Para los lectores de El Informador Público
Picada de noticias
IP-31/05/2021
El secuestro de Aramburu
Si hay una fecha que marca el principio del
fin del antiperonismo gobernante mientras Perón estaba en el exilio fue el 29
de mayo de 1970. Ese día la cúpula de la organización peronista terrorista
Montoneros secuestró al teniente general Pedro Eugenio Aramburu, emblema de la
revolución libertadora. Días más tarde Aramburu fue ejecutado. El hecho
conmocionó al régimen militar y al presidente de facto, teniente general Juan
Carlos Onganía. A partir de entonces nada sería lo mismo para el presidente de
facto. En realidad, nada sería lo mismo para el país.
El criminal acto fue el bautismo de fuego de
unos jóvenes de clase acomodada que estaban convencidos de la violencia
revolucionaria como método para imponer el socialismo nacional. Arrostito,
Firmenich, Abal Medina, Ramus y otros más creían en el poder de las armas para
instaurar el paraíso socialista. Creían que el verdadero peronismo sólo podía
ser revolucionario. Para los montoneros personajes como Augusto Vandor, por
ejemplo, eran personajes que atentaban contra el proyecto de liberación.
Desde Madrid, Perón apoyó fervientemente el
accionar de los montoneros. Para el astuto y pragmático creador del peronismo
era fundamental minar la legitimidad del antiperonismo gobernante. Para ello
nada mejor que sembrar el país con la semilla del caos y la violencia. Tal
táctica tenía como objetivo obligar al régimen militar a convocar a elecciones
presidenciales, que fue a la larga lo que sucedió.
Lo que se conoce de este luctuoso hecho es que
ese 29 de mayo de 1970 la cúpula montonera secuestró sin inconvenientes al
general Aramburu y días más tarde lo ejecutó sin piedad. De esa forma, siempre
se dijo, los montoneros vengaron al general Valle y quienes lo acompañaron en
la contrarrevolución de 1956. Pero hay otro relato que sostiene que fue el
propio Onganía el que habría dado el visto bueno a este aberrante hecho porque
no veía con buenos ojos las ambiciones políticas de Aramburu (quería ser
presidente de jure). Lo que siempre me llamó la atención fue lo fácil que les
resultó a los montoneros secuestrar a Aramburu. Escribe Marcelo Larraquy en su
libro “Primavera Sangrienta”:
“El 29 de mayo de 1970, poco antes de las
nueve de la mañana, el general Pedro Eugenio Aramburu estaba en su dormitorio
cuando Emilio Maza y Fernando Abal Medina ingresaron el Peugeot 504 blanco en
el garage de Montevideo 1037, estacionado hacia la calle. Le prometieron al
empleado que saldrían en pocos minutos. Cuatro miembros de Montoneros
merodeaban la vereda de enfrente, con distintas coberturas, para controlar los
movimientos de calle. Carlos Gustavo Ramus estaba al volante de una camioneta
pickup IKA-Renault; Mario Firmenich, con uniforme de policía, autorizaba su
detención momentánea; Carlos Maguid, vestido de sacerdote, estaba próximo al
ingreso del Colegio Champagnat, de la orden de los Hermanos Maristas, justo
enfrente del edificio donde vivía Aramburu. Norma Arrostito, con una peluca
rubia, caminaba por la vereda. Todos estaban armados.
“En esa época era muy meticuloso. Era
reconocido por eso. Estaba el operativo en los planos y lo analizaba durante
dos horas. Y a mí me quedó la sensación de que era complicado. Éramos una orga
que no tenía experiencia en este tipo de cosas. Salió bien, pero en la previa
me parecía complicado. Yo estudiaba abogacía y tenía un kiosco en Córdoba
Capital. Todavía era distribuidor de chicles Bazooka, caramelos Stani. Vivía en
Villa Allende. Mi viejo era abogado del foro local. Éramos todos legales. Había
llegado unos días antes a Buenos Aires. Vine con Cristina [Liprandi], que no
participó. El Gordo [Emilio Maza] ya estaba acá. Hay cosas que la historia hace
de casualidad. El 29 de mayo, Día del Ejército. Yo creo que no se pensó la
fecha. Por ahí, el Gordo y Fernando [Abal Medina] la pensaron. Llegamos en un
Peugeot, Capuano [Martínez] al volante, yo al lado, Fernando y Maza.
Estacionamos en el garage, vamos los tres al edificio, se queda Capuano. A
Mario, a Maguid y a Arrostito no los vi porque era un operativo
compartimentado. Fernando y el Gordo estaban vestidos de militares, yo de civil
con pelo cortito y un sobretodo que todavía tengo. Teníamos muy buena formación
para actuar como militares. Yo voy al séptimo piso. El Gordo y Fernando, al
octavo”. (Ignacio Vélez Carreras).
Maza y Abal Medina tocaron el timbre del
departamento “A” del octavo piso, y Sara Herrera de Aramburu les abrió la
puerta. Pidieron hablar con el general. Ella les cedió el paso y los invitó a
sentarse en el sillón. Les ofreció café y se fue. El general se vistió con la
misma ropa del día anterior y demoró unos minutos en presentarse en el living.
Después de una breve conversación, los visitantes le pidieron que descendieran
con ellos.
“Bajamos los cuatro, todos juntos en el
ascensor. Él estaba convencido de que iba a una asonada. Y ahí caminamos,
subimos al Peugeot. Soy el único que está vivo de ese viaje: en la ida, hasta
detrás de
El general Aramburu partió con sus captores
hacia la estancia
“Yo había dejado una Renoleta estacionada
cerca de los bosques de Palermo. Y nos quedamos en Buenos Aires viendo algunos
detalles operativos; dejar los fierros, ese tipo de cosas. Y después, camino a
Córdoba, pasamos por Rosario y dejamos en dos o tres baños los comunicados del
secuestro de Aramburu, con lo cual dispersábamos la búsqueda. Llegamos a
Córdoba bien”. ( Ignacio Vélez Carreras).
Cuando llegaron a
Hasta entonces no existía información pública
de Montoneros.
La toma de
“Subsiste todavía en Córdoba la impresión
causada por el operativo extremista en la población de
Luego de la operación de
“Después de
Montoneros casi no tenía estructura. Sabino y
Abal Medina habían asaltado un banco en Ramos Mejía para juntar algo de plata.
Yo me enteré después. Entonces, Sabino me llevó a una reunión en una casa donde
vivían Abal Medina, Norma Arrostito. Abal me explicó sobre la posibilidad de
fortalecer la cosa en Salta, había algo incipiente. En esos tratos, Firmenich
no existía. Hicimos otra cita, con un riesgo innecesario, en un bar por ahí
cerca, en San Telmo. Habrá sido en la segunda quincena de agosto. Fernando
tenía puesto un bigotito rubio, y él era lampiño. Tenía un gran dominio de sí
mismo, se movía con mucha seguridad. Me acuerdo de que salimos del bar y los
kioscos estaban atiborrados de papeles con su cara, y Abal pasaba y los miraba
con total tranquilidad. En el bar se estableció que la próxima cita sería el 7
de septiembre. Yo tenía que ir a la estación William Morris. Seguí encerrado en
la casa, sin ninguna tarea para desarrollar. Sólo debía esperar esa fecha. En
la reunión se definiría mi viaje a Salta, me iban a dar el cuadro de situación,
los contactos. Tomé el tren en Retiro. En la estación me esperaba Sabino y de
ahí fuimos a la pizzería. Cuando llegamos ya estaba Fernando sentado, solo. Era
una reunión de tres personas. Abal, el Negro Sabino y yo. Había poca gente. Ya
era de noche. Afuera, en el auto que había traído a Abal Medina, de custodia,
estaba Gustavo Ramus. Y también el auto que había traído a Sabino. Pero yo,
cuando entré en la pizzería, no los vi. Empezamos a conversar sobre mi partida
a Salta.
Les dije que si viajaba tenía que tener un
arma, porque no tenía. Y después, no sé cuánto tiempo habrá pasado, llegó un
patrullero y entraron cuatro policías y pidieron documentos. Fue un hecho
totalmente azaroso. Ni Abal Medina había llegado perseguido a la pizzería, como
se dijo, ni el dueño del bar lo reconoció. Mi hipótesis es que llamó a la
policía porque creyó que íbamos a asaltar una farmacia que estaba en la
esquina. Si hubiera avisado que estaba Abal Medina, habrían venido cien canas.
Cuando pidieron documentos, Sabino Navarro y Abal mostraron credenciales de
Cuesta creer que alguien de la importancia
política del general Aramburu haya sido capturado de esa manera. ¿Y la
custodia? ¿Y los servicios de inteligencia? ¿Por qué la esposa de Aramburu
confió en esos jóvenes que le dijeron que querían estar con su esposo? Lo real
y concreto es que el secuestro y posterior asesinato de Aramburu significó el
principio del fin de la dictadura militar. Meses más tarde Onganía fue
sustituido por el general Roberto Marcelo Levingston quien intentó recuperar el
espíritu del jacobinismo antiperonista. Fue demasiado tarde. Levingston fue
sustituido por el general Alejandro Agustín Lanusse quien comprendió que la
única salida era la convocatoria a elecciones presidenciales. La estrategia de
Perón había dado resultado. El 25 de mayo de 1973 asumía como presidente Héctor
Cámpora. Comenzaba otra historia. En realidad, comenzaba otra etapa trágica de
Alberto y la radicalización de la
política exterior
En marzo de este año el gobierno argentino
decidió retirarse del Grupo de Lima, claramente alineado con la república
imperial. Esta semana tomó otra drástica decisión: retirar su apoyo a la
demanda que el bloque interpuso contra el gobierno venezolano ante
Hace unas horas,
La historia de las relaciones internacionales
ha demostrado que el principio fundamental que las rige es el interés de cada
estado. En consecuencia, otros valores, cuya importancia nadie desconoce,
quedan relegados a un plano subalterno, como la moral y la ideología. Cuando
estalló en 1980 la cruenta guerra entre Irak e Irán, Ronald Reagan, por
entonces presidente de la república imperial, no dudó en apoyar al dictador
Saddam Hussein para impedir el avance de Irán sobre el golfo Pérsico. El 18 de
agosto de 2002 el influyente The New York times publicó el siguiente artículo:
Así votaron los países la resolución del
Consejo de Derechos Humanos de
“
En esa época Hussein era un aliado de los
Estados Unidos en la zona caliente del Golfo Pérsico. La guerra finalizó en
1988 y dos años más tarde el dictador iraquí invadió Kuwait. A partir de
entonces se transformó en el enemigo público número 1 de la república imperial.
El sucesor de Reagan, George Bush, ordenó la operación militar conocida como
“Tormenta del desierto” que arrasó con
El kirchnerismo, por el contrario, desconoce
ese principio. En su concepción prima la ideología como eje de las relaciones
internacionales. Apenas asumió Néstor Kirchner se alió a Hugo Chávez, el
militar mesiánico que había sido elegido presidente de Venezuela luego de la
debacle del tradicional sistema de partidos venezolano. Pasaron los años y el
vínculo entre el kirchnerismo y el chavismo se mantuvo incólume. Esa “amistad”
continuó luego del fallecimiento de Chávez. Ello explica el constante apoyo al
régimen dictatorial de Maduro. La razón fundamental de esta relación no es
otra, me parece, que el factor ideológico. Néstor y Cristina siempre
sintonizaron con el mensaje de Chávez, fuertemente antiestadounidense. Esa
tradición continúa con Alberto Fernández y su canciller Felipe Solá, pese a no
pertenecer al kirchnerismo.
Esta alianza con el kirchnerismo explica en
buena medida la decisión del gobierno argentino de sentir simpatía por el grupo
terrorista Hamas, un histórico enemigo de Israel. Una vez más, primó el factor
ideológico. El problema es si esta radicalización de la política exterior de
Alberto no repercutirá negativamente en las negociaciones con el FMI y el club
de París, instituciones financieras que responden a gobiernos que están en las
antípodas ideológicas del chavismo y de Hamas. Es el precio que el presidente
aparentemente está dispuesto a correr por haber sido “leal” a la política
exterior de Néstor y Cristina Kirchner.
A propósito de la negociación de la
deuda con el FMI y el Club de París
En las últimas horas políticos, periodistas e
intelectuales cercanos al gobierno nacional publicaron un documento en el que
recomiendan al presidente de la nación postergar el pago de los intereses de la
deuda externa con el FMI y el club de París mientras dura la pandemia.
Los párrafos más salientes del texto son, a mi
entender, los siguientes:
1-“Una pandemia, de la magnitud como la del
Covid 19, que hoy sufre la humanidad, exige que todos los esfuerzos se destinen
a contrarrestar sus enormes daños económicos y sociales, y su superación,
garantizando la atención médica de los enfermos y la vacunación. En plena
pandemia, los desequilibrios y las desigualdades en el mundo se han profundizado,
ya que los poderosos y quienes especulan con la crisis incrementan sus riquezas
mientras, sobre las mayorías, recae el costo más alto de esta conmoción mundial
que deriva en más pobreza, más desempleo, más marginalidad, más hambre. También
se posterga la atención de la salud y la imprescindible y urgente vacunación
universal”.
2-“En Argentina, la pandemia del Covid-19 no
da respiro y amenaza con detener la recuperación económica en curso. Los
contagios y las muertes se han espiralizado. La economía ya se encontraba en
una crisis de envergadura después del gobierno de Mauricio Macri y, con la
pandemia, se ha profundizado aún más la emergencia económica y social. Nuestro
país se encuentra en una situación de “estado de necesidad” que le impide
afrontar los compromisos de deuda contraídos, especialmente con el Fondo
monetario Internacional y otros organismos, bajo riesgo de afectar intereses
superiores que el Estado debe proteger, en un contexto de pandemia: la
vulnerabilidad social, la salud, el trabajo, la educación y la vivienda del
conjunto de la población. “Estimamos imprescindible que los recursos públicos y
las divisas disponibles del país, se destinen prioritariamente al cuidado de la
vida y la salud de nuestro pueblo y a paliar el impacto social de la crisis”.
3-“Con esa idea central es que proponemos:
impulsar la suspensión de los pagos por capital e intereses con el FMI y el
Club de París, mientras se extienda la emergencia sanitaria; reprogramar los
vencimientos con todos los organismos financieros internacionales con plazos
acordes a las verdaderas posibilidades de pago del país (…); apoyar la querella
criminal iniciada por el gobierno nacional contra los funcionarios actuantes
del anterior gobierno en la obtención del préstamo stand-by con el FMI;
investigar el destino de los fondos de dicho préstamo para identificar as los
responsables de la fuga de capitales, puesta en evidencia por la investigación
del Banco Central de
El texto refleja el sentir y el pensar del
kirchnerismo duro y puro en esta trascendental cuestión. Su lectura hace
recordar la decisión del entonces presidente Néstor Kirchner de pagar la deuda
al FMI en 2005, cuya repercusión trascendió, obviamente, los límites de nuestro
país. Nadie duda de la complejidad de la situación actual de
No creo que el presidente, en su intimidad,
apoye este texto. Hasta ahora, toda su estrategia apunta a hacer honor a la
palabra empeñada. Ello explica los constantes viajes del ministro Guzmán a
Europa y Estados Unidos. Pero en pocos meses habrá elecciones legislativas.
Para el gobierno es una prueba crucial que determinará su futuro político.
Estos comicios me hacen acordar a los comicios parciales de octubre de 2001 que
terminaron por eyectar a De
El mensaje de los políticos, periodistas e
intelectuales K es clarísimo: “mirá Alberto, si querés ganar esta elección, no
le pagués ahora al FMI y al Club de París. La gente se va a enojar aún más de
lo que está y no dudará en hacer tronar el escarmiento cuando ingrese al cuarto
oscuro. Pagále más adelante. Lo único que importa es ganar las elecciones,
aunque no saquemos la cantidad de votos de hace dos años. Porque si perdemos,
lo más probable es que el FdT estalle en mil pedazos”.
¿Es mucho pedir?
Este lunes Carlos Bianco, jefe de Gabinete de
Axel Kicillof, culpó a la oposición y a los medios hegemónicos de ser los
responsables de la feroz segunda ola de coronavirus que está azotando al país
desde hace unas semanas. Confieso que aún no salgo de mi asombro pese a haber
leído varias veces la noticia. Para este importante funcionario la derecha y
los medios que le sirven de basamento ideológico tienen la aviesa intención de
propagar el virus para pulverizar al gobierno nacional. Vale decir que quien no
está identificado con el gobierno al 100% está a favor del coronavirus.
Desde hace tiempo que el oficialismo tomó la
decisión de radicalizarse para afrontar de la mejor manera posible el duro
examen de las urnas. Pero jamás imaginé que esa radicalización alcanzara
semejante grado de obscenidad. Porque hay que ser obsceno para dividir a la
sociedad en defensores de la vida y cruzados del coronavirus. Para Bianco,
entonces, cada vez que el ministerio de Salud de la nación anuncia el número
diario de contagios y muertes estos cruzados festejan con champagne. Una
verdadera locura.
Lo real y concreto es que todos estamos
angustiados, azorados, atemorizados. La incertidumbre nos domina. En estos
momentos nadie sabe con exactitud qué va a pasar en el país en las próximas
cuarenta y ocho horas. Hace unos minutos el ministerio de Salud de la nación
informó que en las últimas 24 horas (miércoles 26) el número de contagios
ascendió, en números redondos, a 35.800 y el de muertos a 520. El número total
de fallecidos por el Covid-19 asciende a 75.600. Ello significa que
probablemente la semana que viene dicho número ascienda a 80.000. Y en cuestión
de semanas, a 100.000.
Hoy la positividad fue del 32%. Si los testeos
ascendieran, como lo vienen aconsejando varios expertos, a 500 mil, hoy el
número de contagios ascendería a 160.000. Es probable que ese sea el número
real de infectados este miércoles 26. Desconozco por qué el gobierno nacional
jamás se dignó a testar como corresponde. También ignoro por qué el presidente
de la nación anunció con bombos y platillos hacia fines del año pasado un
impresionante plan de vacunación que hasta este momento brilla por su ausencia.
Ojalá algún día el presidente le hable a la sociedad y brinde las explicaciones
pertinentes. Después de todo el pueblo tiene el derecho de saber de qué se
trata, tal como lo exigieron a viva voz los ciudadanos reunidos en derredor del
Cabildo en las históricas jornadas de mayo de 1810.
Aunque Alberto Fernández se niegue a
aceptarlo, él es el gran responsable del incontenible avance del coronavirus en
Hace unas horas el ex senador y candidato
presidencial Miguel Angel Pichetto, por quien siento una muy escasa simpatía,
dijo en el programa que conduce Romina Manguel algo muy cierto: “estamos
viviendo momentos oscuros”. Lo más probable es que en las próximas semanas el
ministerio de Salud de la nación se vea obligado a informar a diario un elevado
número de contagios y muertos por el coronavirus. En consecuencia, si primara
un mínimo de patriotismo la clase política debería archivar sus miserias
morales-aunque sea por un tiempo- para ponerse al frente de una situación cuyos
efectos sobre la salud física y psíquica de la sociedad son por ahora
impredecibles. ¿Es mucho pedir?
Emblemas de
Hoy, martes 25 de mayo de 2021, se cumple un
nuevo aniversario de
Hablar de
Al homenajearlos se homenajea al proceso
revolucionario que tuvo lugar hoy hace exactamente 211 años. Y una buena forma
de hacerlo es recordar su pensamiento. Porque siempre es bueno tener presente
que Belgrano y Moreno fueron, además de dos hombres de acción, notables
intelectuales.
Dijo Belgrano
Sobre la patria
“Mucho me falta para ser un verdadero padre de
la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella”, Tucumán, 10 de octubre
de 1816.
“Nadie es más acreedor al título de ciudadano
que el que sacrifica sus comodidades y expone su vida en defensa de
“No busco glorias sino la unión de los
americanos y la prosperidad de la patria”, Salta, 1 de marzo de 1813.
“Soldados de
“Soldados, hijos dignos de
Sobre la libertad
“La vida es nada si la libertad se pierde”,
Buenos Aires, 19 de enero de 1812.
“Jamás puedo mirar por glorias la efusión de
sangre de mis hermanos”, Salta, 20 de febrero de 1813.
“Como en la época de 1789 me hallaba en España
y la revolución de
“El camino seguro de la libertad es la lucha
por la libertad social”.
“Las banderas de nuestros enemigos son las que
hasta ahora hemos usado […] ¡Abajo, Excelentísimo Señor, esas señales exteriores
que para nada nos han servido y con las que parece que aún no hemos roto las
cadenas de la esclavitud!”, Rosario, 27 de febrero de 1812.
“Ni nuestras fuerzas, ni nuestras
disposiciones, eran de conquistar, sino de auxiliar la revolución, y al mismo
tiempo tratar de inducir a que la siguieran aquellos que vivían en cadenas, y
que ni aún idea tenían de libertad”, Autobiografía, segunda parte. Sobre su
expedición a Paraguay.
Sobre la educación
“Fundar escuelas es sembrar en las almas”.
“No me olvido de lo útil que sería el
establecimiento de escuelas de hilazas de lana, para, igualmente desterrar la
ociosidad y remediar la indigencia de la juventud de ambos sexos…”, Memoria
Consular, 15 de julio de 1796.
“(…) Esos miserables ranchos donde se ven
multitud de criaturas, que llegan a la edad de la pubertad, sin haberse
ejercitado en otra cosa que la ociosidad, deben ser atendidos hasta el último
punto. Uno de los principales medios que se deben adoptar a este fin son las
escuelas gratuitas, a donde puedan los infelices mandar sus hijos, sin tener
que pagar cosa alguna por su instrucción; allí se les podrán dictar buenas
máximas, e inspirarles amor al trabajo, pues en un pueblo donde reine la
ociosidad, decae el comercio y toma su lugar la miseria”, Memoria Consular,
1796.
“Sin educación, en balde es cansarse, nunca
seremos más que lo que desgraciadamente somos”, Tucumán, octubre de 1816.
“Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado”.
“Venid que de gracia se os da el néctar
agradable y el licor divino de la sabiduría”, 10 de julio de 1813.
“La enseñanza es la primera obligación para
prevenir la miseria y la ociosidad”, 17 de marzo de 1810.
“¡Cómo se quiere que los hombres tengan amor
al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados,
que las virtudes ahuyenten los vicios, que los gobiernos reciban el fruto de
sus cuidados, si no hay enseñanza y la ignorancia va pasando de generación en
generación con mayores y más grandes aumentos!”, 24 de marzo de 1810.
“Inspirar a sus alumnos amor al orden, respeto
a la religión, moderación y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor a
la virtud y a las ciencias, despego del interés, desprecio a todo lo que diga a
profusión y lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un
espíritu nacional, que les haga preferir el bien público al privado, y estimar
en más la calidad de americano que la de extranjero”, Artículo 18 del
Reglamento de las escuelas de Tarija, Jujuy, Santiago del Estero y Tucumán,
1813.
Sobre el deber del funcionario público
“El modo de contener los delitos y fomentar
las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente”, Salta, 5 de
marzo de 1813.
“Ni la virtud ni los talentos tienen precio,
ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos”, Jujuy, 31 de marzo de 1813.
“Renuncio a mi sueldo de vocal de
“La familia podrá exigir a las autoridades
públicas el respeto a los derechos, que salvando a la familia, salven a la
misma sociedad”, 28 de abril de 1810.
“Era preciso corresponder a la confianza del
pueblo, y me contraje al desempeño de esta obligación, asegurando, como
aseguro, a la faz del universo, que todas mis ideas cambiaron y ni una sola
concedía a un objeto particular, por más que me interesase: el bien público
estaba a todos instantes ante mi vista”, Autobiografía, primera parte.
(Sobre la labor del Consulado) “Mi ánimo se
abatió, y conocí que nada se haría en favor de las provincias por unos hombres
que por sus intereses particulares posponían el del común; sin embargo, ya que
por las obligaciones de mi empleo podía hablar y escribir sobre tan útiles
materias; me propuse al menos echar las semillas que algún día fuesen capaces
de dar frutos, ya porque algunos estimulados del mismo espíritu se dedicasen a
su cultivo, ya porque el orden mismo de las cosas las hiciese germinar”,
Autobiografía, primera parte.
Sobre la economía y el comercio
“Nuestros patriotas están revestidos de
pasiones, y en particular, la de la venganza; es preciso contenerla y pedir a
Dios que la destierre, porque de no, esto es de nunca acabar y jamás veremos la
tranquilidad”.
“Este país, que al parecer no reflexiona ni
tiene conocimientos económicos, será sin comercio un país desgraciado,
esterilizada su feracidad y holgando su industria”.
“La ciencia del comercio no se reduce a
comprar por diez y vender por veinte; sus principios son más dignos, y la
extensión que comprenden (…)”. Memoria Consular del 15 de julio de 1796.
“Existiendo el contrabando y con él el
infernal monopolio, se reducirán las riquezas a unas cuantas manos que arrancan
el jugo de la patria y la reducen a la miseria”, Memoria Consular del 16 de
junio de 1809.
“Todas las Naciones cultas se esmeran en que
sus materias primeras no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su
empeño es conseguir, no solo el darles nueva forma, sino aun atraer las del
Extranjero para ejecutar lo mismo, y después vendérselas (…)”. Memoria Consular
del 14 de junio de 1802.
“Toda nación que deja hacer por otra la
navegación, que podría emprender ella misma, disminuye sus fuerzas reales en
favor de sus rivales”.
Sobre la prensa
“La libertad de prensa es tan justa dicha
facultad, como lo es la de pensar y de hablar, y es tan injusto oprimirla, como
lo sería en tener atados los entendimientos, las lenguas, las manos o los pies
a todos los ciudadanos”.
“La libertad de prensa es necesaria para la
instrucción pública, para el mejor gobierno de
“Sin esta libertad no pensemos haber
conseguido ningún bien, después de tanta sangre vertida y tantos trabajos”.
Fuentes: Instituto Nacional Belgraniano/III
Congreso Nacional Belgraniano, Belgrano Siglo XXI/Autobiografía Manuel
Belgrano.
Dijo Mariano Moreno
Sobre la libertad de escribir
Si el hombre no hubiera sido constantemente
combatido por las preocupaciones y los errores, y si un millón de causas que se
han sucedido sin cesar, no hubiesen grabado en él una multitud de conocimientos
y de absurdos, no veríamos, en lugar de aquella celeste y majestuosa
simplicidad que el autor de la naturaleza le imprimió, el deforme contraste de
la pasión que cree que razona cuando el entendimiento está en delirio.
Consúltese la historia de todos los tiempos, y no se hallará en ella otra cosa
más que desórdenes de la razón, y preocupaciones vergonzosas. ¡Qué de
monstruosos errores no han adoptado las naciones como axiomas infalibles,
cuando se han dejado arrastrar del torrente de una preocupación sin examen, y
de una costumbre siempre ciega, partidaria de las más erróneas máximas, si ha
tenido por garantes la sanción de los tiempos, y el abrigo de la opinión común!
En todo tiempo ha sido el hombre el juguete y el ludibrio de los que han tenido
interés en burlarse de su sencilla simplicidad. Horroroso cuadro, que ha hecho
dudar a los filósofos, si había nacido sólo para ser la presa del error y la
mentira, o si por una inversión de sus preciosas facultades se hallaba
inevitablemente sujeto a la degradación en que el embrutecimiento entra a
ocupar el lugar del raciocinio.
¡Levante el dedo el pueblo que no tenga que
llorar hasta ahora un cúmulo de adoptados errores, y preocupaciones ciegas, que
viven con el resto de sus individuos; y que exentas de la decrepitud de
aquéllos, no se satisfacen con acompañar al hombre hasta el sepulcro, sino que
retroceden también hasta las generaciones nacientes para causar en ellas igual
cúmulo de males!
En vista de esto, pues, ¿no sería la obra más
acepta a la humanidad, porque la pondría a cubierto de la opresora esclavitud
de sus preocupaciones, el dar ensanche y libertad a los escritores públicos
para que las atacasen a viva fuerza, y sin compasión alguna? Así debería ser
seguramente; pero la triste experiencia de los crueles padecimientos que han
sufrido cuantos han intentado combatirlas, nos arguye la casi imposibilidad de
ejecutarlo. Sócrates, Platón, Diágoras, Anaxágoras, Virgilio, Galileo,
Descartes, y otra porción de sabios que intentaron hacer de algún modo la
felicidad de sus compatriotas, iniciándolos en las luces y conocimientos útiles
y descubriendo sus errores, fueron víctimas del furor con que se persigue la
verdad.
¿Será posible que se haya de desterrar del
universo, un bien que haría sus mayores delicias si se alentase y se supiese
proteger? ¿Por qué no le ha de ser permitido al hombre el combatir las
preocupaciones populares que tanto influyen, no sólo en la tranquilidad, sino
también en la felicidad de su existencia miserable? ¿Por qué se le ha de poner
una mordaza al héroe que intenta combatirlas, y se ha de poner un entredicho
formidable al pensamiento, encadenándole de un modo que se equivoque con la
desdichada suerte que arrastra el esclavo entre sus cadenas opresoras?
Desengañémonos al fin que los pueblos yacerán
en el embrutecimiento más vergonzoso, si no se da una absoluta franquicia y
libertad para hablar en todo asunto que no se oponga en modo alguno a las
verdades santas de nuestra augusta religión, y a las determinaciones del
gobierno, siempre dignas de nuestro mayor respeto. Los pueblos correrán de
error en error, y de preocupación en preocupación, y harán la desdicha de su
existencia presente y sucesiva. No se adelantarán las artes, ni los conocimientos
útiles, porque no teniendo libertad el pensamiento, se seguirán respetando los
absurdos que han consagrado nuestros padres, y han autorizado el tiempo y la
costumbre.
Seamos, una vez, menos partidarios de nuestras
envejecidas opiniones; tengamos menos amor propio; dése acceso a la verdad y a
la introducción de las luces y de la ilustración: no se reprima la inocente
libertad de pensar en asuntos del interés universal; no creamos que con ella se
atacará jamás impunemente al mérito y la virtud, porque hablando por sí mismos
en su favor y teniendo siempre por árbitro imparcial al pueblo, se reducirán a
polvo los escritos de los que, indignamente, osasen atacarles. La verdad, como
la virtud, tienen en sí mismas su más incontestable apología; a fuerza de
discutirlas y ventilarlas aparecen en todo su esplendor y brillo: si se oponen
restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia; y el error, la
mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de
los pueblos, y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria.
Publicado en la “Gaceta de Buenos Aires”, del
21 de junio de 1810
La sensatez del doctor Roberto Debbag
Infobae acaba de publicar una interesante
entrevista al doctor Roberto Debbag sobre la tragedia sanitaria que nos asuela
desde hace más de un año. Dijo el reconocido epidemiólogo: “Las restricciones
realmente se imponían por la ineficacia del manejo de las tres grandes patas
para combatir la pandemia, que son la comunicación, tercetos y vacunas. Estas
tres aristas no produjeron el impacto adecuado porque no se implementaron en
forma adecuada. Entonces, la cuarta es la restricción”. “No tengo dudas que si
las vacunas hubieran llegado tal como estaban prometidas, o inclusive con una
vacunación hasta fines de marzo y entrado abril no estaríamos viviendo un
confinamiento ni registrándose los actuales índices de mortalidad diaria”. “En
el primer semestre del año pasado, en virtud del poco conocimiento y la
disponibilidad de herramientas que había para contener al virus, la cuarentena
era lo que se imponía. Ahora, en este momento, se imponen políticas de rastreo,
localización de personas, aislamiento, comunicación que genere credibilidad y
acceso las vacunas”. “Creo que los días de confinamiento van a depender de que
se tome conciencia de la importancia del testeo, la buena comunicación y la
llegada de cada vez más vacunas y su administración en forma rápida”. “Siento
dolor y frustración. Dentro de 11 días vamos a tener el impacto de las actuales
medidas, y las cifras van a ser iguales o peores. Lo que tenemos por delante
son restricciones y esperar que el huracán sea lo menos devastador posible”
(fuente: Infobae, 24/5/021).
Bienvenido este diagnóstico del doctor Debbag.
Por fin un experto que habla de manera directa, clara y honesta. Ya se sabe que
el que avisa no es traidor: lo más probable es que dentro de 11 días los
resultados de este nuevo confinamiento sean muy malos. ¿Qué hará, entonces, el
gobierno? Seguramente doblará la apuesta continuando con la única estrategia
que conoce: obligar a la población a encerrarse en sus hogares. Si toma
semejante decisión no hará más que reconocer el absoluto fracaso de su política
sanitaria, de la estrategia elegida para hacer frente al coronavirus.
Ante semejante panorama surgen naturalmente
varias preguntas. ¿Por qué el gobierno nacional, a través de su ministerio de
Salud, no testeó lo suficiente? Esta herramienta de combate frente al Covid-
¿Qué pasó con las vacunas? A fines de 2020 el
presidente de la nación prometió a la población que para mediados de 2021
estarían vacunados varios millones de compatriotas. En pocos días comenzará
junio y el número de vacunados (tanto los que recibieron una dosis como los que
recibieron las dos dosis) es mínimo en comparación con lo prometido. Lo de la
empresa farmacológica estadounidense Pfizer sigue siendo para todos nosotros un
misterio insondable. ¿Qué fue lo que realmente pasó? Patricia Bullrich acaba de
denunciar al ex ministro Ginés González García de haber pedido un “retorno” y
hace un rato Pfizer la desmintió. Lo real y concreto es que las vacunas no
llegaron. En realidad sí lo hicieron pero en mínimas cantidades y ello gracias
a los buenos oficios del presidente Putin.
Mientras tanto, el número de contagiados y
fallecidos no para de crecer. Este domingo el ministerio de salud informó que
hubo, en números redondos, 25 mil nuevos contagios y 380 nuevos muertos. En
pocos minutos sabremos los números de hoy-lunes 24-y no creo que haya ninguna
sorpresa: serán iguales o peores que los de hace 24 horas.
Del menemismo al cristinismo
Carlos Menem asumió como presidente de la
nación en julio de 1989. Debió hacerlo en diciembre pero el caos social y la
hiperinflación obligaron a Raúl Alfonsín a entregar anticipadamente el poder.
En aquel invierno la hiperinflación rozaba el 200% mensual y los mercados y
supermercados se habían transformado en un preciado botín de guerra. Durante la
campaña electoral el caudillo riojano había prometido el salariazo y la
revolución productiva mientras invitaba al pueblo a seguirlo porque no lo iba a
defraudar.
Apenas asumió como presidente de todos los
argentinos Carlos Menem puso en evidencia que no le iba a temblar el pulso para
imponer drásticos cambios en la economía. Tejió una sorprendente alianza con el
grupo Bunge y Born, y procedió a ejecutar un audaz plan de privatizaciones y un
proceso de achicamiento del Estado inéditos en la historia. De manera paralela,
aumentó el número de los miembros de
Leal ejecutor de las órdenes del Consenso de
Washington, Menem permitió que entre 1989 y 1003 todo lo que oliera a Estado
quedara en manos privadas, algunas nacionales y otras internacionales. El
histórico monopolio estatal, acusado de ineficiente y corrupto por los
ideólogos del neoliberalismo, fue sustituido por un monopolio privado que se
movió a su antojo. Mientras tanto, se puso en ejecución un feroz achicamiento
del aparato estatal que dejó en la calle a miles y miles de trabajadores ante
la mirada indiferente de un pueblo que estaba harto de la inflación y de las
empresas estatales.
Sin embargo, la hiperinflación se resistía a
desaparecer. Disuelta la alianza con Bunge y Born a fines de 1989, Carlos Menem
designó como ministro de Economía a su amigo Antonio Erman González. Incapaz de
solucionar el problema inflacionario, lo eyectó del ministerio para nombrar en
su reemplazo a Domingo Felipe Cavallo, quizás el más mesiánico de los ministros
de Economía de la historia de nuestro país. Con el apoyo de Menem en 1991 puso
en marcha la convertibilidad en virtud de la cual cada peso argentino tuvo el
respaldo del dólar. A partir de entonces y hasta el fin de su segunda
presidencia el pueblo supo lo que era vivir sin estar obsesionado por la
inflación. Pero el precio que pagó fue altísimo: la hiperdesocupación había
entrado en escena para quedarse por varios años.
Durante la década de los noventa el poder
económico concentrado vivió una fiesta inolvidable.
Fernando de
A esa altura la alianza era un recuerdo y De
Entre el 20 de diciembre y el 1 de enero de
2002 hubo cinco presidentes. La crisis política, económica, social e
institucional era monstruosa. Eduardo Duhalde se hizo cargo del gobierno el 1
de enero de aquel año y ejerció el poder como pudo hasta mayo de 2003. La
gobernabilidad había estallado por los aires y los partidarios de la
devaluación habían prevalecido sobre los partidarios de la dolarización. La
inflación creció vertiginosamente, la igual que la pobreza y la indigencia.
Mientras tanto, los políticos no podían caminar libremente por las calles y el
pueblo enarbolaba el ya histórico canto de guerra “¡que se vayan todos, que no
quede ni uno solo!”
Néstor Kirchner asumió en un momento dramático
de nuestra historia. El paradigma neoliberal había perdido legitimidad, al
igual que sus ideólogos y sus ejecutores. El patagónico fue consciente de que
tenía delante de él la oportunidad histórica de ejercer el poder en función de
otro paradigma. Y obró en consecuencia. Su obsesión fue devolverle a la
política el lugar que siempre le correspondió. Con su férrea voluntad se
produjo un increíble renacer de la política y, paralelamente, un lento pero
inexorable retroceso de la economía del centro de la escena.
Con Kirchner en el poder quienes se habían
acostumbrado a lidiar con presidentes dóciles, se llevaron una sorpresa
mayúscula. Descubrieron que ahora había un presidente dispuesto a no dejarse
presionar, a no permitir que le marquen la cancha, a no tolerar ser tratado
como un subalterno. Descubrieron que había en el país otro paradigma. Ello
explica el odio que le profesaron. Les resultaba inconcebible que en
Con Cristina en
La aplastante victoria que obtuvo el pasado 23
de octubre confirmó que el pueblo aprobó esa decisión trascendente. El 54% del
electorado que participó en los comicios decidió extenderle un voto de confianza
por los próximos cuatro años como premio por su coraje y firmeza de principios.
Fue la victoria personal de una presidente que jamás bajó los brazos y de un
paradigma que llegó en 2003 y que se quedará mientras haya dirigentes que, como
Cristina, estén convencidos de que la única manera de ejercer el poder con
dignidad es no arrodillándose delante de los poderosos.
Carta de lectores publicada en el Informador
Público el 4/11/011.
La hipocresía de no soportar a Cristina
Cristina Kirchner es un cuadro político que
despierta odios furiosamente intensos. Cada gesto suyo, cada decisión que
adopta, cada palabra que pronuncia, es ferozmente ridiculizada por quienes no
toleran que esté en el poder. Desde que accedió a la presidencia el 10 de
diciembre de 2007 no hubo día en que no recibiera ataques cuyo objetivo no es
otro que poner en evidencia la imposible que les resulta digerir que el país
esté en manos de esta dirigente de primera línea.
Hay sectores de la sociedad que no soportan
más la presencia de Cristina en
La acusan sin piedad de ser una aprendiz de
tirana, de querer perpetuarse en el poder, de ser una nueva rica que no hace
más que ostentar obscenamente su riqueza, de ser una frívola y mentirosa, de
emitir mensajes por izquierda y gobernar por derecha, de haber llegado al poder
exclusivamente por el clientelismo y las dádivas; en fin, la acusan de todo eso
y mucho más. No recuerdo que un presidente haya sufrido tantas calumnias y que,
sin embargo, se haya mantenido inmutable, sin esbozar la más mínima reacción,
soportando estoicamente unos embates plagados de cobardía y mala intención.
Considero que se comete una gran injusticia
con la presidenta de la nación. Es cierto que comete errores (como cualquier
mortal), que hay ministros que no debieran estar donde están, que la sombra de
la corrupción amenaza con tapar la luminosidad de su gestión. Pero resulta
increíble que para algunos Cristina sea la peor presidenta que tuvimos. La
historia demuestra que ello es mentira. Recordemos lo que nos pasó a partir de
la década del setenta.
El 1 de julio de 1974 muere Perón. Asume la
vicepresidenta, María Estela Martínez, su esposa. Gobernó el país hasta el 24
de marzo de 1976, cuando fue derrocada por el golpe cívico-militar encabezado
por Videla y Massera. Su presidencia fue espantosa. La violencia impuso sus
códigos y López Rega manejaba los hilos del poder. Los cadáveres se amontonaban
a derecha e izquierda y el miedo se apoderó de todos nosotros. El desesperado
intento de Isabel por adelantar los comicios presidenciales fracasó por
completo. El golpe era inevitable.
La dictadura cívico-militar asoló al país
entre 1976 y 1983. Fue el período más negro de nuestra historia. El terrorismo
de estado hizo desaparecer a una generación de argentinos, mientras que
Martínez de Hoz fue un gerente del poder económico financiero concentrado. En
1982 Galtieri, acosado por la crisis económica y la crisis de legitimidad del
régimen, recuperó por la fuerza las Islas Malvinas provocando la violenta
reacción inglesa. El 14 de junio nuestras fuerzas armadas se rindieron ante la
imposibilidad de luchar en igualdad de condiciones contra las tropas británicas.
A partir de entonces la dictadura cívico-militar no tuvo más remedio que
aceptar la nueva realidad: el retorno a la democracia era inevitable.
El 10 de diciembre de 1983 asumió como
presidente Raúl Alfonsín. Su presidencia fue muy complicada. Soportó varias
rebeliones militares y la economía no funcionó como correspondía. Sus últimos
meses fueron terribles. En enero de 1989 se produjo el artero ataque al
regimiento militar de
El riojano asumió en julio. La hiperinflación
estaba cerca del 200% mensual. ¡Sí, 200% mensual! Hasta febrero de 19912 no
supo cómo controlarla. Hasta que convocó al ministerio de Economía a su
canciller, Domingo Felipe Cavallo. La convertibilidad hizo posible el control
de la inflación, pero no el del desempleo. En 1995, cuando Menem fue reelecto,
la desocupación rondaba el 20%. Mientras tanto, sufrimos los ataques a la
embajada de Israel,
En diciembre de 1999 asumió Fernando de la
rúa. El radicalismo había hecho una alianza con el Frepaso para acceder al
poder. Lamentablemente, todo estalló por los aires dos años más tarde. En
octubre de 2000 renunció el vicepresidente y en marzo del año siguiente hizo su
retorno triunfal al poder Domingo Felipe Cavallo. No tuvo mejor idea que
ajustar las jubilaciones, las pensiones y los sueldos estatales para achicar el
déficit público. En octubre el peronismo barrió al gobierno en las urnas y en
diciembre se vino la hecatombe.
Eduardo Duhalde asumió como presidente
interino el 1 de enero de 2002 con la obligación de terminar el mandato de De
El kirchnerismo es fruto de esa tragedia. En
realidad, Néstor Kirchner fue un presidente por descarte. No era el delfín
soñado por Duhalde. Pero como Reutemann se negó a ser presidente no tuvo más
remedio que acudir al patagónico para evitar que Menem retornara al poder.
Kirchner asumió con escasa legitimidad de origen. La no participación del
riojano en el balotaje fue la causa. En consecuencia, no tuvo más remedio que
luchar denodadamente para transformarse en un presidente con poder, condición
fundamental para ejercer la presidencia en
Cristina Kirchner surge en el firmamento
político argentino por propia decisión de su esposo. ¡Quién iba a osar
cuestionar a Kirchner su decisión de imponer a su esposa como candidata natural
del justicialismo en 2007? Nadie, obviamente. Cristina ganó esa elección con
los votos de Néstor Kirchner. Fueron votos prestados. Durante su primera
presidencia Cristina debió ejercer el poder acosada por las corporaciones y a
la sombra de su esposo. El 27 de octubre del año pasado el panorama se modificó
dramáticamente. Ese día el país se conmovió con la muerte del patagónico y a
partir d entonces Cristina gobernó por sí misma. Los votos que obtuvo en
octubre pasado le corresponden en soledad. Fueron sus votos. Su legitimidad de
origen es, ahora, incuestionable.
Esta más que breve reseña de lo que nos pasó a
partir de la muerte de Perón en 1974 pone en evidencia, me parece, que el
período de Cristina lejos está de ser el más traumático, el más nefasto, de
nuestra historia. Resultan, por ende, muy hipócritas los juicios de aquéllos
que no la soportan más, que quieren que se vaya cuanto antes de
Las respuestas a tales interrogantes se
resumen en una negativa rotunda. Ahí está nuestra historia reciente como mudo e
inflexible testigo.
Carta de lectores publicada en El informador
Público el 20/11/011
“La hipocresía de no soportar a
Cristina”. Respuesta
Sr. Kruse, no sé si fue usted quien tituló a
su carta de lectores como “La hipocresía de no soportar a Cristina”. De ser
así, quiero informarle que ha errado el término, ya que según
No he leído en el Informador Público a muchos,
casi le diría que nadie, que hablaran de la pasión de la señora por Louis Vuitton,
Christian Louboutin o Hermés, pero sí he leído a muchos preocupados por un país
que creciendo a tasas chinas aún ve cómo ocho chicos por día se mueren de
hambre antes de cumplir cuatro años, como se destrata al jubilado que aportó
durante toda su vida y al que se le niega un 82% que a hoy, con la inflación
ignorada por la señora, no es otra cosa que una siniestra broma.
Podríamos seguir hablando de tantas cosas que
la señora apaña, corrupción, venganzas varias, mentiras que se repiten con el
interés de convertirlas en verdad que daría, este tema, para más de una carta.
Por supuesto que son mentiras a las cuales usted se hace eco como cuando dice:
“El terrorismo de estado hizo desaparecer a una generación de argentinos”.
Seamos serios, en un país que en ese entonces tenía 25 millones de habitantes
los 6279 muertos y desaparecidos de la guerrilla-no hablo de mis muertos a los
cuales la señora y su banda se empeñan en ignorar-no alcanzaban al 0,025% del
total, así que su exageración sólo sirve para contársela a europeos cándidos o
a gente de su mismo palo para conseguir desaforados gritones para manifestarse
en cualquier juicio a militares. Esto no significa que yo no sea crítico del
“proceso”, un proceso donde la estupidez primó sobre la eficacia y donde la
pretensión de “salvadores de la patria” de algunos impidió algo que
Sí es cierto lo que usted dice que no se puede
criticar a la señora sin hacer lo mismo con los antecesores presidenciales que
hemos soportado desde los setenta. Y yo, le diría, para ser más exacto, desde
1945 con, quizás, un par de excepciones importantes a esta regla absurda de
ineptos “gloriosos”, pero ahí deberíamos ver quiénes son los que le dieron-y
aún le dan-de comer al chancho, quienes son los que cargan con las culpas de
toda esta sinrazón que es
Que los predecesores hayan sido malos no
significa que la señora sea buena. Es, nada más y nada menos, que otra
desquiciada inculta y embrutecida por las lisonjas que los perdularios que temen
perder negocios-y negocios significa desde la concesión de una zona petrolífera
hasta un plan trabajar-le hacen llegar creyendo que ella per se puede levantar
el precio de la soja que sigue cayendo y que terminará llevándosela puesta.
Atentamente, José Luis Milla
Carta de lectores publicada en el Informador
Público el 28/11/011
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