La columna económica de Horacio Rovelli
La columna económica de Horacio Rovelli
HORA
DE DEFINICIONES (*)
En síntesis
La Necesidad de la Confianza en el Dinero
Estimado Horacio, muchas gracias por
responder mi comentario. Hacés mención de Emilio Mondelli, ministro de Economía
cuando el gobierno de Isabel se desmoronaba. Hay una foto memorable donde se
los ve, de izquierda a derecha, a Lorenzo Miguel, Isabel (quien señala a
Mondelli), Casildo Herreras y Mondelli. Mondelli fue parte de un modelo de
ajuste que explotó cuando se hizo cargo de la cartera de Economía Celestino
Rodrigo. Lo que hizo, me parece, fue blanquear una situación que no daba para
más. En ese entonces el golpe estaba en marcha, fogoneado tanto por el
establishment como por las organizaciones guerrilleras. Finalmente, el 24 de
marzo de 1976 las fuerzas armadas se hicieron cargo del país. Para quien sabe
poco y nada de economía, que somos muchos, creo que el mejor documento que
explica lo que fue la dictadura en materia económica es el notable film de
Fernando Ayala “Plata dulce”, interpretada por Federico Luppi, Gianni Lunadei,
Julio De Grazia y Alberto Segado (están todos muertos, qué lo parió). Seguro
que lo viste. Es un fiel retrato de la “patria financiera”, de un país donde
los dólares eran utilizados por los cholulos para irse de compras a Miami.
Luppi interpreta a un pobre infeliz que es cruelmente engañado por Lunadei, una
especie de Toto Caputo de aquella época. Te confieso que tardé décadas pero al
final me di cuenta que el objetivo de la dictadura fue crear las condiciones
para afianzar definitivamente la patria financiera.
HORA
DE DEFINICIONES (*)
“Esto yo ya lo viví
en 2003. Los acreedores tienen cómo molestar en la economía interna y, lamentablemente,
estas cosas pasan», enfatizó el Presidente Alberto Fernández en medio de la
dura negociación de deuda, al sostener que los acreedores «tienen cómo hacerlo
y tienen gente en la
Argentina que se pone al servicio de ellos. Es un tema que me
preocupa y estamos viendo cómo resolverlo. No hay argumento lógico para que
esto pase».
Tienen gente en la Argentina dice el
Presidente y es verdad, desde lo ideológico, político y cultural y por razones
financieras están los que masivamente juegan al dólar, pero el gobierno
contraatacó fuerte el jueves 14 de mayo, al publicar el BCRA un informe
denominado “Mercado de cambios deuda y formación de activos externos 2015-2019” , donde afirma que el
acrecentamiento de la deuda externa argentina en el período fue de 100.000
millones de dólares, de los cuales se fugaron 86.200 millones. En el
desgobierno de Cambiemos aumentaron la deuda en 100.000 millones y el 86% de la
misma no se invirtió en el país y se convirtió en activos financieros de
privilegiados residentes argentinos en el exterior.
Es más, los 10
mayores compradores (personas físicas y jurídicas) adquirieron
7.945 millones de dólares entre diciembre de 2015 y octubre de 2019. Los
50 mayores compradores (incluidos los primeros 10):19.153 millones de dólares y
los 100 mayores 24.679 millones de dólares . Obviamente, las autoridades
saben nombre y apellido y/o razón social, domicilio, actividad, etc. etc. de
quienes son, uno por uno, para llamarlos y decirles, ustedes declaran que ganan
tanto y, como puede ser que fuguen en menos de cuatro años 86.200 millones de
dólares, una cuarta parte del PIB anual argentino.
Sin tener esos
datos, que si tiene el gobierno nacional, es justo suponer que entre los
primero 100 fugadores están los dueños de los grandes bancos privados
nacionales y de las grandes empresas que operan en el país. Decimos esto con el
fundado razonamiento de que es imprescindible la participación de los grandes
bancos del sistema financiero local en la fuga de capitales de la Argentina , tal lo
demuestra en sus declaraciones ante la justicia argentina del ex funcionario
del banco JP Morgan, Hernán Arbizu, como en la presentación de la AFIP de las cuentas de
residentes argentinos no declaradas en el Banco HSBC de Ginebra, más la
información provista por el BCRA sobre las compras de divisas en los años 2008
y 2009, el listado de compradores de divisas en 2011 y los Papeles de Panamá,
de Bahamas y de otras guaridas fiscales, y los más de 2.600 millones de dólares
no declarados por 950 argentinos en bancos de la OCDE (organización de 37
países desarrollados) que recibió la
AFIP de Alberto Remigio Abad, actual Director del Banco
Santander-Río, que archivó la denuncia. El tributarista Jorge Gaggero solicitó
que sea investigada toda la causa y así lo presentó el Fiscal Federal Federico
Delgado en la semana transcurrida. En todos estos casos, apenas un puñado
de firmas es responsable de buena parte de la compra de divisas y de los
capitales fugados. Algunos grupos económicos que operan en el país como Clarín,
Ledesma y Techint, entre otros, se repiten constantemente a través de dichas
firmas, pero además por la presencia de sus principales directivos y
accionistas.
Si ese es el marco,
podemos entender porque se genera una nueva corrida cambiaria que hace que en
plena cuarentena, donde estamos mayoritariamente recluidos los habitantes, el
dólar paralelo dicen que vale (siempre tipo de cambio vendedor) $ 138, cuando
el 20 de marzo 2020 decían que valía $ 85. O que el dólar CCL (contado
con liqui) el viernes 15 de mayo cerró a $ 121 cuando el dólar PAIS cotiza a $
91 y el oficial a $ 70, siendo la brecha del 33% y 72,8% respectivamente.
Esa disparada del
precio del dólar que perjudica a la mayoría de la población que percibe
ingresos fijos en moneda nacional, se genera por:
1. Restructuración de
la deuda– Entre los acreedores privados de los 21 títulos que están en
moneda y en jurisdicción extranjera, por 66.238 millones de dólares en
total, los grandes Fondos de Cobertura (Blackrock, Fidelity, Vanguard,
Pimco, Gramercy, Ashmore y Franklin Templeton, etc.) ya tienen un porcentaje de
los mismos que anula la cláusula de acción colectiva (25 o 33% depende del
bono) para exigir el pago en las condiciones originales, no aceptan la
propuesta argentina y, como tantas veces pasó otrora, utilizan los grandes
medios que también seguramente tienen parte de los dólares que fugaron en esos
fondos que se los administran, con el amor a la patria que los caracteriza. La
propuesta Argentina es lógica y razonable, tres años de gracia, una quita de
capital del 5,4% y cambiar los intereses por una tasa del 0,5% en el primer año
de pago (mayo de 2023) y, después, ir aumentándola al 0,5% anual hasta ser de
un promedio del 2,33% para toda la vida del nuevo bono, cuando ellos
mayoritariamente no le prestaron a la argentina y compraron esos títulos al 30
o 35% de su valor, que significa una tasa real en torno al 7% anual en dólares
(El rendimiento efectivo no es sobre la lámina de 100 dólares, que es su valor
nominal, sino sobre 30 o 35 dólares que es el valor al que adquirieron esos
títulos).
2. Subfacturación y
retención de exportaciones- La
Bolsa de Rosario informa que las exportaciones de trigo
en el primer trimestre de 2020 habían superado en un 40% a igual período del
año anterior (6,16 millones de toneladas versus 4,42 millones) y que el pedido
de compras hasta ahora y para todo el año 2020 es de 14,7 millones de
toneladas (superior en un 40% a la del año pasado). Por lo tanto, no es creíble
que CIARA – CEC (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina
y Centro de Exportadores de Cereales) reporten que comparado el primer
cuatrimestre 2020 con el del 2019 el ingreso en divisas es un 17,8 %
inferior. Ellos dicen que en los primeros cuatro meses de 2020
ingresaron 5.017,5 millones de dólares y en igual lapso del año pasado 6.104,4
millones de dólares, cuando el peso oficial se devaluó en promedio un 65% entre
ambas fechas, de $ 42,5 a
$ 70.- y se infiere que semejante depreciación es un estímulo a exportar. En la
zona núcleo, la cosecha de soja aún no concluyó, la mayor parte se cosecha
entre abril y mayo, en ese marco el BCRA mediante la Comunicación “A” 7018 estableció que a partir del
lunes 18 de mayo las Pymes agrícolas que quieran acceder a los créditos a tasa
subsidiada del 24% –ofrecidos por el BCRA– deberán tener en acopio no más de un
5% de su “capacidad de cosecha anual” de “trigo y/o soja (2019/20), medida que
en realidad no va a desandar el camino especulativo pero va “marcando la
cancha”. Los principales puertos exportadores de granos y de aceite están
sobre la Hidrovía
del Paraná, son 18 (dieciocho) puertos, de los cuales 14 (catorce) son
concesiones privadas a Cargill, COFCO-Agri, Aceitera General Deheza, Bunge
Ceval, Vincentín, Louis Dreyfus, Glencore y ACA (Asociación de Cooperativas
Argentinas) y, dada la situación, más que justifica una fuerte fiscalización.
3. El sistema
financiero- Los nueve mayores bancos privados realizan la mayor
parte de las operaciones de comercio exterior y a la vez, son los principales
vehículos para que sus clientes cambien depósitos en pesos por contado con
liqui (CCL) o dólar bolsa (dólar MEP), razones por los que también se requiere
un fuerte control de dichas operatorias. Paralelamente, la nueva
conducción del BCRA les otorgó a los bancos capacidad prestable por $ 460.000
millones, de los cuales unos $ 120.000 millones prestaron al 24%, supuestamente
para hacer frente a la pandemia y a la merma del trabajo y la producción.
Habría que rastrear entre quienes recibieron ese monto, si una parte no fue a
comprar dólares vía CCL o MEP (en que el precio del dólar implícito creció en
dos meses en un 62%). Y, finalmente, con los $ 340.000 millones
restantes que tienen de capacidad prestable y no prestan ¿que hacen?
4. El pago de impuestos
a las ganancias y bienes personales-En los meses de abril a junio de cada
año deben abonar el impuesto a las ganancias del año pasado (los mayores bancos
ganaron fortunas, con una tasa de rentabilidad promedio del 70%), y lo mismo
pasa con las grandes empresas, Tenaris y Ternium de Techint, Ledesma y el
multimedio Clarín y otras. Igual con respecto al gravamen a los Bienes
Personales (Patrimonio de los contribuyentes) del año 2019 que deben pagar
ahora, se trata de ganancias y patrimonio antes de la pandemia, que permitiría
financiar al fisco y a la vez restaría fondos que van a comprar dólares y
fugarlos del sistema económico nacional.
5. Devaluación de
Brasil y demás países de la región- El dólar en Brasil
se pactaba a 5,96 reales al viernes 15 de mayo de 2020, con un incremento del
48,3% desde los 4,02 reales del cierre de 2019. Pese a ello, la venta de
granos, harina, aceite y carne de este año 2020, sumada al freno en el nivel de
actividad (y por consiguiente menos importaciones), más el período de gracia de
suspensión del pago de los servicios de la deuda externa, en conjunto, implica
un fuerte superávit comercial para este año, siempre y cuando se controlen las
operaciones de comercio exterior y la operatoria de los grandes bancos del
país.
En síntesis
La tarea de la Administración Nacional
es ardua, pero posible, se trata de controlar exhaustivamente a nueve grandes
bancos, su operatoria (esencialmente las operaciones con el exterior y las que
posibilitan la compra de acciones y/o títulos en pesos para venderlos en
divisas), a sus dueños y ceos, por un lado y, por el otro, fiscalizar los 14
puertos concesionados de la
Hidrovía del Paraná, con eso se limita la fuga de
capitales y se asegura que no aumenten más el precio de los alimentos, del
alcohol, etc., para que la demanda externa sea para bien de todos y no en
beneficio de una minoría rentística y parasitaria como siempre ha sido.
Hoy el Presidente de la
República tiene los nombres y apellidos de los que se
beneficiaron con el endeudamiento macrista que pagamos todos los demás. Ya sabe
fehacientemente con quienes está lidiando, donde había dudas hay certeza, no le
van a volver a decir a su ministro que no sabe con quién se está metiendo. En
la mesa del juego, conocer las cartas del rival no es poco.
(*) El cohete a la luna, 17/5/020.
Comentario
Hernán Andrés Kruse
17/5/020
En su didáctico artículo Horacio Rovelli
destaca las razones que han provocado la escalada del dólar: reestructuración
de la deuda, subfacturación y retención de exportaciones, el sistema
financiero, el pago de impuestos a las ganancias y bienes personales y
devaluación de Brasil y demás países de la región. Sus argumentaciones son
difíciles de refutar, en especial de parte de alguien como yo, un neófito en la
materia. Sin embargo, y contando con la tolerancia del autor, me tomo el
atrevimiento de agregar (puede ser que esté equivocado, obviamente) el factor
psicológico. Me refiero, concretamente, a un fenómeno propio de los argentinos:
la falta de confianza en nuestra moneda. Hoy, para los argentinos el peso es
papel pintado. Lo utilizan porque no tienen más remedio. Pero si les dieran a
elegir entre el peso o el dólar, creo que se volcarían por el billete verde. Lo
que no deja de ser lamentable ya que un país es verdaderamente soberano cuando,
entre otras cosas, cuenta con una moneda sólida, estable y creíble.
A continuación paso a transcribir este
artículo que, pese a referirse a la realidad económica mexicana, puede
ayudarnos a entender nuestra obsesión con el dólar.
Palabras de Manuel Sánchez González
Subgobernador del Banco de México en la inauguración de la exposición Seguridad
y Confianza: 90 Años de Billetes del Banco de México .Museo Franz Mayer México,
D.F.3 de diciembre de 2015
Me da mucho gusto participar en esta
celebración. Como cada año, el Banco de México, a través de su biblioteca,
organiza una exposición temática en la que se exploran los vínculos entre la
economía y la cultura. El día de hoy, con la hospitalidad del Museo Franz
Mayer, inauguramos una muestra del billete mexicano, que resulta muy
representativa de la evolución histórica, política y cultural de nuestro país.
Se le ha titulado “Seguridad y Confianza: 90 años de Billetes del Banco de
México”, pues tales atributos son esenciales para que el dinero desempeñe sus
funciones. En esta ocasión, me gustaría enfocar mis comentarios en la
importancia de la confianza en el dinero.
La confianza en el dinero
El papel esencial del dinero consiste en ser
un medio de pago universalmente aceptado. Su presencia hace posible superar las
dificultades del trueque, el cual requiere la coincidencia exacta de las
distintas necesidades de los individuos que interactúan en los intercambios. El
medio monetario, en contraste, permite ampliar el número y la variedad de las
transacciones, así como las posibilidades de producción y de despliegue de
otras actividades económicas. Debe apuntarse que el dinero fue originalmente
una invención social espontánea. En las culturas primitivas, las comunidades
usaron objetos considerados útiles para facilitar el comercio. Sin embargo, a
lo largo del tiempo, las autoridades de los 2 países intervinieron
estableciendo reglas para la emisión y circulación del dinero. Esta injerencia
buscaba aumentar la aceptación de este instrumento, lo que no siempre se logró
(1). Una característica fundamental para la admisión del dinero ha sido la
confianza del público en su capacidad de servir como herramienta de pago. Inicialmente,
ésta se depositó en el atractivo del material mismo del que estaba hecho el
dinero. De esta manera, resultaba habitual el uso, como medio de pago, de
materias primas asociadas con algún símbolo ritual, como las conchas y las
plumas de aves exóticas, o de metales preciosos con notorias cualidades
ornamentales, como el oro y la plata. Por muchos siglos, la intervención de los
soberanos se manifestó en la forma de acuñación de monedas con metales
preciosos. En la era moderna, en cambio, los medios de dinero primario, como
los billetes y las monedas emitidos por los bancos centrales, constituyen
promesas de pago sin valor intrínseco. La ventaja de este dinero fiduciario es
su relativamente bajo costo de producción, que lo convierte en un medio eficiente
de pago al distraer pocos recursos de la economía. Sin embargo, precisamente
por la carencia de valor intrínseco, la confianza en el dinero moderno se
fundamenta en la capacidad de la autoridad de convencer al público de que tal
medio servirá adecuadamente el propósito de liquidar pagos.
El deterioro de la confianza
De ahí que un aspecto primordial para el uso
amplio del dinero, en cualquiera de sus manifestaciones, sea que su poder
adquisitivo se conserve. A lo largo de la historia, el valor del dinero se ha
vulnerado repetidamente, lo que en casos extremos ha llevado a su repudio
total. La causa recurrente de deterioro de la utilidad del dinero ha sido la
trivialización del mismo impulsada a menudo por aquellas autoridades que fungen
como sus garantes. Esto ocurrió, por ejemplo, cuando en el pasado, debido a la
necesidad de aumentar la acuñación para financiar guerras o ritmos de vida
fastuosos de las monarquías, algunas monedas disminuyeron su contenido de metal
precioso, generando incertidumbre y rechazo en los usuarios. Igualmente, cuando
se introdujo el papel moneda convertible a metales preciosos, la confianza se
dañó en los casos en que la emisión de billetes superó la capacidad de sufragar
las conversiones, generando la reticencia ante este instrumento. En la época
moderna, el principal factor de desconfianza en el dinero ha sido el
escalamiento de la inflación, que es en última instancia una consecuencia del
aumento excesivo de la oferta monetaria. Hay ejemplos históricos de la erosión
del poder adquisitivo que incluso llevaron a algunas economías a involucionar
hasta el trueque y a que los billetes perdieran casi cualquier valor y estima
social. En los casos más dramáticos de hiperinflaciones a lo largo del siglo
pasado, como la ocurrida durante los años veinte en la República de Weimar, los
billetes llegaron a usarse para tapizar paredes o prender cigarros. En México,
sin llegar a estos extremos, los episodios de desconfianza en el dinero han
sido, por desgracia, frecuentes. En particular, a diferencia de la moneda
virreinal acuñada en metales preciosos, que logró gran aceptación y
credibilidad no solo en la
Nueva España sino internacionalmente, el dinero fiduciario
enfrentó problemas para consolidarse como medio de pago reconocido. Por
ejemplo, cuando tras la
Independencia se introdujo el papel moneda en nuestro país,
la inestabilidad política y económica imperante se tradujo en una falta de
credibilidad monetaria.
Ni el billete del Imperio de Iturbide, ni el
republicano, que en un intento desesperado de alcanzar aceptación se imprimía
en el reverso de bulas papales, lograron su utilización como herramienta
extendida y, a la postre, tuvieron que salir de circulación. Otro paradigma de
desconfianza podemos observarlo con el estallido de la Revolución Mexicana
cuando, debido a la emisión abundante y desordenada por parte de las diversas
facciones en pugna, el papel moneda se depreció hasta perder su valor de uso.
Si bien en 1925 el Banco de México asumió las funciones de emisor único, la
restauración de la confianza de los usuarios en los billetes fue inicialmente
difícil y no han escaseado episodios adicionales de desconfianza. Una etapa de
suspicacia en torno a la moneda ocurrió en los años ochenta del siglo pasado
cuando se registró la más elevada inflación anual de la historia moderna de
nuestro país, que llegó a alcanzar 180 por ciento en febrero de 1988. Ante el
persistente problema de la inflación, en los años noventa se ensayaron, con
resultados poco halagüeños, fórmulas de combate heterodoxas, que incluyeron
controles de precios bajo la modalidad de pactos de concertación social. Estos
episodios afectaron severamente la certidumbre en la moneda, dañando la
economía y reduciendo el bienestar social, al tiempo que reflejaron una
desconfianza en el poder de la política monetaria. De hecho, en algunos
círculos llegó a plantearse la discusión de si era preferible adoptar el dólar
como la moneda de curso legal (2).
La recuperación de la confianza
Ha sido durante el presente siglo cuando se
han consolidado las bases para una mayor confianza en el dinero en México. Ello
ha sido así porque, en este lapso se ha ejercido el poder de la política
monetaria para controlar la inflación. La reducción en el crecimiento anual de
los precios ha sido notable, hasta alcanzar en 2015 no solamente el objetivo
permanente de inflación de 3 por ciento establecido desde 2003, sino sucesivos
mínimos históricos por debajo de esta referencia. Para el abatimiento de la
inflación han influido dos factores esenciales: por una parte, el ejercicio de
facto de la autonomía del Banco de México y, por otra, un compromiso de la
política monetaria de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la
moneda, mandato establecido en la Constitución. Como en muchos otros países, la
estrategia monetaria se ha basado en objetivos explícitos de inflación, con un
régimen cambiario de libre flotación. El mantenimiento de una inflación baja
implica una extraordinaria ganancia social pues brinda a las empresas un
entorno de mayor certidumbre para la planeación de proyectos productivos;
permite que las familias tomen mejores decisiones de consumo y ahorro; y ayuda
a crear empleos, así como a preservar el valor real de los salarios. Por eso,
debemos apreciar y resguardar este logro que hemos alcanzado como sociedad y
reaccionar con oportunidad y energía ante cualquier fenómeno que lo ponga en
peligro. El Banco de México está plenamente comprometido con su objetivo
institucional de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda
nacional.
Conclusión
Podemos concluir que la mayor confianza
alcanzada en el uso de la moneda nacional y los medios de pagos que en ella se
sustentan han generado beneficios significativos a nuestro país. Sin embargo,
el billete mexicano cuenta también con un gran valor histórico y belleza, que
podrán apreciar el día de hoy en esta espléndida exposición. El acervo del
billete es una ventana privilegiada a nuestra historia, nuestra cultura y
nuestra sensibilidad. En dicha colección pueden encontrarse desde piezas
pintorescas y rudimentarias hasta exquisitos ejemplares de billetes
contemporáneos, cuya estética y refinada factura en el diseño y el grabado les
han hecho ganar numerosos reconocimientos. Los invito a que, juntos, hagamos
este extraordinario recorrido por el pasado y el presente de nuestros billetes.
1-Para una revisión del surgimiento
espontáneo del dinero, ver Menger, C. (1892). “On the Origin of Money,”
Economic Journal, (2).
2-Esta desconfianza en el poder de la
política monetaria no ha sido privativa de México. Para una exposición de los
argumentos que explican la elevada inflación de Estados Unidos en los años 70s
véase, por ejemplo, Romer, C. D. y D. H. Romer (2013). “The Most Dangerous Idea in Federal Reserve History: Monetary Policy
Doesn’t Matter,” American Economic Review: Papers & Proceedings, 103(3).
Respuesta de Horacio Rovelli
17/5/020
Estimado Hernán, el
problema es que utilizamos el dolar como moneda de reserva de valor y al peso
como mero instrumento de cambio y esto no fue siempre así, se impuso desde el
«rodrigazo» en 1975 en que Ricardo Cairoli y luego Emilio Mondeli dejaron que se
dinamitara nuestro dinero. Y por supuesto lo llevó a su máxima degradación la
dictadura militar. El pretexto es el déficit fiscal que en lugar de financiarse
en pesos (el Estado paga las jubilaciones y pensiones, a sus trabajadores, las
contrataciones, las licitaciones, etc. en pesos) se financia CON DEUDA EN
DÓLARES. Los ricos de este país no
demandan desarrollo económico, crecimiento, estabilidad ni tener un mercado
interno prospero, sino solo poder comprar dólares y fugarlos, pidiendo que el
Estado se endeude para financiarles dicho proceso. Porque además, cuando existen
los colapsos económicos, y esto nos sirve para saber por qué son tan
recurrentes estos la
Argentina , es que logran que hayan devaluaciones y, así, que
sus patrimonios se valoricen más, ampliando las desigualdades. De este modo, el
caos económico, las crisis y el desorden económico les son totalmente
funcionales: generan disciplinamiento social y concentración económica.
Comentario
Hernán Andrés Kruse
19/5/020
Raúl Alfonsín pretendió aplicar un plan
económico keynesiano. Por eso lo nombró ministro a su amigo Grinspun. Decís en
otro comentario que sos militante radical. Entonces no habrás olvidado el
suplicio que fue para Alfonsín y Grinspun el primer año de gobierno en materia
económica. ¿Te acordás del viaje que hizo Alfonsín a Estados Unidos al comienzo
de 1985? Es probable que en ese viaje los norteamericanos le hayan “aconsejado”
manejar la economía con un criterio ortodoxo. No recuerdo si fue inmediatamente
antes o inmediatamente después de su estadía en Houston, pero en ese momento
Alfonsín reemplazó a Grinspun por Sourrouille, un tecnócrata que creó el plan
Austral. Fue un plan de ajuste clásico que al principio logró controlar la
inflación, lo que le permitió a Alfonsín ganar las elecciones de 1985. Pero
luego comenzó a hacer agua por todos lados. Para colmo, el sindicalismo
ubaldinista se valía de los paros generales para esmerilar la autoridad
presidencial. En 1987 el gobierno perdió las elecciones y a partir de entonces
el peronismo comenzó a oler sangre. Fracasado el austral, vinieron el
australito y el plan primavera, que también fracasaron. En enero de 1989
comenzó la hiperinflación. Para colmo, el MTP cometió la locura criminal de
copar el Regimiento de La Tablada. Desgastado Sourrouille, fue reemplazado
por Juan Carlos Pugliese, quien pasó a la historia por aquella famosa frase
“les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”, en alusión a los
grandes empresarios. Pero eso poco le importaba a la hiperinflación, a esa
altura un alud incontenible. Se fue Pugliese y asumió Jesús Rodríguez. Pero
nada cambió ya que la suerte del gobierno de Alfonsín estaba echada. El descontrol
de la economía y los saqueos organizados lo obligaron a adelantar la entrega
del poder, en manos de Menem luego de su victoria sobre Angeloz el 14 de mayo
de aquel durísimo año.
Ahora prefiero terminar porque comenzaron a
caérseme varios lagrimones…
Hola Horacio: hice un comentario en la publicación del Cohete a la luna que expando en mi sitio académico https://perio.unlp.edu.ar/sitios/observatoriodetecnologias/dinero-de-nueva-generacion/
ResponderEliminarEspero tu respuesta o dudas de factibiliad
Gracias