La columna de economía de Marcelo Bonelli
Martín Guzmán
apura el ajuste que quiere el FMI, pero aún hay diferencias en un punto central
Clarín
30/12/2021
Roberto Feletti no sabe cómo parar la
inflación. Esta última semana hubo febriles intercambios con las empresas
formadoras de precios. Pero poco acuerdo. Comercio responde siempre lo mismo:
silencio a cada propuesta de las multis y tira la pelota a la tribuna.
El índice sigue al rojo. Diciembre
vuelve a pegar un salto. Feletti se reunió –hace una semana- con los
funcionarios de las alimenticias: “Tengo un pedido del ministro Guzmán”.
Después cometió un sincericidio: “Me dijo Martín que por
pedido del FMI tenemos que eliminar el congelamiento de precios”.
El secretario obvió otros comentarios. Evitó decir que Guzmán –por
indicación del FMI– considera que el congelamiento fracasó. Matías Kulfas lo considera inservible.
Feletti propuso a
las multis armar un acuerdo, pero desde ese momento las conversaciones se
frenaron: las propuestas de nuevos precios van de un lugar a otro, pero
sin diálogo.
Los jefes de Copal temen que Feletti quiere llegar al 7 de enero
sin acuerdo, para obligar a prorrogar el cepo a los
precios.
Feletti exigió una regla de oro: “La
tabla del
La “tablita de Feletti” establece que ningún
precio debe aumentar por encima del 2% mensual o en el trimestre del 6%.
La medida quiere ponerle una barrera a la inflación inercial. Una
estrategia pobre: se enfrenta al monstruo de la inflación
con balas de cebita. Feletti no tiene toda la
culpa. Sucede que en septiembre asumió con ínfulas de ministro y mandamás y
ahora recibe órdenes de Guzmán y el FMI.
Guzmán no lo ayuda:
en diciembre ya se emitieron arriba de $ 400.000 millones. Miguel Pesce convocó
para este viernes a la última reunión de directorio. El jueves se discutía
incluir en el temario otro shock: se podría autorizar una última emisión extra.
Se trata de una bomba monetaria: repercutirá fuerte en el mercado cambiario, para fines de enero.
Por eso el
dólar tuvo valor récord.
Guzmán apura un ajuste para complacer a Washington: ya subió las tasas de interés en sus
licitaciones, anunció un tarifazo, dispuso un polémico aumento de impuestos
y quiere devaluar –via
miniajustes- el peso argentino.
Se trata de la típica receta del FMI: medidas que no puede ocultar el relato cristinista. Las
decisiones fueron pactadas en las
negociaciones de diciembre. Serían una señal –una suerte de prueba- para
Washington, que descree de
Aun así, Guzmán no logra la confianza del Tesoro. El
ministro lo reconoció: “Aún falta la
comprensión de los accionistas para cerrar el acuerdo con el FMI”.
La traducción de
este jeroglífico –Guzmán tiene problemas serios de comunicación– es fácil para
Wall Street: el ministro carece aún del aval de Janet Yellen, la mandamás en el
Tesoro de los EE.UU. y la que define en el board del Fondo.
Guzmán confiaba en que su relación con Joseph Stiglitz le abriría las puertas de
Yellen. Stiglitz conoce al marido de Yellen: George Akerlof. En conjunto con
Michael Spence ganaron el Nobel.
Stiglitz y Guzmán vendieron esa novela rosa a Cristina y
Alberto. Ambos se tragaron el sapo: el mundo se
mueve por intereses y no por “amiguismos”.
A la vice le caen
bien las teorías del Premio Nobel: intenta justificar sus delirantes
confabulaciones de que los empresarios hacen complot contra ella.
La
jugada de Alberto Fernández con China
Alberto es más
realista: solo está ansioso por un vínculo con Washington. Clarín confirmó que el Presidente habría tomado una decisión secreta:
hace unas semanas comunicó a
La decisión se notificó al Departamento de Estado. Se trata de una
medida que se adoptó para que la diplomacia
aceite el acuerdo con el FMI. El
Departamento de Estado puede ayudar. Pero el Tesoro no avanzará: quiere
primero conocer un plan económico. También
El viaje será el 4 de febrero. Cristina
sueña con ayudas financieras alternativas porque desconoce una cuestión: Beijing pide como garantía un
acuerdo previo con el FMI.
Hasta ahora se
desconoce qué rol juega Stiglitz en
El ministro tiene que lidiar con un golpe en la credibilidad de
los números fiscales: la incapacidad oficial de aprobar el Presupuesto. La
inoperancia y calentura de Máximo le generó
un daño enorme a Alberto.
La caída del Presupuesto afecta los recursos coparticipables que
Revuelo
entre empresarios
También existe un fuerte revuelo en
También -sin presupuesto- las compañías deberán aplicar en sus
balances en forma plena el ajuste por inflación. Los hombres de negocios se
quejan porque ese mecanismo era en cuotas para liberar fondos para destinar a
la inversión productiva. Ahora no ocurrirá y afectará
la generación de empleo.
En el mercado existe una información inquietante: los influyentes
jefes de las petroleras ya frenaron inversiones porque deberán usar ese dinero para cancelar Ganancias.
La propia YPF que controla Máximo –el responsable de que
el Presupuesto no se apruebe– le envió una nota a Guzmán, reclamando por la
aplicación del ajuste por inflación. YPF exigió el ajuste en cuotas a través de
una nota oficial de una entidad que controla:
En la convulsionada YPF –además– hay otros problemas: sus
"directivos" de
El atraso es del 25
%. Guzmán tendrá que lidiar con todo. El informe del FMI contra Mauricio Macri
fue festejado por Alberto. Pero su texto va a complicar la actual negociación.
Así lo dice un
influyente paper que circula en
Julie Kozak dice que antes de marzo
Argentina debe devaluar un 20%. Guzmán
contragolpea: lo rechaza a rajatabla y propone un “crawling peg”. Se viene un
verano caliente. Y no solo de temperatura.
Comentarios
Publicar un comentario