Artículos publicados en El Informador Público
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La muerte política de Nisman
La muerte política de Nisman
A mediados de enero de 2015, el por entonces fiscal de la causa
AMIA, Alberto Nisman, lanzaba desde los estudios de TN una denuncia fulminante,
inédita en nuestra de por sí ajetreada historia: la presidente Cristina
Kirchner, el canciller Timerman y otras personas de menor relieve institucional
habían encubierto, a través del memorándum de entendimiento con Irán, a los
sospechosos iraníes de haber volado el edificio de la mutual judía. Quien lo
entrevistaba, el periodista Edgardo Alfano, no lograba salir de su asombro.
Nisman se mostró en su última aparición televisiva muy convencido de sus
palabras y muy consciente de la gravedad institucional de su denuncia. Como no
podía ser de otra manera, la denuncia de Nisman sacudió a la Argentina. Lanzar
semejante acusación contra la presidente de la nación no era cosa de todos los
días y el fiscal, por razones aún no del todo aclaradas, decidió hacerlo
públicamente. Al día siguiente toda la oposición antikirchnerista salió a
defender al fiscal, al igual que varios de sus colegas enfrentados con los
miembros de “Justicia legítima”, la agrupación judicial que se había creado
para defender el proyecto de Cristina de democratizar la Justicia. Destacados
juristas tildaron a la denuncia de Nisman de mamarracho jurídico y otros la
defendieron. Mientras tanto, el kirchnerismo apuntó todos sus cañones contra la
figura de Nisman, a quien comenzaron a sindicar como miembro de un plan
desestabilizador. El propio fiscal, envalentonado por las diputadas Patricia
Bullrich y Laura Alonso, expresó que era su decisión concurrir al Congreso para
ampliar su denuncia el próximo lunes 19 mientras que la diputada kirchneristra
Diana Conti anunció que los legisladores de la bancada oficialista irían al
Congreso con los tapones de punta.
Lamentablemente, la reunión de Nisman con los
legisladores quedó trunca para siempre. En la mañana del lunes 19 de enero la
opinión pública quedó conmovida por la noticia: el domingo 18 a la noche fuerzas
policiales habían encontrado en su departamento de Puerto Madero el cadáver de
Nisman, que presentaba un disparo en la cabeza. Tanto el oficialismo como la
oposición procuraron desde un principio utilizar políticamente este macabro
hallazgo. Bullrich y Alonso fueron las voces de quienes inmediatamente acusaron
y sentenciaron a la enemiga perfecta: Cristina Kirchner. La hipótesis del
asesinato fue enarbolada por estos sectores, al igual que por los fiscales cercanos
a Nisman, por la ex esposa del fiscal, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado y
por el poder mediático concentrado. En la vereda de enfrente, la propia
presidente lanzó la hipótesis, aunque con muchas dudas, del suicidio, hipótesis
que fue defendida desde un principio por la fiscal Viviana Fein, cuya actuación
dejó siempre mucho que desear. El desconcierto fue de tal magnitud que los
equipos de forenses comprometidos en el caso, uno oficial y el otro contratado
por Arroyo Salgado, no coincidieron en sus dictámenes. Cuesta creer que una
ciencia tan precisa como la medicina forense provoque opiniones tan dispares.
Para embarrar aún más la cancha, lo que aconteció en el departamento de Nisman
las veinticuatro horas previas al macabro hallazgo sigue envuelto en una
nebulosa. Aparentemente Nisman murió el domingo y durante varias horas sus
custodios, pese a no encontrar respuesta desde el interior del departamento
cuando efectuaban la llamada correspondiente, no tomaron la decisión que
correspondía: derribar la puerta. Cerca de la medianoche ingresó al lugar la
fiscal Fein encontrándose con un escenario sorprendente: muchas personas en el
lugar, entre ellas Sergio Berni, secretario de Seguridad. Qué sucedió en el
lugar en las horas previas al arribo de la fiscal Fein continúa siendo un
misterio para la opinión pública.
Durante el transcurso de 2015 hubo opiniones
encontradas sobre qué fue lo que realmente sucedió con Nisman. Para la fiscal
Fein -también para Berni- se trató de un suicidio. Para la jueza Arroyo Salgado
se trató de un homicidio. El esclarecimiento de esta vital cuestión es de
crucial importancia ya que si finalmente se prueba que se trató de un homicidio
debe intervenir la justicia federal, que es lo que desea la doctora Salgado. En
los últimos días la jueza Palmaghini denunció penalmente a la fiscal Fein y
luego de escuchar durante 16 horas al ex espía Jaime Stiuso, se declaró
incompetente con lo cual la causa recaerá seguramente en la justicia federal.
La muerte política de Nisman constituye uno de
los hechos más graves desde que el pueblo recuperó la democracia en 1983. Se
trata de una muerte política porque, haya sido un suicidio o un asesinato, la
víctima tenía a su cargo nada más y nada menos que la investigación del
atentado más grave de la historia argentina. La inmensa mayoría de la sociedad
está convencida que se trató de un asesinato para impedir que Nisman hablara en
el Congreso. Es probable que haya sido realmente un asesinato porque cuesta
creer que una persona como Nisman, que se vio tan seguro de sí mismo en
televisión, se suicide en las horas previas a un hecho que era sin dudas el más
relevante, política e institucionalmente hablando, de su vida. Ante la
eventualidad de que se trate efectivamente de un hecho criminal, muchos decidieron
actuar como jueces, entre ellos varios medios de comunicación, y sentenciaron
que la presidente de la nación había sido la autora intelectual del magnicidio.
Otros, entre los que me incluyo, estamos convencidos que fue un asesinato pero
que el o los autores buscaron aniquilar políticamente a Cristina, lo que en
buen romance significa que a la presidente le tiraron el cadáver del fiscal.
Lamentablemente la causa Nisman se politizó en
extremo. Desde que asumió Macri hay quienes pretenden imponer la veracidad de
la hipótesis del asesinato con la obvia intención de culpar a Cristina
Kirchner. El ex espía Jaime Stiuso, durante su exposición ante la jueza
Palmaghini, dijo sin ruborizarse que a Nisman lo había matado un “grupo de
tareas” local cercano a Cristina (mencionó a Quebracho). Por su parte, Luis
D’Elía expresó que lo que Macri quiere es ver presa a Cristina. ¿Alguien con un
mínimo de honestidad intelectual puede confiar en Stiuso, un ex agente de la SIDE que sobrevivió a la
dictadura militar, a Alfonsín, a Menem, a De la Rúa , a Duhalde, a Néstor Kirchner y a Cristina
hasta que la presidente decidió removerlo de su cargo? La cancha está tan
embarrada que probablemente nunca se sepa la verdad. Tantos son los interese en
juego que difícilmente la sociedad se entere de lo que verdaderamente ocurrió
ese fatídico domingo 18 de enero en el departamento de Nisman, quien había sido
promovido por Néstor Kirchner para que se dedicara a investigar, con el auxilio
del propio Stiuso, el atentado contra la AMIA. Mientras
tanto, el alma de cada uno de los muertos el 18 de julio de 1994 y la del
propio Nisman (la víctima 86 del atentado) siguen sin descansar en paz.
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