La opinión de Diego Hurtado
EN LA SENDA DE MARTÍNEZ DE HOZ
La producción de conocimiento en
En
En las economías centrales –como Japón, Gran Bretaña, Alemania,
Corea del Sur, Francia, Estados Unidos, por ejemplo–, así como en países
emergentes, el Estado invierte en conocimiento más que en
Este componente de inversión privada en I+D está ausente en
¿Por qué el segmento del sector privado que genera ganancias
suficientes, que llegan a niveles de facturación de
En este punto empiezan las confusiones y las bombas de humo
libertario. ¿A qué se refiere el candidato a presidente de CONICET de la fuerza
política anarco-capitalista, Daniel Salamone, cuando sostiene que “es importante que la ciencia sea rentable” (Clarín, 21/11/23)? Este punto es
crucial. Porque tenemos experiencias previas de propuestas disparatadas
–ignorantes, falsas, bananeras– a este reclamo de “rentabilidad de la ciencia”
en contexto de desfinanciamiento, degradación de las instituciones de I+D,
desmantelamiento de proyectos económicamente estratégicos y “achicamiento” del
Estado.
Por ejemplo, veamos la respuesta que dio el Barañao macrista,
que en 2016 propugnaba el mismo mantra que Salamone. Decía Barañao: “En los
países desarrollados, prácticamente la mitad de los investigadores están en el
sistema público y la mitad está en el sistema privado. Lo que queremos es que
gran parte de los doctores se inserte en empresas” (Tiempo Argentino, 18/11/2016). Pero vimos que los grupos
económicos fugan, no invierten en I+D y, por lo tanto, no demandan
investigadores. Es el Estado el que tiene que financiar programas para ver cómo
insertar científicos o ingenieros en pymes que no tienen capacidad de invertir
en I+D, si lo que se busca es mejorar la competitividad de la economía.
Sigue Barañao: “Yo creo que hay una responsabilidad social del
investigador de ver cómo puede contribuir a mejorar la calidad de vida de los
demás”. Es decir, parece que toda la responsabilidad de generar riqueza para la
sociedad recae en científicos y tecnólogos. Porque nada se le pide a las
empresas que realizan sus ganancias en el país. El saldo que dejaron Barañao y
el macrismo fue de alrededor de 23.000 pymes cerradas, y la ciencia y la
tecnología devastadas.
¿Qué dice el anarco-capitalismo argentino? Dice lo mismo que
Martínez de Hoz, que ensayó con el mercado sin Estado y solo logró destruir 40
años de evolución de industria nacional. Lo contrario de lo que pasó por esos
años con Corea del Sur, que puso al Estado en el centro de su proyecto de
desarrollo para competir en el mercado.
Por ejemplo, Martínez de Hoz destruyó la industria de
electrónica de consumo, la computación y la informática, producto de la
inversión pública y privada, en momentos en que se iniciaba en el mundo la
revolución de las TICs. Como contrapartida, la empresa coreana Samsung pasaba
de exportar pescado seco, vegetales y frutas a liderar en segmentos del mercado
de los semiconductores con apoyo intensivo del Estado coreano.
Volvamos para atrás. ¿Cómo se piensa el problema de la
“rentabilidad de la ciencia” que plantea Salamone? Hoy la respuesta de las
economías que “funcionan” apela a la noción de “ecosistema de innovación”, que
remite a un sistema complejo, donde se deben coordinar todos los componentes
que necesita una sociedad para generar valor económico a partir del
conocimiento. Si el colega Salamone googlea “ecosistema de innovación”, o “innovation ecosystem”, o “entrepreneurship ecosystem”, aparecen
representaciones de cómo piensan las sociedades desarrolladas la “rentabilidad
de la ciencia”.
No hace falta saber inglés para comprender que lo más importante
de estas representaciones remite a la necesidad de contar con capacidades
sofisticadas de coordinación de sectores (educación, trabajo, empresa,
comercio, finanzas, políticas públicas, etc.). Es decir, para generar
productos, procesos y/o servicios que hagan posible salir a competir al mercado
con éxito se necesitan políticas públicas, institucionalidad robusta, cuadros
técnicos en el Estado, empresas emprendedoras y “reglas de juego” adecuadas a
contextos específicos.
La economista ítalo-norteamericana Mariana Mazzucato, al frente
del Institute for Innovation and Public Purpose de
Si el presidente de CONICET de la gestión anarco-capitalista se
decide a impulsar una ciencia rentable, sugerimos que considere el conocimiento
acumulado sobre lo que hoy se sabe que “funciona”. Y no necesita comenzar de
cero. En la dirección aludida se orienta la concepción del Plan Nacional de CTI
2030, que a finales de octubre de 2023 fue sancionado como ley 27.738.
Eslabones perdidos
Una revisión reciente del Maddison Historical Statistics señala que
Por eso el candidato anarco-capitalista electo no logra conectar
el país de las vacas y el trigo con el actual escenario global, donde las
industrias de los semiconductores, las tecnologías digitales y la transición
energética deciden liderazgos económicos y militares. Y, a cambio, nos habla
solo de economía financiera, abstracta, desconectada de la producción, los salarios
y, especialmente, desconectada del mundo del conocimiento, el mayor activo de
las economías que “funcionan”. Le faltan varios eslabones que no va a encontrar
en los manuales de economía financiera.
Un eslabón crucial en
Otro período de logros inéditos de la ciencia y la tecnología
locales es el ciclo de gobiernos kirchneristas (2003-2015). En 2016, el propio
macrismo dedicó una apología al kirchnerismo en el documento Argentina: Land of Opportunities. Allí, el equipo
de comunicación de Presidencia de Macri explicaba que
Como parte de este proceso, la ciencia y la tecnología avanzaron
en mejorar las exportaciones del sector de software, en el desarrollo de biotecnología animal y
vegetal, nanotecnología, producción pública de medicamentos, sectores nuclear,
espacial y telecomunicaciones, entre los más visibles, y también se diseñaron
instrumentos para impulsar la asociatividad público-privada y se recuperó la
institucionalidad perdida en el abismo de 2001.
Para el colega Salamone entendemos que, además de la ley 27.738,
este período puede ser una fuente de inspiración y de éxito para su gestión.
(*) El Cohete a
26/11/023
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