La postura de Edgardo Mocca
Neocolonialismo cultural: las
provocaciones del señor Stanley
30 de octubre, 2021
El Destape
Ninguna regla
internacional habilita a los embajadores de Estados Unidos a que opinen
públicamente sobre la realidad de los países a los que son asignados. Sin embargo, Mark Stanley, cuya
designación como representante en nuestro país es casi un hecho ya adelantó su
opinión: “Argentina necesita un plan económico que asegure su sustentabilidad
financiera”. Es una manera no muy sutil de presionar a favor de un ajuste fiscal.
Otro de los embajadores recientes de la potencia imperial -Edward Prado- se comprometió, en
el momento de su designación, a “ayudar” a
Sin embargo, el
problema de Argentina no se agota en la soberbia imperial con que se mueve Estados Unidos. Entre
nosotros funciona un poderoso aparato de comunicación que se ordena en torno de
la agenda de los principales monopolios del sector y que respalda sin
excepciones conocidas las políticas de Estados Unidos en cualquier lugar del mundo y
en cualquier aspecto del que se trate. Sin embargo, el actual gobierno
adelantó, antes aún de asumir, que no promueve una agenda política en los
medios de comunicación públicos. ¿Por qué? Aunque nunca se explicó en
profundidad se sugiere que la experiencia de las gestiones kirchneristas no
debe ser repetida. Por otro lado, la principal oposición política está también
notablemente alineada con la política de Estados Unidos; por momento sus
referentes parecen portadores de la perspectiva política norteamericana,
cualquiera sea la cuestión de la que hablen. Piensan con igual desconfianza en
las vacunas rusas y chinas, caracterizan al gobierno venezolano del mismo modo
que lo hace la presidencia de ese país, se solidarizan con las protestas
sociales en Cuba,
desconfían de la política internacional del gobierno chino. Los presidentes
bendecidos en el norte son exaltados por los comunicadores de todo el espectro
monopólico; sus enemigos son los enemigos de la casa blanca.
¿Puede todo esto
nombrarse como un “consenso neoliberal” de la coalición de gobierno y del
sector claramente hegemónico de las empresas mediáticas? Sin duda lo es. Pero
acaso más importante y más llamativo es que se trata de un consenso
neocolonial. Porque lo que llamamos “neoliberalismo” es una variante histórica,
nacida hace más o menos cuarenta años. Es la revolución capitalista que lanzó
la ofensiva mundial piloteada por los grandes consorcios del capital
financiero. Lo permanente en la consciencia de los dueños de los sectores
concentrados de la economía argentina es su alineamiento histórico e
irrestricto con Estados
Unidos. Todo esto es fácil de comprobar con el solo recurso de
recorrer los comentarios, análisis y editoriales que difunden todo el tiempo
las principales agencias de opinión. Y también “viajando en el tiempo” hacia
distintas coyunturas políticas locales y mundiales.
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