La trama política de Eduardo van der Kooy
EL
REPLIEGUE FANTASMAL DE JAVIER MILEI COMPLICA LOS PLANES DE BULLRICH Y MASSA
Fuente: Clarín
(*) Identidad Correntina
30/8/023
El Gobierno
cuya cara visible es Sergio Massa, el ministro-candidato, y también Juntos por
el Cambio encuentran serias
dificultades para su reconfiguración electoral pensando en
el 22 de octubre. En el caso del oficialismo, porque debe intentar amalgamar
una gestión siempre mal calificada (incluye a Alberto y Cristina Fernández), con la necesidad de recrear expectativas políticas
internas que le permita plantear pelea en la campaña.
A la
coalición opositora le estaría ocurriendo otra cosa. No parece haber podido
superar, todavía, la conmoción que le produjo no sólo quedar en los guarismos
de las PASO debajo de Javier Milei. También haber dejado en el camino millones
de votos que creyó tener garantizados después de las legislativas del 2021.
Recién sus líderes principales estarían empezando a descubrir el daño auto
infligido por la interna sin pudores entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia
Bullrich.
Tales
pulseadas, más módicas, habían dado resultado en el pasado. Sucedió ahora, a lo mejor, que la sociedad emergió demasiado estragada de la
pandemia, profundizó su decadencia económica y careció de
templanza para premiar el espectáculo de los dirigentes políticos.
Massa
y Bullrich estarían tropezando con otra dificultad. Existe un repliegue público
de Milei. Fantasmal. Como buscando su propio resuello después de la conmoción de la
victoria. Todas sus opiniones disruptivas en campaña (dolarización, eliminación
del Banco Central, privatización educativa, eliminación del CONICET) han
empezado a ser reinterpretadas por portavoces suyos. Parecen haberle quitado
fuego y provocación. Dificultad objetiva para aquellos que poseen la necesidad
política de la confrontación.
No sería lo
mismo escuchar a Diana Mondino, hipotética canciller, a Darío Epstein, hombre
fuerte del área económica, o al candidato a diputado Alberto Benegas
Lynch. Detrás de ellos no está el
personaje (Milei) que detona atracción o rechazo. En este
tramo del proceso electoral, según el politólogo Andrés Malamud, la figura del
diputado libertario resultaría
impenetrable. Invulnerable. Las empresas consultoras lo
tienen mayoritariamente en ascenso. Más adelante, cuando se aproxime octubre,
habrá que observarlo.
La
desarticulación oficialista estaría expresada en varios puntos. El protagonismo
de Massa no alcanza para reemplazar ni el liderazgo de Cristina ni el ejercicio
presidencial formal de Alberto. Sergio Berni, el ministro de Seguridad de
Buenos Aires, hizo una confesión reveladora del mal cálculo que realizó Unión
por
Aquella
maniobra, en realidad, reveló la debilidad original que, según muchos
gobernadores e intendentes, esconde la postulación de Massa. Al margen de su
condición de presunto candidato de unidad. Sin afectar a Juntos por el Cambio,
Unión por
Aquel
desmembramiento oficialista insinuado desde lejos quedó reflejado además en la
forma en que fueron recibidas las medidas económico-sociales de Massa entre el
domingo y el lunes. Hay a esta altura once
provincias que manifestaron la imposibilidad de abonar el bono de $60 mil a los
empleados estatales. Del total, siete están en manos
peronistas. Con la negativa de algunos distritos emblemáticos: Santa Cruz,
donde todavía administra Alicia Kirchner, Tucumán, del reelecto Osvaldo Jaldo y
el caudillo Juan Manzur o Catamarca, con Raúl Jalil, provincia donde el
ministro-candidato obtuvo porcentualmente en las PASO el mayor volumen de
votos.
Las
sobreactuaciones, en este plano, también deberían ser tildadas. Gerardo Zamora
fue uno de los impulsores de Massa candidato en la maniobra que significó el
hundimiento abrupto de la postulación de Eduardo De Pedro, el ministro del
Interior. Lamentado por
La inflación
que viene y el índice de pobreza
El tránsito
del ministro-candidato prevé obstáculos mayores que aquellos. Creyó que el
cierre del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ocultaría entre
las nubes al organismo financiero. Al menos hasta noviembre, cuando se realice
el balotaje. El último informe difundido
desde Washington, en el cual se afirma que “la Argentina descarriló”,
tal vez no sea el último.
Figuran,
por otro lado, los indicadores que deberán difundirse en los meses venideros.
Sin las medidas del “plan patita” de las últimas horas, el índice de costo de
costo de vida comenzó a tomar impulso ni bien fue impuesta la devaluación del
22% luego de la derrota electoral. Agosto y septiembre, según las consultoras
privadas, llegarían con índices bien por encima de dos dígitos. En octubre, mes de la elección crucial, se conocerá
el informe sobre la pobreza de la primera mitad del 2023. Vale
recordar: 39.2% fue el último divulgado en 2022 por el INDEC. Con una realidad
social, por entonces, mejor que la presente.
Aquella
dificultad de Massa, en alguna medida, parece también la de Bullrich. No fue
una casualidad que, luego del mareo inicial, la candidata ganadora de Juntos
por el Cambio resolvió colocar a su lado a Carlos Melconian Economista ducho para polemizar. Quien,
sin embargo, habría planteado ciertas exigencias sobre la estrategia que
vendrá. Aprueba la idea de intentar desnudar todas las propuestas económicas
inconsistentes que va esparciendo Milei. Aconsejaría no embestir, en cambio, contra el personaje. Blindado por
ahora a raíz del éxito electoral. Ejemplo cercano para tener en
cuenta: la popularidad de Jair Bolsonaro se sostuvo en Brasil –hasta el ataque
de sus simpatizantes al Planalto, Congreso y Poder Judicial—siempre por la
ridiculización de sus adversarios a su figura y sus dichos. Antes que a las
políticas implementadas.
Bullrich
está obligada también a rehacer una coalición desgajada por la interna y
desconcertada por el mal resultado electoral. La deserción de Elisa Carrió ha
sido un golpe. El radicalismo quedó segmentado y Mauricio Macri tomó distancia
después de un elogio a Milei por la victoria. La candidata continúa todavía
refunfuñando. Debe salir de esa ofuscación para el reordenamiento
imprescindible. Amén de un trampolín a la vista que, anímicamente, podría
ayudar: las elecciones de
septiembre en Santa Fe, Mendoza y Chaco.
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