernos un año más de vida; gracias a El Diario de Ciudad Victoria, por
darme la oportunidad de llegar hasta ustedes semanalmente, gracias a quienes me
siguen leyendo y son un aliciente muy importante que me impulsa a
seguir escribiendo y luchando por superarme y ofrecer a ustedes mayor calidad
en mi columna.
Mis mejores deseos para que
cada vida, sea un caudal milagroso que fluya hacia el mar eterno de la
perfección y a su paso, deposite ese rico aluvión que al quedar en las
márgenes, fertilizará la tierra y florecerá perfumando el viento. Que el fruto
del amor, la dedicación, la constancia, la esperanza y la fe, sea fecunda
cosecha que les permita mirar con optimismo el mañana.
Que las plegarias y los deseos
de paz, amor igualdad y concordia sean una sola voz que se eleve con fervor,
para ser escuchada. Al sonar las doce campanadas, unamos las manos, volvamos al
cielo los ojos del corazón y pidamos y por un mundo mejor y seamos
protagonistas en este empeño.
(*) Publicado en el diario de Ciudad
Vitoria (Estado de Tamaulipas, México) el 29/12/018
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