Un fiscal que eligió el camino de la fuga
Un fiscal que eligió el camino de la fuga
El fiscal Carlos
Stornelli incumplió a las 10 de la mañana la quinta convocatoria a prestar
declaración indagatoria en el juzgado federal de Dolores. La ausencia fue
anunciada por su abogado Roberto Ribas, quien justificó el incumplimiento
alegando que el expediente que instruye Alejo Ramos Padilla es "una
maniobra en contra de la causa de los cuadernos". Cualquiera sabe que un
imputado puede considerar que un juez es parcial, incompetente o lo que fuera
--de hecho hay miles de recusaciones--, pero aún así debe presentarse ante la
citación del magistrado. Se ve que Stornelli, alentado por el apoyo del
presidente Mauricio Macri, la protección del procurador Eduardo Casal y el
calorcito del coro mediático, se siente con espaldas para no ponerse a derecho.
En Comodoro Py hay mucha incomodidad con la rebeldía de Stornelli, un fiscal
querido por muy pocos hoy en día en el edificio de Retiro.
En una resolución
emitida hace una semana, el juez Alejo Ramos le pidió al Procurador la remoción
de Stornelli como fiscal y el consecuente desafuero. No parece que el
magistrado pueda hacer mucho más porque la Cámara de Mar del Plata le dejó en claro que el
fiscal no puede ser detenido, tiene inmunidad de arresto. Casal, como lo ha
hecho desde que Stornelli está en rebeldía, puso en marcha una comisión para
que instruya un sumario y resuelva en 60 días. O sea le extendió un cheque de
dos meses para que siga rebelde.
El procurador no ordenó
el jury de enjuiciamiento, que podría resolver la destitución de Stornelli y
mucho menos hizo alguna declaración pública diciendo, aunque sea, que estaría
bueno, sería adecuado, que el fiscal se ponga a derecho. El único que salió a
la cancha fue el integrante de la Corte Suprema , Horacio Rosatti, quien dijo que
cualquier funcionario judicial citado debía presentarse. Fue una clara alusión
a Stornelli.
La coalición
judicial-mediática-política alineada con Cambiemos se lanzó durante el fin de
semana pasado a emitir escuchas ilegales en las que se percibe la voz de dos
personas presas, Juan Pablo Schiavi y Roberto Baratta, quienes supuestamente
estaban al tanto de que se iba a presentar la denuncia contra el falso abogado
Marcelo D'Alessio, entre otros delitos por operar ilegalmente con el fiscal
Stornelli. Las escuchas son del 18 y el 19 de enero, o sea diez días después de
producida la extorsión, tras una reunión entre D'Alessio y Stornelli, en
Pinamar, el 8 de enero.
No hay delito alguno de
quienes hablaban por teléfono ni se evidencia que hayan tenido poder de armar
nada: el expediente de Dolores no se basa en dibujos sino en las pruebas de
extorsión, coacción y armado de pruebas. Incluso durante la semana que termina
ahora, Alejo Ramos Padilla, sostuvo que Stornelli no es el centro del
expediente sino que en Dolores se investiga una asociación ilícita paraestatal
-se perciben vínculos con la
Agencia Federal de Inteligencia y dos ministerios- dedicada
al espionaje ilegal, las extorsiones y el armado de operaciones políticas y
judiciales.
De todas maneras,
Stornelli y su abogado usaron la jugarreta de la difusión de los medios para
esquivar la citación de este viernes. En un escrito burdo, de escaso nivel, argumentaron
que se comprobó el armado de la causa de Dolores y adelantaron que el fiscal no
concurriría. Es más, le pidieron a su juez aliado, Claudio Bonadio, que llame a
indagatoria a los protagonistas de las escuchas Schiavi, Baratta, el ex
embajador Eduardo Valdés y el ex funcionario Carlos Zelcovicz. En el texto ni
siquiera pudieron detallar cuál fue el delito en el que incurrieron.
Por el contrario, los
delitos de Stornelli están muy claros y no sólo los expuso el juez Ramos
Padilla sino también una Comisión Evaluadora del Ministerio Público. Este
viernes debía responder por la coacción al ex gerente de Pdvesa, Gonzalo Brusa
Dovat, por la realización de cámaras ocultas ilegales a los abogados José
Manuel Ubeira y Javier Landaburu; por el espionaje ilegal al ex marido de su
actual pareja y a empresarios uruguayos; por la extorsión e intimidación a
Pablo Barreiro; y por su participación en la extorsión contra Pedro Etchebest.
Con su ausencia de este
viernes, Stornelli cumple ya 65 días de rebelde. Su problema es que no quiere
ser procesado. Sabe que con las evidencias del expediente no podrá esquivar el
procesamiento, pero en lugar de apelar a la Cámara y luego a la Casación , como cualquier
mortal, eligió el camino de la fuga.
(*) Página/12,
31/5/019.
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