La columna de historia de Juan Bautista "Tata" Yofre
El
plan de la Armada
que llevó a la guerra de Malvinas y los esfuerzos de un empresario por evitar
el conflicto (*)
La recuperación de las islas Malvinas, el 2 de abril de
1982, no fue una decisión impensada o sorpresiva. Como toda decisión
política-militar trascendental estuvo sujeta a una serie de considerandos que
confluyeron sobre el día que marcó el acontecimiento. A casi cuarenta años del
hecho existen varios acontecimientos que dieron pie a la decisión de enviar una
fuerza armada a recuperarlas. El primer paso fue remover “por razones
de Estado” al presidente de facto general Roberto Eduardo Viola, el 11 de
diciembre de 1981, y la designación del general Leopoldo Fortunato
Galtieri. El sucesor asumiría el 22 de diciembre con retención del
cargo de comandante en jefe del Ejército, poniendo fin al “esquema” de poder
largamente debatido entre las Fuerzas Armadas que derivó en la figura del
“cuarto hombre”.
Pocos lo dicen pero el desplazamiento de Viola fue el
resultado de un acuerdo entre Galtieri y el jefe de
El 22 de diciembre de 1981, asumió Galtieri
durante una ceremonia que se realizó en el edificio del Congreso de
El mismo 22, manifestando acuerdos previos con el nuevo
mandatario, Anaya escribió con su letra diminuta una directiva a su
jefe del Estado Mayor poniendo en movimiento la planificación naval para la
recuperación de las islas del Atlántico Sur. Entre otras órdenes, el
vicealmirante Alberto Gabriel Vigo debía:
“1. MALVINAS
1.1.- El CON (Comandante de Operaciones Navales)
presentarme un plan actualizado.
1.2- Enviar personal seleccionado para reconocimiento.
1.3.- Plan después ocupación.
1.3.1. - Efectivos para permanecer en STANLEY.
1.3.2. - Apoyo a dichos efectivos.
1.3.3. – Logística para STANLEY.
1.3.4. – Defensa de STANLEY.”
Tras recibir la directiva, Vigo le envió al vicealmirante
Juan José Lombardo, comandante de Operaciones Navales, el documento
“Secreto” N° 326/81 con la instrucción de que “deberá elaborar personalmente y
entregarme a la mano, el Plan actualizado para la recuperación de Malvinas”. Los
diarios del martes 5 de enero de 1982 informaron que los tres comandantes en
Jefe de las Fuerzas Armadas se reunirían para analizar entre otras cuestiones,
“la recomposición del cuadro de gobernadores” y los nombramientos de algunos
embajadores políticos. La reunión se llevó a cabo en el edificio “Libertador”,
sede del Ejército, a partir de las 9 de la mañana. En esa reunión se analizó la
cuestión Malvinas en el contexto de la política exterior y se concluyó que
debía adoptarse una política “agresiva”. Según el informe de
Como surge de la documentación expuesta, la fecha
determinante fue el 5 de enero de 1982. Ese día se consideró dar un
paso militar en el caso de no progresar la vía diplomática. La
decisión fue tomada con la participaron formal de los tres comandantes en jefe.
Sin embargo, la cuestión había sido analizada y planificada por
El paso siguiente fueron las instrucciones secretas del
canciller Nicanor Costa Méndez a los diplomáticos de la delegación argentina en
las reuniones con los británicos, del 25 al 27 de febrero, en Nueva
York: “La delegación argentina tendrá permanentemente presente el hecho
que es objetivo nacional y permanente de
También la delegación argentina “dejará bien en claro que
esa voluntad no puede mantenerse indefinidamente y sin que se concreten
progresos sustanciales en la negociación y en su caso transmitirá a la
delegación británica que se aproxima un momento de seria crisis en el proceso,
precisamente por esa falta de progresos, que puede provocar la quiebra de dicha
voluntad política. [...] La delegación argentina tratará durante la reunión de
lograr de la contraparte una definición respecto a su voluntad política de
negociar seria y profundamente sobre el tema de la soberanía y respecto a la
iniciativa argentina adelantada al embajador británico el 27 de enero”. Este
día se le entregó al embajador británico en Buenos Aires, Anthony Williams, un
‘Bout de papier’ (un documento sin membrete ni firma) que fuera oportunamente
entregado al embajador británico el 27 de enero de 1982, con la propuesta
argentina sobre el establecimiento de un nuevo mecanismo de negociación.”
Por último, el punto 5º sostiene que “finalmente. Vuestra
Excelencia, informará a su regreso de la misión respecto a lo acontecido en la
reunión de dos días en Nueva York, a efectos de determinar el curso de acción a
seguir respecto de la cuestión Malvinas.”
La delegación argentina que concurrió a Nueva York estuvo
integrada por los embajadores Enrique Juan Ros, Carlos Ortiz de Rozas y Carlos
Lucas Blanco. La británica fue presidida por el ministro de Estado, Richard
Napier Luce; el embajador británico en Buenos Aires, Anthony y el jefe del
Departamento América del Sur, Robert Fearn. Las sesiones formales se realizaron
los días 26 y 27 de febrero en las sedes de ambos países ante las Naciones
Unidas y dos almuerzos de trabajo. El primero, pagado por los argentinos, fue
en el restó “Le Perigord” de la calle 52 y el segundo en “
En un momento (26 de febrero a las 10 horas), Luce
dijo que “los deseos de los isleños tiene prioridad absoluta”. Una condición
inaceptable para los argentinos, ya que sólo deberían tenerse en cuenta “los
intereses” de los isleños. Tal la letra escrita de la resolución 2065
de Naciones Unidas que dio origen a las negociaciones en la década del sesenta
(presidencia de Arturo Illia).
ROS:
LUCE: No creo que no nos estemos
comprendiendo. Entiendo la sensibilidad especial pero también existe en nuestro
Parlamento. Nuestro objetivo común es trabajar hacia la solución.
ORTIZ DE ROZAS: Tenemos una
posición básica. La vuestra es diferente…nada debe interpretarse en Buenos
Aires que pueda llevar a inferir que se deja de lado la disputa de soberanía.
También se habló de otros puntos contenidos del “bout de
papier” presentado por
LUCE: Yo volveré a Londres y recomendaré a mi
gobierno, al señor secretario de Estado y a mis colegas ministeriales. Nos
gustaría hacerlo lo antes posible.
ROS: ¿Cuál es vuestra idea sobre un período
de duración de un año?
LUCE: La primera impresión es que si nos
fijamos un tiempo preciso podría ser contraproducente.
El viernes
El lunes 1° de marzo las delegaciones emitieron un
comunicado conjunto en el que admiten que “las dos partes reafirmaron su
decisión de hallar una solución a la disputa de soberanía y consideraron en
detalle una propuesta argentina sobre procedimientos para lograr mayores
progresos en este sentido”. El embajador Enrique Ros, jefe de la delegación
negociadora, informó al canciller Costa Méndez, después de las negociaciones:
“La importancia de esta rueda de negociaciones está dada por el hecho de
que por primera vez la delegación británica aceptó a su nivel el
establecimiento de una Comisión Permanente Negociadora propuesta por nuestro
país. [...] Las razones que habrían llevado a los británicos a aceptar
el nuevo procedimiento de negociación propuesto se relacionan con el aumento de
la presión diplomática argentina, su interés de que el conflicto no se agrave
por la interrupción de los contactos entre ambos gobiernos”. Del informe se
desprende que Juan Enrique Ros se sentía satisfecho por los avances
alcanzados en las reuniones de Nueva York, pero no era esa la sensación que
reinaba en la mente de Nicanor Costa Méndez.
El 2 de marzo, el canciller Costa Méndez, después de
consultar a
Sin solución a la vista, a las 23 horas del
viernes 26 de marzo,
(…) Se resolvió por
lo tanto tomar las medidas para ejecutar
La medida se adoptó sin la participación del
canciller, pero fue notificado poco más tarde. En su libro de memorias,
Costa Méndez también va sostener lo mismo. Pero el canciller no va a
contar un detalle no menos importante: el equipo de funcionarios que comandaba
(el Grupo Especial Malvinas) no tenía terminadas todas las medidas necesarias
para acompañar en el campo diplomático la acción castrense de ocupar las
Malvinas. El domingo 28 de marzo va a pedir una postergación del
Operativo Azul/Rosario. Tras más de treinta años de silencio, un diplomático de
la intimidad del canciller Costa Méndez relató: “Me mando a Campo de Mayo
con una carta personal a Galtieri en donde le solicitaba unos días de
postergación a la invasión. Me hicieron pasar a su despacho, entregué la carta
que leyó adelante mío. Luego de terminar de leer, el Presidente me afirmó
‘dígale al canciller que absolutamente no’, y como si esto fuera poco, me
devolvió la carta luego de escribir ‘absolutamente no’”. El embajador Gustavo
Figueroa sería más preciso con respecto al memorando de una carilla y media que
recibió Galtieri en ese momento, que “contemplaba 3 puntos: 1) Si se estimaba
necesario levantar la ocupación, ésta decisión puede aún realizarse; 2)
Comunica que la posición de los EE.UU. es poco clara. No hay seguridad de que
apoye (juegue bien) con
Al margen de todos estos acontecimientos, en 2011, el
empresario Carlos Bulgheroni, presidente de BRIDAS, me hizo el siguiente
relato, que ahora puedo desclasificar: En septiembre de 1981, el
almirante (RE) Héctor Vernengo Lima era el oficial más antiguo de
-¿Te volviste loco? Le dijo a Mallea Gil.
-Galtieri dice que vos estuviste en las reuniones en las
que los americanos dieron el visto bueno para una operación Militar en
Malvinas.
-No, los americanos no dijeron eso, dijo el Agregado
Militar en Washington, Galtieri solo explicó que las Malvinas debían ser argentinas.
En esos días, el empresario volvió a ver a Viola y le
pidió que, por favor, tomara en serio lo que le venía relatando. Fue, esta vez,
más preciso: “a finales de octubre lo van a querer sacar y mi preocupación es
que no se va a poder parar el plan de Malvinas”. Finalmente, Viola no cayó en
octubre sino en noviembre aunque oficialmente se lo depuso en diciembre y el 22
asumió Galtieri como presidente de
Bulgheroni habría de hablar con Galtieri sobre
la cuestión. Fue el sábado 27 de marzo de 1982 cuando los dados ya estaban en
el aire. Nunca olvidará que fue uno de los tantos asistentes a la fiesta
de casamiento de un hijo del brigadier Lami Dozo que se realizó cerca de
Ezeiza. Durante un momento se formó una rueda en la que estaban Leopoldo
Galtieri, el brigadier José Miret, Nicanor Costa Méndez y un diplomático
cercano al canciller del que prefiere olvidarse y se desarrollo un diálogo para
la historia:
-Con esta última carta que acabo de entregar al Reino
Unido seguro que hay guerra, palabras más, palabras menos, es lo que dijo el
canciller.
-Galtieri, ¿usted se da cuenta lo que puede pasar? Fue la
pregunta angustiada de Carlos Bulgheroni, siempre bien informado.
-Galtieri: ¿Vos siempre llevando la contra?
-Respuesta: No es llevar la contra, estoy pidiendo que
reflexionen lo que van a hacer.
Cuando todo terminó, cuando el Proceso de Reorganización
Nacional se hallaba en el fango, cuando los integrantes de las primeras juntas
militares se encontraban detenidos, el testigo de todo esto fue a visitar a
Roberto Eduardo Viola. En ese encuentro, el jefe militar le recordó sus
advertencias y le planteó “la condición” que fue coadyuvante para su
derrocamiento. “Usted tenía razón”, le dijo. Ya era tarde.
(*) Infobae,
28/2/021
Comentarios
Publicar un comentario