La reflexión de Daniel Link
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Daniel Link
¿Lloverá
o no lloverá? Imposible saberlo. Hasta que eso suceda, la “lluvia” es del orden
de lo posible, aun cuando se diga: “es necesario que llueva”. Lo posible se
abre a lo imaginario: imagino un sinfín de posibilidades (todas ellas tienen
como punto de partida mi propia capacidad de imaginar). ¿Recuperará mi salario
su poder adquisitivo (noviembre fue el mes más cruel)? ¿Me alcanzarán los ahorros
que tengo para las magras vacaciones planeadas? Por definición, con el nuevo
gobierno se abre ante nosotros un abanico de posibilidades que los fanáticos de
siempre quieren cerrar porque no pueden imaginar que suceda algo diferente de
lo que indican sus propias convicciones (que son casi siempre artículos de fe).
La forma “manantial” (lo que surge, en el lugar y en el momento en el que
surgen) tiene ese encanto: todo puede suceder y nos abrimos a la aventura de lo
imaginable. Lo que no puede sino suceder, lo imposible, es lo necesario: lo que
sucederá, no importa lo que yo piense. Cada vez que arrojo un objeto al aire
(pelota, piano, pantalón), este cae al suelo. La necesidad del cumplimiento de
la ley de gravedad es el fundamento de las ciencias físicas (al menos, las que
se corresponden con este plano dimensional). La historia es, también,
necesaria: lo que pasó, pasó y hemos llegado adonde estamos porque pasó lo que
pasó. Los procesos históricos son imposibles porque no se pueden ni olvidar ni
falsificar. Hemos llegado a este punto (a este abanico de posibilidades) porque
el Sr. Macri gobernó como gobernó. Y Macri llegó a gobernar porque la Sra. Fernández
había gobernado como había gobernado. Y así sucesivamente hacia atrás, hasta el
asesinato de Dorrego por Lavalle, quien fue el primero que dijo “la historia me
juzgará”.
No
tiene sentido quejarse por el pasado, que necesariamente ha sucedido y que no
es un mero posible librado a la imaginación o el deseo. Lo que hay que hacer es
analizarlo para ver cómo y por qué llegamos adonde llegamos: cómo y por qué,
por ejemplo, llegó el Sr. Macri a gobernar, evitando en la medida de lo posible
las teorías conspirativas, muy adecuadas para la falsificación de lo que fue.
Cada momento manantial es como una página en blanco, pero la página en blanco
no está vacía, sino plagada de cosas ya dichas y en relación con las cuales se
podría diseñar un posible solo si se leen bien las huellas previas. La semana
que viene estaremos ya en territorio de necesidad porque, si el nuevo gobierno
propone una medida, habrá una reacción, un resultado, una consecuencia, un
proceso que se desarrollará indefectiblemente. No sabremos nunca si pudo o no
evitarse, pero lo cierto es que es necesario que el peronismo metiera la pata
tantas veces para haber llegado a este momento que, todos deseamos, tal vez sea
el de su última radiante mutación.
(*) Perfil, 14/12/019.
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