La reflexión de Néstor Pitrola
Un régimen de ofensiva que arranca a los tumbos
Prensa Obrera
30/11/023
¿Pragmatismo o improvisación? Hasta los analistas más
falderos se empezaron a preguntar esto sobre el régimen que borronea Javier
Milei en la transición. La caída de dos posibles presidentes del Banco Central
con destino de dinamita, antes de su designación, es tal vez la foto más
expresiva de las crisis que atraviesa la formación del gobierno de
Alberto Fernández, Cristina y Sergio Massa le han
garantizado una transición a medida: devaluación exportadora, naftazo,
parálisis en el Congreso, tratamiento del presupuesto 2024 de Milei, no de este
gobierno como marca la ley, y hasta el manejo de las partidas presupuestarias y
envíos a las provincias dictados por los futuros funcionarios, así se lo
aclararon desde Desarrollo Social al Frente de Lucha Piquetero. La burocracia
sindical frentetodista aporta lo suyo guardada por completo, lo mismo que los
movimientos sociales oficialistas. Y hasta el Papa “nacional y popular” lo bendijo.
Habrá banda y bastón de mando como quiere Faurie, el
excanciller de Macri. Todo, pero la formación del nuevo régimen avanza a los
tumbos. Los gobernadores se han declarado partidarios de la gobernabilidad,
pero salvo Jorge Macri todos se anotan como opositores y, tanto peronistas como
cambiemitas, reclaman reparar la pérdida de coparticipación de las medidas de
Massa con el IVA y la eliminación de la cuarta categoría de Ganancias. Piden
hacer coparticipables el impuesto al cheque y el impuesto País, lo que es la
frazada corta para quien viene con la motosierra. Villarruel estaría casi en
rebeldía si se confirma a Bullrich en Seguridad y todavía más si Petri va a
Defensa. Aunque la garantía de una democracia que reforzará su carácter
represivo está fuera de discusión con todos ellos.
La designación del presidente de
Se comprende en este cuadro, además del económico y
financiero, que el Presidente electo haya ido desesperado a buscar apoyo
político al amo del Norte antes de asumir. Pero allí, contra la épica de sus
seguidores, bastante desmovilizados ellos, sólo se entrevistó con demócratas y
con funcionarios de segunda de un FMI muy cauto y sin revisión ni desembolso
del tramo vital que falta este año de unos 6.500 millones de dólares. Igual, su
alineamiento automático con Israel y el genocidio palestino lo amiga
rápidamente con Biden y seguramente lo amigará con
Mondino -la designada canciller- corrió a Itamaraty
acompañada de Scioli a entregar una carta personal de invitación a Lula para la
asunción, quien difícilmente venga. En estas horas se conoció la designación
continuista de Scioli como embajador en el estratégico socio comercial
argentino. Otra cartita fue para Xi Jinping. Si miramos que Guillermo Francos,
el futuro de Interior que departió dos horas amablemente con Wado, fue
presidente del Banco Provincia en la gobernación del motonauta, podríamos decir
que se teje un gobierno Milei-macrista-schiarettista-sciolista. O dicho de otro
modo la cooptación por parte Milei de elementos de las coaliciones y partidos
que llevaron a
Rodrigazo
con estanflación
El Rodrigazo devaluatorio, en precios, tarifas y
combustibles, está fuera de discusión. Es la descarga sobre las masas de la
crisis capitalista que prohijaron los últimos gobiernos. Milei como Macri han
hablado del “duro primer semestre”. Milei de regreso de Estados Unidos anunció
estanflación para el semestre, al golpe inflacionario le sumó la recesión que
ya está en marcha. La “calma cambiaria” que trajo el descarte de la
dolarización ubica el dólar del mes entrante en unos $800, una devaluación del
120%, aún cuando no soltarían el cepo cambiario al menos hasta fin de año.
A partir de estas premisas se evalúa una inflación del
12/14% en noviembre, del 20% en diciembre y tal vez del 24% en enero. Como los
salarios y jubilaciones no están indexados con el costo de vida, salvo alguna
honrosa paritaria como la del Sutna y algunos sindicatos combativos menores,
acá se concentra el primer gran golpe del régimen de ofensiva contra la clase
obrera que prepara Milei.
Pero la crisis de deuda y comercio exterior es explosiva con
reservas negativas en U$S 11.500 millones, con las descomunales Leliqs que
serían prioridad pero por ahora sólo son canjeadas por los bancos a los “pases”
que vencen a diario, con la bola de las “Levid”, un seguro de cambio que escaló
a U$S 5.000 millones, con la deuda comercial acumulada por los importadores de
otros casi U$S 50.000 millones. Con este cuadro, puede no haber motosierra que
valga para evitar un salto hiperinflacionario. La deuda pública total, fiscal,
cuasifiscal y comercial, considerando los pasivos remunerados del Banco Central
y las deudas de las empresas tomadas para importar, supera el medio billón de
dólares.
En este cuadro el estallido financiero puede correr una
carrera con el estallido social y a su turno agravarlo si de la estanflación pasamos
a una híper con recesión. En cualquier caso para los trabajadores y la
vanguardia obrera importan los ejes antiobreros de todo el plan de ofensiva. La
reforma previsional del representante de
Poner
en pie de lucha a los trabajadores
El argumento de la burocracia sindical de esperar los
anuncios es una coartada para inmovilizar y a su turno empezar la entrega que
han practicado ante cada gobierno, incluido el macrismo, por supuesto. Esta
actitud se extiende a todas las centrales sindicales. Tenemos el caso de ATE
Capital, alineada con Yasky, que levantó la única movilización estatal prevista
después de reunirse con ATE Nacional que pertenece a la otra CTA. Los
movimientos sociales oficialistas y filooficialistas, entusiastas votantes de
Massa, siguen paralizados.
Hemos escuchado echarle la culpa a los propios trabajadores
que votaron a Milei para desmovilizar. Es una buena manera de exculpar a los
que condenaron a la precarización y hasta el hambre a millones. Al contrario,
tenemos que dirigirnos a toda la clase obrera, a la que votó a uno o a otro,
porque son ellos los que pueden derrotar a Milei y a la ofensiva de toda la
clase capitalista que estaba mayoritariamente con Massa y hoy se reacomoda con
Milei para acompañarlo contra los trabajadores.
No hace falta esperar los anuncios de un gobierno que
haciendo el 20% de lo que prometió descargaría golpes mortales sobre los
trabajadores. Se trata de preparar a los trabajadores mediante la clarificación
y el debate, en asambleas y plenarios. En realidad las centrales sindicales
deberían preparar un plan de lucha que comience con movilizaciones de
advertencia como lo ha hecho el Frente de Lucha Piquetero tras su plenario.
Tenemos que exigir un confederal con mandatos de asambleas, lo mismo en cada
regional del país. El puntapié inicial lo dio el plenario del Frente de Lucha
que no sólo se movilizó sino que convocó a movilizarnos a ocupados y
desocupados el 19 y 20 de diciembre en los emblemáticos aniversarios del
Argentinazo. Convoquemos en todo el país, a todos los sectores del sindicalismo
combativo y organizaciones de lucha de todo orden a transformarlos en una gran
movida de lucha y preparatoria de los tiempos que vienen.
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