La columna política de Eduardo Aulicino
Acuerdo político difícil: las
tormentas del Presidente, la interna opositora y la pulseada por el jefe de los
fiscales (*)
La idea de un pacto político archiva
toneladas de declaraciones frente a escasos logros reales. Y estos días
escriben otro capítulo de enormes limitaciones. Alberto Fernández desconfía
de los gestos opositores y sigue cerrándose en la interna, que en apenas
una semana le sumó tensiones por la carta de Cristina Fernández de Kirchner y
por la toma de tierras, con Juan Grabois en papel destacado. La oposición
recreó señales de sus competencias domésticas, sin jefatura única y con
liderazgos en discusión. En ese paño, las movidas sobre el modo de coronar
un nuevo jefe de los fiscales añadieron intrigas y desconfianzas
cruzadas. Hasta ahora, sin facilitar la mesa para negociar un consenso
mínimo frente a la enorme crisis.
Es realmente notorio el caso de
Daniel Rafecas, propuesto por el Gobierno para el cargo de procurador general
de
Las especulaciones sobre algún tipo
de acuerdo -en sentido positivo- o de pacto-término con larga carga negativa en
nuestro país- resurgieron a partir de varios movimientos en el oficialismo y la
oposición. Ninguna señal es suficientemente clara. Cristina
Fernández de Kirchner incluyó en su carta un largo párrafo sobre el tema,
que descolocó a Olivos en medio de su descarga de costos y
cuestionamientos a funcionarios sin nombre propio pero evidentes. La
propuesta de Carrió sorprendió a otros socios de la coalición opositora
y aceleró una declaración pública de Mauricio Macri. Pero además, eso
genera rechazo en el oficialismo porque es presentado
como una suerte de salvataje institucional del Presidente frente a la
ofensiva de la vice. Malestar por partida doble.
Pero el oleaje se extendió a casi
todas las fuerzas. Roberto Lavagna eligió una serie de tres tuits para hablar
de la demanda de consenso, escudo que habría utilizado frente a las
solicitudes del Gobierno para encabezar un consejo económico y social. En
sus mensajes, Lavagna utilizó como ejemplo de diálogo político la experiencia
de la recuperación democrática y aludió a la remota experiencia de
La carta de CFK, antes, había
surgido con destinatarios diferentes e intencionalidad manifiesta, más allá de
la respuesta pública del Presidente para tratar de presentarla como un
gesto de apoyo a su gestión. Un respaldo en sí mismo extraño,
tratándose de la principal referente en la construcción del frente oficialista.
La ex presidente, en rigor, planteó un acuerdo con protagonistas variados,
desde empresarios y opositores a medios de prensa –algo también curioso-, a los
que previamente criticaba y luego incluía como convocados pero casi en
calidad de responsables -sino únicos al menos principales- de la crisis.
El texto de CFK expuso de hecho las
limitaciones del Gobierno al recurrir a una serie de medidas de coyuntura, con
Martín Guzmán colocado en primera línea, para enfrentar un problema agudo y de
arrastre: el dólar. La carta provocó malestar en el círculo
presidencial. Y el planteo de Carrió, referido a Rafecas y a la necesidad
de afirmar el poder institucional, fue considerado como otra pieza
condicionante, negativa. Colocaría el acuerdo político como respuesta a las
cargas del kirchnerismo duro. Sería un puente de entendimiento con la
oposición y de ruptura interna.
Carrió volvió a mostrarse así otra
vez muy activa. Pero su planteo para allanar el camino del candidato del
Presidente para
En el caso específico del jefe de
los fiscales, surgen dos reacciones puntuales. La primera: el fantasma
de Alejandra Gils Carbó, en 2012, avalada como reacción luego de la fuerte
ofensiva opositora que logró bajar la postulación de Daniel Reposo. La segunda:
la necesidad de negociar con el Ejecutivo algún tipo de contraparte,
por ejemplo, una reducción del mandato del procurador por ley.
La iniciativa de Carrió, dicen sus
allegados, parte de la percepción de que CFK buscaría un camino para
dejar en la nada el pliego de Rafecas y avanzar con un candidato o candidata de
alineamiento vertical con el Instituto Patria. Los movimientos de Oscar
Parrilli alimentan esa evaluación, con el agregado de que el propio Rafecas
advirtió que si bajan el número de votos necesarios para pasar la prueba del
Senado –mayoría especial de dos tercios de los legisladores-, renunciará a la
postulación.
Otra vez aparece en juego la interna
del oficialismo y más aún si el tipo de acuerdo en cuestión finalmente puede
ser interpretado como un golpe a las pretensiones de la ex presidente.
De todos modos, la posición de JxC
aún está en discusión. El punto fue parte de la conversación de ayer en
Exaltación de
La foto del encuentro tiene sí
potente mensaje interno. Por los que están allí y por los que no están:
Mauricio Macri, más que los radicales, tratándose de una cita entre
Por supuesto, esa definición aún
abierta y la carta de CFK convergieron para que Macri también fijara posición
sobre los compromisos que a su juicio deberían ser acordados como presupuesto
de un acuerdo político. La reacción del ex Presidente apuntó hacia el
Gobierno pero también hacia la interna.
Por ahora, no surgen movimientos
orientados a construir la base de cualquier ensayo de acuerdo: el
temario y las garantías no verbales sino efectivas de negociación. Es decir, qué
se pacta y qué se cede. Asoman sólo algunos títulos. Y eso alcanza
para alimentar especulaciones, algunas con datos ciertos, otras con sombras.
(*) Infobae,
31/10/020
Comentarios
Publicar un comentario