La columna política de Vicente Massot
¡Que siga Cristina!
Desde que tomó las riendas del gobierno,
Mauricio Macri ha sumado en su haber diferentes ventajas y, como no podría
resultar de otra manera, ha cometido errores de distinta índole. Pero más allá
de aquéllos y éstos, hasta ahora ha quedado en claro que el arco opositor
—sobre todo, las diferentes fracciones del peronismo— no ha podido capitalizar
los traspiés que acumuló la administración de Cambiemos en sus primeros siete
meses de gestión. Esa notable incapacidad para aprovecharse de los tropiezos
gubernamentales —común a Cristina Fernández, José Luis Gioja y Miguel Ángel
Pichetto, sólo por mencionar a tres de las personalidades de ese espacio
político— es en buena medida el producto de la falta de unidad y liderazgo del
PJ. Pero, además, es el resultado de la inestimable colaboración de la
ex–presidente con quien ella más detesta.
Si Cristina Fernández dejase de existir,
Mauricio Macri debería hacer un esfuerzo sobrehumano para resucitarla. Por
suerte la ex–presidente no ha desaparecido de la escena. Goza de buena salud
—malgrado el porrazo que se pegó días pasados en su departamento de la capital
federal— y su incontinencia verbal permanece intacta, como cuando gobernaba el
país a discreción y se permitía tomar la cadena nacional de radiodifusión
a diario, cual si fuera algo de su exclusivo patrimonio.
La viuda de Kirchner —aún cuando no lo sepa o
le disguste que se lo adviertan— es hoy el respaldo principal de una
administración que está en las antípodas de su pensamiento. La relación que se
ha entablado al respecto es una de las más paradójicas que registre la historia
argentina contemporánea. Es que, sin puntos de contacto ideológicos o de otra
naturaleza entre el primer magistrado y su antecesora en Balcarce 50,
Nadie en su sano juicio podría suponer que la
jefa del Frente para
Como quiera que sea, tiene la rara habilidad
de hablar en el momento menos oportuno y así facilitarle las cosas al gobierno.
Si no fuese por ella y por los escándalos que, sin solución de continuidad,
salen a la luz protagonizados por algunos de sus colaboradores de mayor
confianza, el macrismo debería enfrentar los problemas de todos conocidos sin
las ventajas que le otorga la infinita torpeza de
Macri —sin duda— tiene una cuota grande de
suerte que lo acompaña desde el inicio de su vida política, lo cual no es un
dato de poca importancia. La mitad del éxito del príncipe reside en la fortuna.
Lo dijo hace cinco siglos Nicolás Maquiavelo, que algo sabía de estos asuntos.
De su lado, Napoleón Bonaparte creía que la suerte era un valor determinante a
la hora de elegir a sus mariscales.
En este orden de cosas, si fuera por Macri —o
sea, si solamente de él dependiese la suerte de su antecesora— haría todo lo
posible para que no fuera presa ni en los próximos seis meses ni en el curso
del año venidero. Vista la cuestión con arreglo a las necesidades y a las
conveniencias del gobierno, una Cristina Fernández tras las rejas podría operar
la peor consecuencia imaginable en vísperas de una elección tan importante como
la de octubre de 2017: que el justicialismo —aun a disgusto— tuviese que salir
en defensa de su jefa de antaño. En libertad y con las ínfulas que la caracterizan,
es seguro que será un motivo de discordia entre quienes hoy se disputan la
jefatura del movimiento y ayer hacían las veces de perritos falderos. En
cambio, si resultase detenida, cómo no cerrar filas en su derredor aunque más
no sea por una razón de elemental delicadeza.
Tras el receso parlamentario se ha iniciado
agosto sin mayores novedades. Lo que no quita que las haya de aquí a fin de
año. Sobre todo en el frente judicial, y esto en un doble aspecto: por un lado
se recorta en el horizonte la posibilidad de que sigan el camino iniciado por
Ricardo Jaime, Lázaro Báez y José López, cuando menos dos pesos pesados de la
gestión K. Pero no sólo eso; porque si Julio De Vido, Aníbal Fernández, Amado
Boudou, Cristóbal López y hasta Daniel Scioli deberían poner las barbas en
remojo, lo mismo deberían hacer otros tantos jueces federales. Seguramente las
fiestas de Navidad y Año Nuevo tengan un sabor amargo para parte del
universo K y parte de los magistrados de Comodoro Py. Unos conocerán lo que se
siente estar encerrado; otros lo que significa la jubilación.
Prensa republicana
Director: Nicolás
Márquez
Agosto de 2016
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