La columna política de Vicente Massot
Un renunciamiento esperado
Sería exagerado afirmar que era un secreto a
voces, pero lo cierto es que, en las últimas semanas, casi todos los íntimos de
Macri sostenían que había tomado la decisión de no competir. A esta altura de
las circunstancias poco importa determinar, con alguna precisión, qué motivo lo
llevó a bajarse de una contienda a la que no había terminado de subirse nunca
pero a la que, en algún momento, miró con marcada simpatía. Como quiera que
sea, el paso que ha dado despeja una incógnita de singular importancia, de
puertas para adentro de Juntos por el Cambio,y clausura cualquier duda que
pudiese abrigar Cristina Fernández respecto de rever su actitud y anotarse para
ser actora principalísima en las PASO.
Al mismo tiempo, Mauricio Macri abrió una duda
que hoy debe taladrarle la sesera tanto a Patricia Bullrich como a Horacio
Rodriguez Larreta: ¿optará por hacer las veces de honesto componedor entre los
dos contendientes de su partido, o dejará pasar un tiempo prudencial y repetirá
el papel que jugó cuando dirimieron supremacías, para sucederlo en la
administración porteña, Gabriela Michetti y el actual lord mayor de la ciudad
de Buenos Aires? A decir verdad, el hombre que mandaba a votar por la mona
Chita, y ésta ganaba sin despeinarse, murió en julio de l974. Por si alguien
olvidó su nombre, se llamaba Juan Domingo Perón. Macri, claramente, no se
parece al General, lo cual no quita que su apoyo —en caso de que decante en
favor de uno u otro presidenciable— importe para el agraciado sacar una buena
ventaja.
Una cosa es segura. Si el compulsivo jugador
de bridge e hincha fanático de Boca Juniors dejase de lado el rol de honest
broker y tomase partido en forma abierta, no lo haría por Rodríguez Larreta.
Sin exagerar las diferencias que hoy los sitúan en veredas opuestas, desde el
estallido de la pandemia a la fecha, algo se quebró entre ellos. El notorio
acercamiento de aquél al kirchnerismo, cuando —en tiempos del Covid— se tiraban
flores en los anuncios televisados a todo el país, junto a Alberto Fernández y
a Axel Kicillof, y una cierta tentación que Macri creyó notar en su sucesor de
jubilarlo antes de tiempo, obraron un quiebre que nunca se recompuso del todo.
Días antes del anuncio, Mauricio Macri y
Ernesto Sanz se encontraron y departieron a puertas cerradas. Aunque la reunión
no haya tenido igual trascendencia —a juzgar por los comentarios periodísticos
a que dio lugar— que otros cónclaves del ex–presidente de
Por su lado,
Debido al déficit primario que arrastra el
gobierno desde principios del mes de enero, que suma la friolera de $
A pesar de que —sin escalas intermedias— el
ministro de Hacienda compró hace dos semanas, poco más o menos, bonos a 35
centavos de dólar para ahora venderlos a 24 centavos de la misma moneda
—negocio brillante, que le dicen— el FMI lo único que tuvo a bien expresar
acerca de la particular decisión del titular de la cartera económica fue que
estaba “estudiando el caso”. Acto seguido, le exigió al populismo criollo “políticas
consistentes”. Aunque parezca una farsa —que lo es— no hay razón alguna para
sorprenderse. Que se haya obligado a los organismos públicos, como el FGS de
El mago Fafá está revolviendo en el fondo de
su galera a semejanza de un chiquillo al que se le ha terminado el dulce de leche
que tanto le gusta y —en consecuencia— munido de un cucharón se empeña, con
todas sus fuerzas, en raspar el tarro casi vacío. Aun si creyéramos que la
calificadora de riesgo Fitch exagera cuando informa que “el default argentino
es inminente”, con la sequía obrando unos efectos catastróficos sobre las
reservas del BCRA y la inflación creciendo a sus anchas, sin que nadie atine a
detenerla, la situación del gobierno en particular y de la sociedad en general
se agrava de manera exponencial. Si se acepta la comparación, tres
acontecimientos de distinta índole y calado, que tomaron estado público durante
la semana pasada, dan cuenta del Cambalache nacional: mientras el presidente,
con parte de sus colaboradores, inauguró un tren entre Mendoza y Buenos Aires
que marcha a una velocidad máxima de
Prensa republicana
Director: Nicolás Márquez
2 días atrás
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