Artículo publicado por el centro de Estudios Políticos y Sociales "Santo Tomás Moro"
Artículo publicado por el centro de Estudios Políticos y Sociales "Santo Tomás Moro"
Centro de Estudios Políticos y Sociales “Santo Tomás
Moro"
domingo, 23 de junio de 2019
El odio como estandarte
Centro de Estudios Políticos y Sociales “Santo Tomás
Moro"
Cuando los
gobernantes se dedican a exaltar el mal, a propagar el error, a saquear los
bienes morales que constituyen la principal riqueza de un pueblo, es natural
que acaben organizándose como bandas de ladrones, mientras el pueblo chapotea
en la sentina de los vicios. Juan Manuel de Prada
domingo, 23 de junio de 2019
El odio como estandarte
por Hernán
Andrés Kruse
Este sábado a la noche quedaron
definidas todas las candidaturas. A partir del lunes comenzará la campaña
electoral, cuya primera estación será el 11 de agosto, donde tendrán lugar las
Primarias Abiertas, Secretas y Obligatorias (PASO), que, tal como se vienen
sucediendo los acontecimientos, será una virtual primera vuelta.
Para el Gobierno será vital que
la diferencia a favor de la fórmula AF-CFK sea no mayor de cinco puntos, porque
en caso contrario sus chances para octubre se reducirán dramáticamente. A lo
que aspira el oficialismo es a demostrarle al electorado que está en
condiciones de competir seriamente por el poder en la primera vuelta de
octubre, paso previo indispensable para arribar al ansiado ballotage. El
objetivo de Macri no es otro que recrear el escenario de 2015. No hay, pues,
mucho misterio.
La gran diferencia con respecto a la elección de hace cuatro años es que en ese momento Macri era el candidato presidencial por la oposición. Podía darse el lujo de prometer cualquier cosa porque todo el peso de la campaña recaía sobre los hombres de Daniel Scioli quien, a pesar de todo, hizo una excelente elección en la recordada segunda vuelta. Ahora es Macri el que debe soportar la pesada carga de cuatro años de desaciertos, errores y desaguisados que han deteriorado severamente el nivel de vida de la inmensa mayoría de la población. Consciente de que no puede valerse de la economía para entusiasmar al electorado, no le queda más remedio que alimentar el odio a Cristina que tan buenos resultados le viene dando desde2015 a la fecha. Si no se puede con la razón,
hay que valerse de la pasión. Es por ello que tiene mucha razón Claudio
Jacquelin cuando expresa en el artículo que La Nación le publica hoy
(21/6/019) que en la elección de octubre primará la emoción y no la reflexión.
Vale decir que quienes ingresemos al cuarto oscuro votaremos con bronca, con
odio, con resentimiento. Macri aspira a que sea mayor el número de ciudadanos
que voten con odio, bronca y resentimiento por su candidatura (para así impedir
el retorno de Cristina) y no por la de Cristina (para así impedir la reelección
de Macri), que sea mayor el número de quienes voten en contra de Cristina y no
en su contra.
Si alguien espera algún debate de ideas, pecará de ingenuo. Como bien señaló hace un tiempo el diputado nacional Leopoldo Moreau la que se viene será la campaña electoral más sucia desde el advenimiento de la democracia. El Gobierno no respetará ningún código, ninguna norma de convivencia democrática, ninguna propuesta de la oposición. Para Macri y sus secuaces Alberto Fernández y Cristina Kirchner son el enemigo a vencer, a destruir, a aniquilar. El odio será, qué duda cabe, su estandarte.
Hace unos días Jorge Lanata dijo en su programa dominguero que no había que irse del país si Cristina ganaba ya que ello implicaría abandonar la lucha contra los hijos de puta que habían retornado. Para el experimentado periodista los millones de argentinos y argentinas que votaremos por la fórmula AF-CFK somos merecedores de semejante insulto. No recuerdo que niLa Nación ni Clarín hayan
salido a criticar semejante ataque dialéctico. Después, cuando Dady Brieva dijo
que había que poner en práctica una Conadep para el ejercicio periodístico el
monopolio mediático le salió con los tapones de punta. Vale decir que los
agravios de Lanata están bien y la propuesta de Brieva está mal. Este jueves
Cristina hizo un comentario polémico sobre Manuel Belgrano y el monopolio
mediático le disparó con munición gruesa. Nada dijo, sin embargo, sobre la escandalosa
participación de Macri en un modesto club situado en el barrio rosarino
Tablada. Teniendo como oyentes a alumnos de la escuela primaria, en lugar de
hablar de la bandera y de su creador despotricó contra el clan Moyano. Sin
embargo, semejante despropósito no mereció ninguna condena de parte de Clarín y
La Nación.
¿Quién se vale, entonces, de la grieta, para hacer campaña
electoral? ¿Macri o Cristina? Basta comparar el comportamiento de Cristina en
la presentación de su libro “Sinceramente” y el “discurso” de Macri en Tablada.
El presidente está nervioso. Es consciente que le resultará muy difícil
conseguir la reelección. Lo desespera que la historia lo registre como uno de
los peores presidentes desde la elección presidencial que consagró a Alfonsín. Por
eso no hay que subestimarlo. Hoy Macri se asemeja a un león herido que está
dispuesto a todo con tal de sobrevivir.
InformadorPúblico.com • 23/06/2019 •
La gran diferencia con respecto a la elección de hace cuatro años es que en ese momento Macri era el candidato presidencial por la oposición. Podía darse el lujo de prometer cualquier cosa porque todo el peso de la campaña recaía sobre los hombres de Daniel Scioli quien, a pesar de todo, hizo una excelente elección en la recordada segunda vuelta. Ahora es Macri el que debe soportar la pesada carga de cuatro años de desaciertos, errores y desaguisados que han deteriorado severamente el nivel de vida de la inmensa mayoría de la población. Consciente de que no puede valerse de la economía para entusiasmar al electorado, no le queda más remedio que alimentar el odio a Cristina que tan buenos resultados le viene dando desde
Si alguien espera algún debate de ideas, pecará de ingenuo. Como bien señaló hace un tiempo el diputado nacional Leopoldo Moreau la que se viene será la campaña electoral más sucia desde el advenimiento de la democracia. El Gobierno no respetará ningún código, ninguna norma de convivencia democrática, ninguna propuesta de la oposición. Para Macri y sus secuaces Alberto Fernández y Cristina Kirchner son el enemigo a vencer, a destruir, a aniquilar. El odio será, qué duda cabe, su estandarte.
Hace unos días Jorge Lanata dijo en su programa dominguero que no había que irse del país si Cristina ganaba ya que ello implicaría abandonar la lucha contra los hijos de puta que habían retornado. Para el experimentado periodista los millones de argentinos y argentinas que votaremos por la fórmula AF-CFK somos merecedores de semejante insulto. No recuerdo que ni
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InformadorPúblico.com • 23/06/2019 •
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