La nota de Mario Riorda
La política baila y se sacude,
al ritmo del TikTok
Clarín
30/03/2022
Si la política es puramente
mediática no es pregunta, la cuestión es si acaso es ya algo puramente digital.
TikTok era entretenimiento adolescente o pre-adolescente. No invalidaba la relación
con lo político, pero cargaba su estigma de banalidad y trivialidad.
TikTok superó la marca de mil
millones de usuarios. Un montón. Nada es tan inocuo en tal masividad. En el
último año la demanda de búsqueda de TikTok creció casi 8 veces más que la demanda
de reels de Instagram.
La empresa de software Vidyard
informó que el 60% de videos publicados en Internet duran menos de 2 minutos y
más de un tercio un minuto. Medios tradicionales van abriendo su canal en
TikTok.
Si hay masas, la política se
embelesa y ahí va. Sin embargo, hubo cautela. Semejante inmediatez de recortes
audiovisuales, en forma de consumo vertical sin fin, genera tal hiper
fragmentación que la política respeta. No prosperan las brigadas o granjas de
bots y trolls como en Twitter o Facebook.
TikTok tiene cualquier cosa
menos inocencia. Dramas en primera persona con formatos novedosos aun en
contextos de tensión o guerra. Jóvenes del Bicentenario en Perú, autoconvocados
para que renunciara el interino Manuel Merino, saludaban a sus seres queridos
ante la posibilidad de no volver vivos cuando se sabía de las muertes de sus
compañeros por la represión policial. La ucraniana Valeria Shashenok, seguida
por casi un millón de personas, cronica la vivencia de la guerra con humor
negro: “Mi perro no entiende por qué vivimos en el sótano”.
“TikTok es una salida para la
creatividad y el entretenimiento que puede proporcionar una fuente de alivio y
conexión humana durante una época de guerra cuando las personas enfrentan una
inmensa tragedia y aislamiento” decía la red. Rusia aprobó una legislación que
impone prisión a quienes difundan “noticias falsas” y TikTok suspendió los
vivos y el servicio de video. Obvio, en Rusia. Decisión difícil porque también
prohíbe contenido a quienes viven allí y están contra la invasión.
Tras la fatiga estética de retos
y bailes, la red se adaptó a otros usos. Como prueba de vida en el caso del
soldado ucraniano que baila para mostrarle a su hija que está a salvo. Como
exploración de imágenes que son fuente para inteligencia militar en Ucrania.
Gabriel Weimann y Masrie Natalie demostraron presencia inquietante del
extremismo de extrema derecha en videos y comentarios.
Un lado oscuro preocupante con
adolescentes que se acosan entre sí, o siniestro con un flujo constante de
mensajes sobre drogas, depredadores de niños o crueldad animal.
Un imán para el crimen. En 2018
fue prohibida en Indonesia tras ser acusada de promulgar pornografía. En 2019
se descubrió contenido de reclutamiento de ISIS: combatientes, armas,
cadáveres, decapitaciones. Videos de supremacía blanca y nazismo, llamados al
asesinato de judíos y negros. Incitación al odio con catálogo amplio.
Rápidos y sucios son adjetivos
que pueden describir mucho contenido de Tiktok. The Media Manipulation
Casebook, en el Shorenstein Center de Harvard University interpreta: a. Es una
plataforma que “recontextualiza”. Se puede publicar y volver a publicar sin
contexto original.
b. Seudónimos complican el
desafío de encontrar la fuente.
c. No se ven claramente los
metadatos cruciales que ayudan a verificar videos en la aplicación móvil.
d. Las herramientas de edición
integradas permiten manipular video y audio de manera engañosa.
e. Se permite tomar el audio de
cualquier video y esto, usado ampliamente, puede representar escenas que no
tuvieron lugar.
f. Es común hacer duetos con
videos de otro usuario (comentándolo) y difícil discernir de dónde proviene el
video original.
g. Los comentarios, donde más se
busca contexto sobre las publicaciones, se convierten en lugares para
desacreditar y desinformar.
h. El algoritmo no amplifica
videos con violencia gráfica. Dicha mitigación puede presentar una idea menos
dramática y cierta de lo que sucede.
En pandemia, líderes y gobiernos
abrieron cuentas en TikTok. Tania Forja-Pena estudió ministerios de sanidad y
mostró altos niveles de interacción, con información real y contrastada, tono
distendido y siguiendo una línea informativa con fines divulgativos. En
Alemania, un contenido tuvo más de 12 millones de reproducciones. En el perfil
español hubo más polémica cuando aparecía Fernando Simón, portavoz
epidemiólogo. Un fiel reflejo de la tensión gobierno-sociedad que corrobora
altos niveles de politización.
#BlackLivesMatter tuvo más de
2.000 millones de visitas en su primera semana tras el asesinato de George
Floyd. Fueron muy importantes los K-Poppers (amantes del pop koreano) que
participan solidariamente en movimientos a nivel mundial. Invitaban a los
fanáticos de la banda BTS a ridiculizar la campaña de Trump y boicotear su acto
inicial en Oklahoma, reservando asientos en el estadio que luego dejarían
vacíos. Pero similar escala de visitas tuvo #Maga, en alusión al slogan Make
America Great Again de Donald Trump.
TikTok provee información más
rápido de lo que la prensa puede verificar con millones de videos subidos por
hora. Prisa por nueva información más necesidad de relevancia, provoca que
influyentes a menudo publiquen videos utilizando hashtags populares aunque no
relacionados a hechos críticos. El éxito viral de un soldado sonriendo y
deslizándose suavemente en un campo de cereales que se creía era contenido de
la invasión rusa a Ucrania, tuvo millones de vistas antes de verificarse que
era de 2015.
Activismo, polémica y desinformación
minimizan las acciones positivas. Los liderazgos dudan entre la formalidad y la
distensión, y sobre todo en reconocer el límite de lo que es o no es aceptado.
Bienvenida TikTok a la política.
Mario Riorda es
politólogo, consultor y especialista en comunicación política. Preside
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