Una reforma fondomonetarista
¿Un Banco Central en manos de los
extranjeros? (*)
El
proyecto de reforma de la Carta Orgánica del Banco Central presentado
por el Gobierno habilita que profesionales extranjeros se conviertan en
directores de la entidad. La iniciativa legislativa forma parte de las
exigencias previstas en el programa de financiamiento pactado con el Fondo
Monetario Internacional. El texto que ingresó al Congreso hace siete días no
solo elimina la obligatoriedad para que los directores cuenten con nacionalidad
argentina sino que los exime de “gozar de reconocida solvencia moral”. Las
exigencias del nuevo articulado se limitan a “tener probada idoneidad en
materia monetaria, bancaria, o legal vinculada al área financiera”. El alcance
de la propuesta oficial excede a la nacionalidad de las autoridades del BCRA.
La normativa apunta a consolidar una matriz neoliberal en materia monetaria,
cambiaria y financiera. La propuesta del Poder Ejecutivo elimina las
atribuciones para regular el crédito y las tasas de interés que fueron
adquiridas por la autoridad monetaria y cambiaria con la reforma de 2012.
La
iniciativa legislativa remitida por el Ministerio de Hacienda fue supervisada
por el Fondo, que incluyó la reforma de la Carta Orgánica del
BCRA entre las condicionalidades estructurales del acuerdo Stand-By. La
redacción del proyecto también contó con aportes de los directivos del Central.
La presentación se realizó en los plazos establecidos en el programa de
financiamiento pero los técnicos del FMI reconocen improbable que la iniciativa
logre avanzar durante un año electoral.
“El
cambio tiene como objetivo actualizar la Carta Orgánica del
BCRA para incorporarle buenas prácticas globales”, indicaron fuentes oficiales.
Desde el gobierno enfatizaban ayer que el presidente del Banco de Inglaterra es
Mark Carney, un canadiense que antes de llegar a esa posición estuvo al frente
del Banco de Canadá. El economista fue el primer extranjero en presidir la
entidad en sus 325 años de historia. “No es habitual que suceda, pero es una
previsión que existe en los principales bancos del mundo”, insistieron desde el
BCRA. Entre los antecedentes recientes se observa que el último país en
habilitar presidentes y directivos extranjeros para su banca central fue
Somalia.
La
normativa vigente sostiene en su artículo sexto que el presidente, el
vicepresidente y los ocho directores “deberán ser argentinos nativos o por
naturalización, con no menos de diez años de ejercicio de la ciudadanía”. La
redacción actual está en línea con las exigencias previstas para los ministros
y otros cargos relevantes. Asimismo, sostiene que las personas elegidas para
desempeñarse en esos cargos “deberán tener probada idoneidad en materia
monetaria, bancaria, o legal vinculada al área financiera y gozar de reconocida
solvencia moral”. La propuesta del Palacio de Hacienda elimina ambos elementos.
“El gobierno y el establecimiento de las reglas generales de administración del
Banco estarán a cargo de un Directorio compuesto por un presidente, un vicepresidente
y ocho directores. Deberán tener probada idoneidad en materia monetaria,
bancaria, o legal vinculada al área financiera”, reza el nuevo Artículo 6
propuesto por el Poder Ejecutivo.
En el
extremo, el proyecto de reforma de la Carta Orgánica abre
la puerta para llevar adelante el anhelo de Rudiger Dornbusch. El profesor del
Massachusetts Institute of Tecnology (MIT) y asesor de los principales bancos
de inversión propuso durante la crisis de 2002 que un equipo de expertos
extranjeros se hiciera cargo de manejar áreas críticas como el gasto público,
la impresión de dinero y la administración tributaria. “Argentina debe
abandonar buena parte del control soberano de su sistema monetario, fiscal y
regulatorio por un período extenso, digamos cinco años”, lanzó en aquel
entonces el fallecido economista ultraliberal.
(*) Tomás
Lukin, Página/12, 5/4/019.
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