El escrito de Eduardo Salas
El
ajuste sigue y la reforma laboral avanza, a enfrentarlos con la izquierda (*)
El
gobierno dice haber escuchado el “mensaje de las urnas” y que está tomando las
disposiciones para revertir la derrota que sufrió en las Paso. Hasta ahora todo
indica que está lejos de eso.
Por
empezar el ministro de Economía, Guzmán, fue confirmado. Lo cual es una
ratificación implícita del ajuste que provocó los resultados electorales que
quieren revertir. Por eso este sigue su curso y, más aún, se profundiza. Un estudio de Idesa (Instituto para el Desarrollo Social
Argentino) señala que en lo que va de 2021 se ahorraron más de 190 mil millones
de pesos en jubilaciones y pensiones. Según el Indec el 80% de los ingresos (que recibe casi el 59%
de la población) está por debajo de la línea de pobreza. En el caso de los “no
asalariados” (jubilados, beneficiarios de programas sociales, cuentapropistas,
etc.) el promedio es de $38.236, en el de los asalariados es de $ 47.232. Como
se ve la defraudación, hartazgo y bronca de quienes esperaban se cumpliera la
promesa de revertir el mazazo de Macri al bolsillo popular están mucho más que
fundamentados.
Sin
embargo las medidas “semianunciadas” están en las antípodas de las que hay que
tomar para revertir este saqueo. Para los jubilados con la mínima se plantea un
bono de $ 6.000 por única vez. En los otros rubros la cuestión no cambia. El
apuro por dar buenas noticias llevó a adelantar la reunión para fijar un nuevo
salario mínimo: terminaron pariendo 33.000 pesos para marzo, es decir, por
debajo de la línea de indigencia. De reabrir las paritarias, ni palabra.
Toyota: FMI recargado, ajuste más reforma
laboral
La
tardanza en concretar estas migajas es una indicación clara de que el ajuste no
se abandona. Esta es una condición que el FMI viene imponiendo para poder
llegar a un acuerdo que postergue pagos de la deuda y libere al país y a los
capitalistas locales para salir a endeudarse al exterior. El gobierno dio
prueba de esta necesidad cuando en el proyecto de presupuesto 2022 se plantea
tomar deuda por 12.000 mil millones de dólares para cubrir necesidades
financieras. En el presupuesto no se incluyen las cuotas de U$S 18 mil millones
que habría que pagar al FMI, es decir, se descuenta un acuerdo sin que estén
claras las condiciones del mismo, lo cual no es un acto de coraje sino de
predisposición a ceder a los requerimientos.
A
pesar del apriete que implica sostener la reducción del déficit fiscal el
gobierno ha sido rápido en resolver reclamos capitalistas como es la eliminación de las retenciones a las exportaciones de servicios,
beneficiando a los “unicornios” Mercado Libre, Globant, Argencom, Laboratorios
Bagó, PWC, Ualá, entre otras, se trata de las grandes empresas del segundo
complejo exportador y donde se destacan las de la llamada “economía del
conocimiento”.
Con
la misma velocidad el nuevo ministro de Agricultura, Julián Domínguez, recompuso relaciones con
Pero
la señal más clara es el avance que se da con el acuerdo de reforma en el régimen laboral de los
trabajadores de la empresa Toyota que fundamentalmente consiste en alterar la
jornada laboral, y sobre todo el descanso del fin de semana, autorizando a la
patronal a obligar a los trabajadores a concurrir los sábados a cambio de un
franco semanal y una suma fija (que la inflación se hará cargo de depreciar en
poco tiempo). Las implicancias del caso Toyota son de enorme importancia para
todos los trabajadores, independientemente de las particularidades del mismo.
Responde a un reclamo de toda la clase capitalista y del propio Fondo
Monetario. El objetivo es proceder a modificar convenios para una mayor
explotación absoluta. Aunque la reforma es presentada como necesaria para
lograr mayores inversiones “productivas” en el país, lo cierto es que Toyota (y
la clase capitalista de conjunto) no pasa de usar la capacidad instalada, y
sacarle a esta el mayor provecho a costa de los laburantes.
El
otro dato clave de Toyota es que los representantes del Smata están prontos a
aprobarla. Es decir, la burocracia sindical, que dice oponerse a una “ley de
reforma laboral”, en realidad se postula para implementarla gremio por gremio,
lugar por lugar, como amerite la situación. Kulfas, a la cabeza del operativo.
Este gabinete, posderrota electoral, cuenta con el apoyo explícito de la
burocracia sindical que tiene una relación estrecha con Manzur, reforzada en
una reciente reunión con Daer, uno de los gordos que ocupa
Con
este rumbo, el PJ-kirchnerismo lo que está dejando en claro es qué intereses
son los que está dispuesto a defender, y quiere ofrecer su mejor capacidad para
honrarlos cuando quedan le quedan aun dos años en el gobierno y frente a una
oposición que aparece aún lamiéndose las heridas que le provocó el fracaso de
los cuatro años de su gobierno bajo Macri, uno de los motivos que empaña el haberse
logrado imponer al oficialismo en provincias clave y territorios kirchneristas.
En esencia ambos tienen al acuerdo con el FMI como centro. La importante
abstención electoral es un desafío para ambos.
Una crisis que continúa
El
gobierno golpeó a su base electoral progresista con un gabinete derechista
dominado por elementos clericales, represores, antiderechos y sosteniendo al
ministro clave, por ahora, para llegar a un acuerdo con el FMI. Este cambio de
gabinete contó con el aval de todas las facciones de la coalición de gobierno,
incluida la propia CFK que con un golpe palaciego precipitó los cambios. Sin embargo la
crisis no logra apagarse. Alberto Fernández ha sido sacado de escena, Massa se
ha guardado a la espera de que un fracaso en noviembre lo convierta en la pieza
necesaria, y CFK obligó a Kicillof a entregar su gobierno a los
barones del conurbano y refugiarse en un gabinete paralelo disfrazado de consejo
de asesores. La foto de este copamiento fue la reunión de la nueva mesa de
campaña: Manzur, Aníbal Fernández, Insaurralde, Massa, Kicillof, Máximo y Wado
de Pedro.
Ya
son muchos los que desde las filas del mismo oficialismo pronostican el fracaso
de la tentativa propuesta. En estos días cobraron relieve las declaraciones del
intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, que sin pelos en la lengua dijo que “no
hay manera de revertir la derrota de las Paso”. Sujarchuk estaba ligado a
La
crisis es alimentada no solo por el resultado electoral. El empantanamiento
económico no se supera con la normalización como resultado de la casi
inexistencia de las restricciones que impuso la pandemia. La incapacidad del
gobierno de financiarse en dólares está clara por la ausencia del acuerdo con
el FMI, en principio, pero también por las complicaciones que ofrece el cuadro
internacional de lo cual la crisis del grupo inmobiliario chino Evergrande es una muestra. La “novedad” es que
trastabilla la capacidad del endeudamiento en pesos lo cual acelera la emisión
y el aumento de las tasas de interés. El gobierno tiene comprometidas las
reservas y con ello la posibilidad de frenar la devaluación que se viene
profundizando. El supercepo no ha logrado detener la fuga de capitales que ha
ido de la mano con un aumento de la brecha cambiaria. Frente a la caída de las
reservas, el gobierno está apelando a pisar las importaciones, lo cual está
paralizando la cadena de producción que enfrenta faltantes crecientes de
insumos en la industria para desarrollar su actividad. Esto pone palos en la
rueda a cualquier perspectivas de recuperación económicas. Entre tanto las
expectativas inflacionarias son difíciles de desmontar y el 34% propuesto en el
proyecto de presupuesto no es tomado seriamente por nadie.
Mientras
esto sucede el presidente del Banco Central, Pesce, ha reconocido que
“el país genera fuertes excedentes económicos: los residentes argentinos son
dueños de activos extranjeros por unos 400.000 millones de dólares y habría
otros 200 mil millones en el país fuera del circuito”, al mismo tiempo que
afirmó que “el saldo positivo de la producción de riqueza son U$S 150 mil
millones”. Lo cual no le impidió versear sobre mayor inversión extranjera, en
nombre de la cual se plantea la reforma laboral (mayor explotación), la caída
del salario (en dólares Argentina es el segundo país de América Latina con el
salario más bajo), la reducción de los gastos corrientes (sociales,
previsionales, educación, salud, etc.). Cuentas reveladoras de adónde se va el
esfuerzo de los trabajadores del país, a los cuales solo les queda mayor
pobreza y miseria.
A fortalecer y extender en el avance del
FIT-U
El
crecimiento que obtuvo el FIT-U en las últimas elecciones y sobre todo en los
sectores más golpeados por la crisis es un motivo de preocupación en el
“círculo rojo”, su evolución en términos políticos y organizativos es lo que
“más duele a los dueños de poder”. Por eso desde el gobierno, e incluso desde
algunos medios, se insiste en que parte de la reversión de la derrota se
lograría “dando vuelta” votos de la izquierda. Tamaña hazaña para un gobierno
que no renuncia al ajuste que le hizo perder las elecciones.
El
Partido Obrero, sus organizaciones, y el Frente de Izquierda vamos por los votos
de ellos. Y lo hacemos organizando la lucha contra el ajuste en todos los
terrenos, enfrentando a la derecha que anida en la oposición y en el
oficialismo (hoy muy bien expresada en el gabinete); lo hacemos levantando el
planteo de un salario equivalente a la canasta familiar de 100.000 pesos, del
82% para los jubilados, del seguro al desocupado, del reparto de las horas de
trabajo sin afectar el salario.
Lo
hacemos defendiendo la lucha de las mujeres contra la violencia y por la real
implementación de
Lo
hacemos rechazando los acuerdos con el FMI, y levantando el desconocimiento de
la deuda usuraria, la nacionalización de la banca y el comercio exterior bajo control
de los trabajadores para que el “excedente” del que habla el presidente del
BCRA sea destinado a un proceso de industrialización, un plan de viviendas y
una reestructuración en función de los intereses de la mayoría.
Lo
hacemos en nuestra lucha por un gobierno de las y los trabajadores.
(*) Prensa obrera,
30/9/021
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