El enfoque de Claudio Jacquelin
Días movidos en Pro, pero más para
Larreta
29 de
mayo de 2023
Después de
diez días de fastos cristinistas, Juntos por el Cambio volverá, con sus
dilemas, a ocupar la agenda pública. Para seguir con la alternancia que se
prodigan los dos espacios, no siempre por buenas razones.
Los que vienen
prometen ser días muy intensos para los cambiemitas. Sobre todo, para el
submarino amarillo macrista y para Horacio
Rodríguez Larreta. Le esperan jornadas al jefe de gobierno porteño más
movidas que las ya vividas.
definir el
postulante único porteño de Pro, entre Jorge Macri y Fernán Quirós. De confirmarse los sondeos
previos, podría ser un (nuevo) momento complejo para Larreta. También, la
apertura de un posible nuevo foco de tensión.
Los
prolegómenos cuentan. El aún intendente de Vicente López, que tiene el
patrocinio explícito de su primo Mauricio
y de Patricia Bullrich, entró en esa carrera como favorito,
mientras que el ministro de Salud de la ciudad, apoyado por el jefe de gobierno
y Elisa Carrió, llegó como punto a esta definición.
Si bien las tres encuestadoras contratadas por Pro firmaron un pacto de
confidencialidad, no se auguran sorpresas, al menos, sobre quién tendría más
intención de voto individual.
Sin
embargo, una vez dilucidado eso, podría sobrevenir otra discusión: cuál de
los dos aspirantes de Pro es mejor candidato para enfrentar al radical Martín
Lousteau. Para que el proceso resulte virtuoso y pueda saldarse sin secuelas se
requerirá de dosis de grandeza y visión estratégica que hasta ahora no se han
destacado. El objetivo mayor al que aspira
Mauricio Macri de que la ciudad siga siendo amarilla requerirá
de un análisis más fino de lo que las expresiones de deseos imponen.
Tanto
Bullrich como el fundador de Pro esperan que se abran los sobres, confiados en
el potencial del primo Macri, con la expectativa de que el resultado de las
encuestas le dé un salto cuántico a la precandidatura de la exministra de
Seguridad.
Cualquiera sea el resultado, los antecedentes no auguran un tiempo
de paz, a pesar de los ruegos de muchos referentes de JxC para
evitar que se siga afectando la imagen de la coalición, como se viene
registrando.
En las
últimas semanas, la ofensiva del eje macribullrichista sobre Larreta adquirió
una virulencia que puso en alerta a buena parte de los dirigentes de las
fuerzas aliadas a Pro. El proceso se agravó luego de que Larreta se negara a
compartir la candidatura a gobernador bonaerense de Diego Santilli, que es el candidato del espacio que
más mide en las encuestas,
El clímax
de la disputa llegó cuando Joaquín de
Su disparo
podría haber sido una inofensiva bala de fogueo si no fuera porque logró la
réplica pública de Larreta, que pareció aumentarle el poder de daño. Hacía nada
que Bullrich había terminado con las aspiraciones provinciales de De
En busca de una rendición
El
bullrichismo califica la reacción como una torpeza de su rival, pero a nadie
escapa la pretensión de disimular otra realidad: el jefe de gobierno porteño no
le estaba contestando a quien desde el llano más absoluto lo llamó a deponer su
elevada aspiración, sino a sus referentes.
Para
seguir con el pacto tácito de simulación, Rodríguez Larreta les resta
relevancia a esas acciones y dice (sin ruborizarse) que no
le consta que haya dirigentes con más peso que De
Bajo el
ropaje de las buenas intenciones, en pos de preservar la marca cambiemita,
Macri y sus fieles, enrolados claramente detrás de Bullrich, lanzan mensajes
pacificadores, pero solo en una dirección. Al mismo tiempo que le construyen a
Larreta escenarios alternativos a su
pretensión presidencial. Las opciones van desde candidato a
vicepresidente hasta
El jefe de
gobierno porteño también es presa de la siempre intensa interna del otro gran
socio de Juntos por el Cambio. Los radicales que recelan de la sociedad Gerardo Morales-Martín Lousteau, aliados
de Larreta, también influyen en la áspera disputa amarilla.
Contra el
eje jujeño-porteño no está solo el mendocino Alfredo Cornejo, que siempre cuestionó el
liderazgo del presidente de
A pesar de
que en público hace equilibrio y suele oficiar de anfitrión del alcalde porteño
(como se verá otra vez en los próximos días), el gobernador correntino Gustavo Valdés se suma sin mucha discreción a los
que propician para las PASO una sola fórmula cambiemita. Además, le pone nombre
de mujer a quien la encabece. Todo un cambio de postura de quien hace unos
meses estaba inscripto en la lista de posibles compañeros de fórmula de
Rodríguez Larreta.
Los
traspasos de bando (como los de algunos intendentes bonaerenses que anunciaron
su adhesión a la exministra de Seguridad) o la aparición de dirigentes que se
declaran partidarios del poliamor electoral y prometen fidelidad a los dos
precandidatos son propicios para la instalación del operativo anticlamor contra
Larreta. Bullrich encuentra terreno fértil en algunos alcaldes que no
resistirían una competencia interna, como ella amenaza crearles.
“Los candidatos
a intendentes del GBA (conocidos como los “sin tierra”) y los de la tercera
sección están con nosotros. Eso representa más del 60% del voto provincial”,
argumentan los larretistas, para contrarrestar la ofensiva.
Encuestas para todas y todos
También
acá influye un amplio sector del radicalismo bonaerense, encabezado por el
titular partidario Maximiliano Abad, que
esgrime sondeos propios en los que la precandidata supera ampliamente al jefe
de gobierno porteño. El larretismo le opone al menos tres sondeos que rebaten
esos números. La guerra de las encuestas está en su apogeo.
La
resolución del conflicto no asoma sencilla, ya que a la voluntad de los dos precandidatos de no ceder se suma la
ausencia de elementos indiscutibles para dirimir dudas. Las encuestas
son apenas un poco más fiables que un dedo humedecido para auscultar el rumbo
del viento. La mayoría de los encuestadores
más serios dicen que un tercio de los votantes les resultan inaccesibles. Tanto
que algunas consultoras empezaron a ofrecer algún beneficio a quien acepte
contestar sus preguntas.
Tampoco nadie sabe cuántos electores habilitados irán a votar en
cualquiera de las tres instancias nacionales previstas para este año. Mucho menos cómo se comportarán los votantes después de las PASO, en la
primera y en la más que probable segunda vuelta. Voto duro, voto castigo, voto
miedo o voto susto son las opciones que deben ponderarse. Demasiado humo y
niebla.
En este
contexto, debería resultar inexplicable que el Frente de Todos siga en carrera,
cuando a la ausencia de un postulante claramente competitivo por intención de
voto le añade el lastre de un gobierno fallido, y el juego del misterio
de Cristina Kirchner desde
el ocaso. Solo los conflictos crecientes, las amplias diferencias internas de formas
y de fondo más la crisis de liderazgo de JxC mantienen activo el pulmotor que
le da sobrevida.
Salvo
eventos inesperados, los próximos días de
centralidad cambiemita pueden darle otra cuota de oxígeno al oficialismo, en medio
de otro tour mendicante del ministro de Economía.
Sergio Massa partió este domingo a China,
acompañado por una importante comitiva en la que sobresale Máximo Kirchner, a pesar de carecer de
cargos institucionales que ameriten su presencia. Ambos se darán el gusto
concreto y más que simbólico de estrenar el avión presidencial antes que
Alberto Fernández. Alguna vez Florencio Randazzo sentenció:
“Los peronistas somos hijos de la crueldad”.
El decurso
de la campaña electoral y el comportamiento de la dirigencia opositora podrían
ampliar el axioma a otros espacios de la política nacional. Empezó el mes de
las definiciones. Y habrá ganadores y perdedores antes de llegar a las
elecciones.
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