El editorial de Juan García
La elección presidencial marcada por el 40,1% de pobreza
Prensa Obrera
27/9/023
Las cifras de pobreza suministradas por el Indec golpean por su
contundencia. Cuatro de cada diez personas bajo la línea de pobreza, casi uno
de cada diez habitantes no tiene para comer, una pobreza entre los jóvenes de
menos de 14 años que llega al 56%, con 13% de indigencia entre las niñeces
(menos de 14 años), golpeadas por la crisis social e inflacionaria. El
conurbano supera esos índices, arañando la mitad de la población bajo la línea
de pobreza (47%) y ni hablar del Gran Resistencia o Concordia, que rozan el 60%
y tienen casi la quinta parte de la población con ingresos que no permiten
alimentarse.
El motor de este empobrecimiento generalizado fue la
inflación, concentrada en el aumento de los precios de los alimentos, que
golpea especialmente sobre los desocupados y sobre el 36,8% de la clase obrera que
tiene trabajo no registrado. Un enorme porcentaje de la clase trabajadora no
llega a la canasta de pobreza. El deterioro salarial que está en la base de
estas cifras significa una monumental transferencia de ingresos en favor de las
patronales, que fue calculada por el centro de estudios Cifra, de la
oficialista CTA, en 87.000 millones de dólares para el período 2016-2022, y
sigue creciendo.
Hay que decir aquí que estos datos no contemplan el nuevo
salto en la pobreza, producto de la devaluación producida luego de las Paso. En
relación con esta situación, las medidas de Massa siguen siendo totalmente
insuficientes. Los bonos, circunstanciales, no pueden compensar una caída
permanente del ingreso, producto del deterioro de salarios y jubilaciones. La
única medida de fondo, la eliminación del impuesto a las Ganancias, es una
conquista que deberá pasar la prueba de los gobiernos por venir y de los
intentos de las patronales de retacear los aumentos en paritarias con la
complicidad de la burocracia sindical.
Los datos de pobreza están en el centro del debate de la
campaña electoral. Porque lo que están discutiendo todas las fuerzas patronales
y el gran capital es un enorme plan de estabilización, que arranca con una
devaluación. El conjunto del arco político discute que “no es posible” el
gradualismo en los ajustes. La incógnita es cómo reaccionará la población ya
empobrecida a este nuevo golpe.
La devaluación posterior a las Paso ya se trasladó
íntegramente a los precios. El comercio exterior está al borde de la parálisis
por la falta de reservas, que siguen en negativo a pesar de las sucesivas
variantes de estímulo a las exportaciones mediante el dólar soja, que financia
el Banco Central con emisión. El rojo de reservas indica que el Estado utiliza
los depósitos en dólares para uso corriente, lo cual coloca el riesgo de una
corrida bancaria.
Estas escasas reservas se usan, sí, para seguir financiando
la fuga de capitales: vendiendo dólares para mantener el precio del dólar MEP,
entre otros mecanismos. El Estado se financia a un costo de bancarrota,
atiborrando a los bancos de bonos, cubiertos a la vez contra la inflación y la
devaluación monetaria. La suma de desequilibrios desemboca de cabeza en una
nueva devaluación, que puede incubar una hiper y eventualmente una confiscación
de depósitos, resultado de la insolvencia del Estado para respaldarlos.
Y no, como sostiene la derecha, por las medidas “sociales”
de Massa, sino por el fracaso de la política del gobierno y su pacto con el
FMI, así como la insolvencia de un régimen de ajuste para el pago de la deuda y
la fuga de capitales que saquean día a día las arcas nacionales.
Morales con Massa, Milei con Barrionuevo
En estas condiciones, el debate en la campaña electoral está
teñido por la amenaza del cuadro explosivo que se abre bajo una doble presión
de una nueva devaluación en una situación social que ya es crítica. El
deterioro social del país ha ido muy lejos. En estas condiciones, Milei se
reúne con la peor “casta”, la burocracia sindical de
Barrionuevo, y rescata a esta burocracia contra el clasismo y la izquierda,
para ganar volumen que le permita presentarse como una alternativa viable para
manejar el enorme golpe contra el pueblo, con el que amenaza, compuesto de un
combo de devaluación, reforma laboral y privatizaciones.
Pero la candidatura de Milei también afronta nuevos
problemas. Es que el gobierno la enfrenta ahora en forma más abierta después de
manijearla fuertemente, hasta armándole las listas en el conurbano. Lo mismo le
ocurre con empresarios amigos y aliados, como Eurnekian, socio del Estado en
mil negocios, que sale ahora a criticarlo fuertemente luego de
haberlo criado en su empresa durante años. O
En el fondo, no están solamente las inconsistencias del
eventual programa económico de Milei, sino fundamentalmente su debilidad
política. Por eso, el grueso del empresariado apunta a resucitar la candidatura
de Bullrich, apostando a que ocurra esta vez lo que no pasó en las Paso: que
los triunfos provinciales le den aire a su performance nacional. Bullrich basa
su campaña en atacar los paros docentes -como si fueran “los sindicatos
kirchneristas que tomaron las escuelas”, cuando las huelgas se han hecho en
todo el país contra los sindicatos kirchneristas- y a las víctimas centrales
del ajuste: los desocupados y más empobrecidos que, junto al movimiento
piquetero, reclaman trabajo genuino y asistencia elemental para salir de la
indigencia.
Massa, en cambio, trata de salir del marasmo en el que la
crisis económica coloca su candidatura utilizando el cuadro social para
venderle a la burguesía su capacidad de contención. La política para la cual se
postula es abiertamente reaccionaria: se trata de apuntar a ganarse a una
ruptura de Juntos por el Cambio para un planteo de cogobierno. Massa seduce y
elogia al represor Morales, mientras la delegación jujeña del Malón de
Vamos con el Frente de Izquierda
Con la realización de los debates electorales, la campaña
entrará en una nueva fase. En el debate de vicepresidentes, el Frente de Izquierda (con
Nicolás del Caño) apareció tratando de quebrar la polarización instalada por el
choque entre la negacionista Victoria Villarruel y Agustín Rossi. Quedó en
evidencia no solamente el carácter negacionista de Villarruel, sino la inconsistencia
política del oficialismo para criticarla una vez que ha tenido a Milani como
jefe del Ejército. En
Para el Partido Obrero importa destacar desde qué ángulo
votamos al Frente de Izquierda. Es un voto de defensa de una posición de
independencia política, tanto respecto de la derecha mileísta como del gobierno
de Massa. Y de preparación de las luchas que se vienen, por el otro. La
conciencia política en la vanguardia obrera y popular de la necesidad de una alternativa
obrera y socialista jugará un rol clave en un próximo período de grandes
convulsiones, que preparamos con las luchas de hoy.
Por eso en la campaña realizamos una agitación en favor de
salir a las calles, a denunciar los planteos derechistas y antiobreros de Milei
y su tropa reaccionaria, y a colocar los reclamos populares frente al ajuste y
la entrega del gobierno de los Fernández y Massa. Desde ese lugar, nuestra
campaña electoral reivindica la acción del movimiento piquetero independiente
junto a las organizaciones sindicales y populares en la movilización del 14 de
septiembre y luego frente al Consejo del Salario Mínimo. O la gran movilización del 28S en defensa del aborto legal.
Algunas luchas, como las de los municipales, los telefónicos o el Subte
demuestran que cuando los sindicatos habilitan la clase responde con todo.
Unimos a estas reivindicaciones un problema clave: la defensa
de la libertad de organización y de movilización. Por eso vamos al Plenario
Nacional Antirrepresivo que convoca el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia,
para organizarnos en todo el país por el cese de la persecución y para que
ningún compañero vaya preso por luchar.
Vamos a la campaña electoral explicando lo que está en juego
y llamando, en charlas, asambleas y reuniones abiertas, a agrupar fuerzas para
luchar por los reclamos y enfrentar lo que se viene. Con esta perspectiva
votamos a las listas que encabezan Myriam Bregman y Nicolás del Caño, y en
provincia de Buenos Aires, especialmente, vamos a una campaña con la
candidatura de Néstor Pitrola a Diputado.
En
Comentarios
Publicar un comentario