El enfoque de Mónica Peralta Ramos
El enfoque de Mónica Peralta Ramos
UNA
LECTURA FEMINISTA DE
UNA
LECTURA FEMINISTA DE LA DEUDA
(*)
Una lectura
feminista de la deuda (Luci Cavallero, Verónica Gago, editorial
Fundación Rosa Luxemburgo, 2019) explora y debate una problemática fundamental
de la época en que vivimos: la articulación entre la violencia del endeudamiento
y la violencia de género. En este debate, el análisis contribuye a sacar a la
luz aspectos cruciales de una contradicción esencial a la vida humana, un
conflicto que supurando por los diversos intersticios de la sociedad adquiere
relevancia creciente en la práctica de la protesta social.
En los orígenes de la vida humana todo era caótico. Lo
natural y lo sobrenatural avasallaban lo cotidiano. En este contexto indomable,
la producción material para subsistir y la reproducción de la vida fueron los
ejes sobre los que se fundó el orden que permitió a la especie humana
sobrevivir en el planeta. Ese orden, basado en la diferencia de sexos y en la
división del trabajo, generó asincronías y un excedente e impregnó con
relaciones de poder las distintas áreas de la vida social. Así como las capas
geológicas de la tierra se acumulan y superponen ocultando un centro en
permanente estado de combustión, el tiempo y la diversidad cultural enterraron
las relaciones que dieron origen a la vida social, en las regiones más
profundas e impenetrables de la psiquis colectiva. Sin embargo, hoy el fuego
incandescente de una dominación y explotación originaria empieza a salir a la
luz del día.
Nuestro presente está penetrado por un capitalismo
monopólico global, una forma de organización social que domina al mundo a
partir de la creciente concentración del poder económico, político y cultural.
Esta forma de capitalismo potenció y concentró el control social e integrar a
la producción y a las finanzas mundiales como nunca antes en la historia de la
humanidad. La dinámica de esta organización social reside en la absorción del
excedente, de la riqueza acumulada y de los ingresos mundiales a través de todo
tipo de rentas monopólicas, entre las que se destacan las financieras. El motor
de esta dinámica es el saqueo y la usura, naturalizados a través de diversos
mecanismos institucionales, tecnológicos y culturales. La contracara de esta
concentración de poder en todas las áreas de la vida social, es la creciente
división, dispersión y oposición de vastos sectores sociales, países y regiones
y un estado de guerra permanente expresado en una violencia visible y
militarizada pero también invisible, subrepticia y cada vez más sofisticada
tecnológicamente. A pesar de ello, las contradicciones y conflictos engendrados
por esta forma de organización social amenazan con destruir totalmente la vida
en el planeta.
Hoy vivimos en la penumbra que provoca un pasado que
desaparece y el resplandor de un futuro que no termina de nacer. En esa
penumbra se escuchan voces de lo que viene, tibias, confusas, pero impregnadas
con los destellos de una luz nueva. Estas voces resisten la explotación y
buscan delinear un nuevo orden social. Entre estas voces se destaca el rumor de
una ola verde, un movimiento feminista que pone en cuestión una violencia de
genero intrínsecamente enraizada en la dominación y explotación del sistema
capitalista. Esta ola verde arranca jirones de un pasado tenebroso que se
empecina en ocultar su esencia. Lo que está en cuestión por estos días es la
visibilidad del núcleo central de formas de explotación y dominación que, bajo
distintas formas, se han sucedido a través del tiempo y las diversas culturas.
Esto no es poca cosa: abre las puertas que conducen hacia un sentido nuevo de
la existencia humana en el planeta. Es decir: permite recorrer un camino que
busca sustituir la dominación, la explotación y la depredación del medio
ambiente por relaciones sociales igualitarias y en armonía con la naturaleza.
En este contexto, Una lectura feminista de la deuda constituye
un importante aporte al estudio de la relación entre la violencia del
endeudamiento y la violencia de género, un aporte que abre nuevas perspectivas
de análisis y de practica política. Discutir a las finanzas enfocándolas desde
la perspectiva de su impacto en los procesos de producción y reproducción de la
vida y de la economía familiar es un planteo novedoso que vincula un tema
abstracto y de carácter macro social como las finanzas, con el detalle de la
vida cotidiana enfocado desde el ángulo de un mundo femenino que, en
situaciones cada vez mas precarias, se endeuda para reproducir a las familias.
El libro plantea como un objetivo central “sacar la
deuda del closet”, visibilizarla en lo concreto, “quitarle su poder de
abstracción”, “desafiar su poder de avergonzar, de funcionar como un asunto
privado y verla en cambio como un problema común”. Así, el análisis hace
posible la ruptura del vínculo que implosiona la protesta social internalizando
la culpa a nivel individual. La ruptura de este vínculo permite un
accionar centrado en la desobediencia colectiva al gobierno de las
finanzas. El análisis abre así una línea de acción política para el movimiento
feminista de importancia fundamental, no sólo teórica sino también practica.
Desde los orígenes del tiempo, “dividir para reinar” ha
sido una de las estrategias que permiten la reproducción de la dominación. Esto
último ocurre cuando se ocultan sus raíces pero también cuando se impulsan las
divisiones y la disgregación social. Vivir la deuda como pecado encierra a los
actores sociales en los confines de lo individual y de la multiplicidad y
diversidad de intereses individuales. Por esta vía la protesta se aísla y
naufraga en el universo de los opuestos. Cuando se visualiza la deuda como
mecanismo de explotación se puede encontrar el interés común y dar vía de
escape a la desobediencia colectiva. En este sentido, el libro contribuye al
volver visible al endeudamiento femenino. Este es un paso crucial, pero no el
único que hay que dar, tanto en lo teórico como en lo practico, para
desmitificar la relación entre la violencia del endeudamiento y la de género.
Si bien es cierto, como dicen las autoras, que el endeudamiento no borra las
diferencias (de género, clase, raza, locación, etc.) sino que las explota, al
no marcar claramente las diferencias y al no trabajar la forma en que el
endeudamiento las explota, el análisis —si bien da un paso inicial de enorme
importancia— no llega a enfrentar completamente el desafío del momento:
encontrar, más allá de las diferencias, los puntos en común que permitan
elaborar una práctica superadora de las divisiones dentro de los colectivos y
entre los mismos. Esta fragmentación sumerge la protesta social en
compartimentos estancos y enfrentados, desactivando su potencia
desestabilizadora del viejo orden.
Así, una vez sacada la deuda del closet, un punto
crucial para el avance de la investigación sobre la relación entre feminismo y
deuda es conocer mejor la relación entre el endeudamiento y las diferencias, la
forma en que el endeudamiento reproduce e intensifica esas diferencias y los
puntos en que la explotación del endeudamiento converge a pesar de las
diferencias, incluidas las de género. Esto permitirá esbozar una acción
colectiva que permita construir plataformas de acción común. Al mismo tiempo
asegurará el liderazgo del movimiento feminista tanto en la desobediencia al
endeudamiento global como en la búsqueda de un mundo igualitario.
Por otra parte, el libro se propone vincular el
endeudamiento a nivel global (macro) y el endeudamiento en la vida cotidiana y
contribuye a este objetivo al analizar la relación entre los subsidios del
Estado y la “inclusión” en el consumo como vía de integración al endeudamiento
y a la reproducción del mismo en el mundo de la precariedad y especialmente en
el mundo femenino.
La deuda es hoy una dínamo de importancia crucial para
succionar el excedente, los ingresos y la riqueza acumulada en un país. Esto
ocurre a distintos niveles: desde el endeudamiento de los Estados, al
endeudamiento privado de los actores sociales insertados en los mercados
formales e informales, al endeudamiento de aquellos sectores sociales que
habitan los pasillos subterráneos de la economía y están aparentemente
desvinculados de la producción. Aquí las mujeres ocupan un rol central: sus
cuerpos son atravesados por los principales conflictos sociales. Esta situación
no sólo les permite un rol protagónico en la protesta social. Además saca a la
luz el rol del Estado en la producción y reproducción global del endeudamiento
a través de los subsidios que otorga a los sectores más vulnerables, y en
particular al mundo femenino. Así, este libro abre líneas de investigación para
desarrollar en el futuro, que tienen importancia crucial para comprender cómo
funciona el endeudamiento a nivel global, cómo éste disciplina a la sociedad en
su conjunto y cómo genera tensiones nuevas que contribuir a la búsqueda de un
mundo mejor.
En este sentido, y a título de ejemplo, una vez
descubierto este continente de riqueza acumulada en los subsidios en su rol potenciador
del endeudamiento de los sectores más vulnerables, se vuelve posible analizarlo
desde la perspectiva de la batalla por las transferencias de riqueza acumulada,
ingresos y excedente, tanto a nivel local como internacional, entre diversas
fracciones del capital. La pelea por la repartija del botín del Estado es un
aspecto fundamental del análisis del endeudamiento global que es necesario
desarrollar a futuro, tanto por su aspecto macro como por su incidencia sobre
el mundo de la precariedad y el desamparo, y especialmente del mundo femenino.
Una lectura
feminista de la deuda hace aportes fundamentales a la comprensión de la
relación entre endeudamiento y feminismo y a la relación entre el endeudamiento
global, el Estado y el mundo de la precariedad. Los aportes de este libro no
solo son explícitos. Sus silencios también motivan a la reflexión y al debate,
paso indispensable para proponer una práctica política que sume la protesta de
todos los sectores perjudicados por el endeudamiento y ponga fin a las
desigualdades existentes. Es, pues, un libro indispensable para comprender el
momento que vivimos.
(*) El cohete
a la luna, 22/9/019.
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