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FÚTBOL Y PODER. A PROPÓSITO DEL ENCUENTRO DE CRISTINA CON MARADONA EN EMIRATOS.
Fútbol, pasión de multitudes. En
Pero también era fundamental que el equipo nacional conducido por César Luis Menotti ganara la competencia para cohesionar al pueblo en torno a la “nación argentina”. No fue fácil para la selección ganar el mundial. En la primera fase se topó con Italia, Hungría y Francia, tres buenos equipos que le complicaron la existencia. Pero el equipo salió airoso y viajó a Rosario para disputar tres partidos que lo depositarían en la final. De a poco la selección se ganó el corazón de los hinchas y luego de cada victoria comenzaron a salir a la calle para dar rienda suelta a su alegría. Los festejos fueron cada vez más numerosos hasta que llegó el partido contra Perú. Había que ganar por cuatro goles de diferencia para toparse con los holandeses en la final. Parecía imposible pero finalmente el equipo le hizo seis goles a la selección incaica y en las calles se desató un carnaval infernal.
Años después comenzaron a expandirse rumores sobre un
eventual arreglo para impedir que Brasil disputara la final con Holanda. Lo
cierto fue que el equipo de Menotti se topó con la naranja mecánica en un
repleto estadio de River. Fue la consagración de la selección y de Mario
Kempes, uno de los jugadores más espectaculares que vi en mi vida. La dictadura
militar creyó que su legitimidad había resurgido. El mundial le fue útil,
también, para evitar que el pueblo se preguntara si efectivamente había centros
clandestinos de detención y “vuelos de la muerte”. Al año siguiente, la dictadura
militar usó el título conseguido por la selección juvenil capitaneada por
Maradona y dirigida por Menotti en el lejano Japón Los jugadores fueron recibidos a su regreso
por Videla en
Por su parte, la
flamante estrella del fútbol mundial, Diego Maradona, estuvo permanentemente
ligada al poder. Durante la presidencia de Alfonsín hubo un intento por
desplazar a Bilardo antes del mundial de México pero, afortunadamente, fracasó.
Al regresar con
Quien tejió una buena relación con Maradona fue el metafísico de Anillaco. Hay una foto donde se los ve en una cancha de fútbol luciendo la celeste y blanca. El segundo puesto obtenido en Italia 90 no le impidió a Menem ofrecerle a Maradona el histórico balcón para que saludara a los miles y miles de hinchas que estaban en la plaza para ovacionar a sus ídolos. Cuatro años más tarde el metafísico de Anillaco no pudo repetir el escenario porque Maradona había consumido una sustancia prohibida provocando el pronto retiro de la competencia del equipo ahora conducido por Alfio Basile. A partir de ese mundial ningún presidente tuvo la oportunidad de festejar junto con los jugadores de la selección en el histórico balcón porque no hubo motivos para hacerlo.
Es interesante observar que entre 1979 y 2014 pasaron varios
presidentes (incluso hubo un cambio de sistema político) y entrenadores de la
albiceleste, y siempre quedó Julio Humberto Grondona. En este sentido cabe
aplicarle al lord mayor del fútbol argentino aquella conocida máxima según la
cual “ustedes (por los presidentes) pasan y nosotros (por los empresarios)
permanecemos”. Grondona vio pasar por
Julio Grondona acalla cualquier duda sobre la íntima conexión entre el fútbol y el poder. Hábil y pragmático, jamás toma una decisión en caliente. Cuando un entrenador cayó en desgracia espera el momento oportuno para hacerle saber que no cuenta con su apoyo. En una entrevista con el siniestro Fernando Niembro, le dijo con un cinismo inigualable que él no tenía el poder porque él estaba donde estaba porque los presidentes de los clubes siempre votaban por él, dando a entender que el poder residía en los presidentes de los clubes. Ni siquiera Diego Maradona fue capaz de torcerle el brazo. Cuando debió dejar el cargo de entrenador de la selección armó una conferencia de prensa donde atacó duramente a Grondona y Bilardo. Lo cierto fue que Maradona fue reemplazado por Batista, y Grondona y Bilardo siguieron en sus cargos.
Además de presidir
Don Julio es consciente de que el poder necesita del futbol.
Sabe perfectamente que las barras bravas son funcionales a los intereses de
intendentes, gobernadores y presidentes. Ello explica los viajes que estos
delincuentes hicieron a los países donde se celebraron los mundiales por lo
menos desde
En
(*) Publicado en Redacción Popular el 18/1/013.
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