El informe de Martín Kanenguiser
Las
10 exigencias del FMI para firmar un acuerdo con la Argentina (*)
Más allá de los tiempos, tarde o temprano el
gobierno argentino firmará un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario
Internacional (FMI) para refinanciar el pago de la deuda de USD 45.000 millones
en un plazo de 10 años.
Mientras que algunas versiones dan cuenta de que ahora el
Gobierno cambió de opinión y ya no quiere firmarlo en mayo, como afirmó varias
veces el ministro Martín Guzmán, sino después de las elecciones de octubre, lo
cierto es que
Bajo esta premisa, estas son las 10 premisas y el
diagnóstico del Fondo sobre la situación argentina y cómo debería corregirse
con la firma de dicho programa, según pudo saber Infobae de calificadas fuentes
en Washington.
1 - Desequilibrios macroeconómicos: el Fondo cree, como lo
expresó el año pasado, que el país tiene importantes desajustes en materia
fiscal y monetaria que deben ser corregidos, tomando en cuenta el contexto de
la pandemia, pero con una dirección unívoca.
2 - Inflación: Creen que la
persistente suba de los precios al consumidor -que ubica a
3 - Déficit fiscal: creen que la meta del
presupuesto nacional no es ambiciosa (4,5% del PBI) y que hay que hacer un
esfuerzo mayor, no sólo del aumento de los recursos tributarios, sino también
del gasto público, pero todo dependerá del nivel de crecimiento económico de
este año y del paquete de reformas que implemente el Gobierno, con o sin
acuerdo con el FMI.
4 - Brecha cambiaria: aunque la brecha bajó
respecto de su pico de agosto pasado y se estabilizó en torno del 60%, el FMI
cree que todavía es alta y conlleva riesgos de una nueva disparada si no se
eliminan los problemas de fondo. La persistencia de tipos de cambio múltiples
desincentiva la mejora de los indicadores en el comercio exterior y es un
riesgo para la cuenta corriente, afirman.
5 - Emisión monetaria: se valora el esfuerzo
del equipo económico para reducir la velocidad de emisión, aunque consideran
que el programa previsto para este año todavía genera riesgos de multiplicar
los desequilibrios mencionados.
6 - Aumento de las reservas del Banco
Central: aunque el equipo técnico de la entidad que preside Miguel
Pesce destaca el aumento de las reservas, en realidad en buena medida
esto se da en un contexto de duro cepo, que el Fondo aprueba solo en términos
transitorios. La prueba de fuego sería ver si el Central logra aumentarlas con
menos controles, en un marco de reactivación.
7 - La reforma del Estado: dentro del capítulo de
las cuestiones estructurales que van dentro de un acuerdo de facilidades
extendidas como el que quiere firmar el Gobierno, el organismo multilateral
quiere observar una mayor eficiencia en el sector público. Es necesario, se
afirma, que el sacrificio necesario para que la economía vuelva a crecer se
reparta en forma equitativa entre el sector privado y el Gobierno.
8 - Aumento de la inversión: el Gobierno debe
brindar un rumbo claro y categórico para que retorne la confianza y la economía
crezca en forma sostenida. Los precios de los bonos argentinos reflejan
actualmente todo lo contrario al ubicar al país en el tope del ranking de
riesgo país.
9 - Reforma impositiva: el equipo económico
prometió el año pasado que plantearía a la sociedad una reforma tributaria que
nunca dio a conocer. En cambio, se ha conocido una iniciativa para reformar
parte del impuesto a las ganancias que fue diseñada por el presidente de la
cámara de Diputados, Sergio Massa. En paralelo, se permitió que
las provincias aumentaran nuevamente sus tasas de ingresos brutos, rompiendo
una vez más un pacto fiscal firmado hace menos de cuatro años.
10 - Más allá de cada cuestión por separado,
el nuevo programa debe funcionar como un todo para asegurar que
Cuatro fuentes consultadas en Washington -el organismo no
quiso dar su versión al respecto- indicaron a Infobae que, más
allá de la empatía retórica de la directora gerente del Fondo, Kristalina
Georgieva, hacia el Gobierno, no habrá un trato diferencial. Sí puede haber una
mayor celeridad para la negociación, pero eso no asegura que pueda haber un
acuerdo si el staff y, sobre todo, los países más relevantes del organismo
consideran que no se cumplen las premisas para firmarlo. Esto implica, un
programa económico consistente en términos monetarios y fiscales, como lo plantearon
tanto Georgieva como el staff.
“El FMI ha hecho muchos acuerdos en el último año a raíz
de la crisis económica de la pandemia, con exigencias para cada uno de los
países que los firmaron. Si cerrara un acuerdo más flexible con
“Si el país no implementa ninguna de las reformas que le
está pidiendo la comunidad económica internacional, tendrá problemas en sus
reservas, cambiarios y fiscales, lo cual repercutirá en el tamaño y la
sustentabilidad de su recuperación”, agregó la fuente.
Otra fuente colocó un matiz: aclaró que, por la pandemia,
posiblemente se acepte el “gradualismo” del ministro Guzmán para bajar el
déficit fiscal al 4% del PBI este año, sobre todo si se mantiene la tendencia a
la suba de la recaudación, por la reactivación, la suba de las materias primas
y la mayor presión fiscal. Pero esto no significa, aclaró de inmediato, que no
se pidan condiciones más exigentes para 2022 en adelante, dado que será un
acuerdo, como quiere el Gobierno, a 10 años.
“Hay buena predisposición del staff y de la junta de
directores para que haya un acuerdo, sobre todo porque ven buena voluntad en el
ministro Martín Guzmán, aunque temen por lo que pueda hacer la vicepresidente
Cristina Kirchner”, agregó, con conocimiento de las tensiones internas del
oficialismo.
Este decálogo suena amplio –en realidad es más
extenso, dado que un AFE requiere otras medidas estructurales– pero parte de la
base del deseo del gobierno de reprogramar la deuda a largo plazo. Si quisiera menos
requisitos, podría optar por otro stand by, como el que se firmó en
2018, pero tendría menos años para repagar. Lo que no puede, afirman en
Washington, es gozar de más tiempo a cambio de menos exigencias.
(*) Infobae,
28/2/021
Comentarios
Publicar un comentario