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El discurso de Cristina en Quilmes (1)

IP-30/4/024

El sábado 27 de abril la ex presidenta Cristina Kirchner encabezó el acto de inauguración, en compañía de Mayra Mendoza, del Polideportivo Néstor Kirchner en la ciudad de Quilmes. La fecha escogida lejos estuvo de ser casual. El 27 de abril de 2003 tuvieron lugar las elecciones a presidente convocadas por el presidente de transición Eduardo Duhalde. En aquel entonces el bipartidismo surgido en 1983 había desaparecido. En efecto, había varios competidores con serias chances de obtener el preciado lauro: el ex presidente Carlos Menem, Néstor Kirchner (delfín de Duhalde), el efímero presidente Adolfo Rodríguez Saá, el radical Ricardo López Murphy y Elisa Carrió. Las urnas confirmaron la implosión del sistema de partidos. Carlos Menem fue el ganador pero obtuvo apenas el 24% de los sufragios, seguido muy de cerca por Néstor Kirchner, quien fue votado por el 22 % del electorado. En consecuencia, ambos candidatos se vieron obligados a competir en una segunda vuelta, tal como lo disponía la constitución reformada en 1994. Carlos Menem, consciente de que un triunfo en el ballottage era una misión imposible, decidió no competir. De esa forma automáticamente quedó consagrado presidente el patagónico. El 27 de abril de 2003 pasó a ser, por ende, la fecha del nacimiento del kirchnerismo.

Cristina aprovechó la ocasión para desafiar al presidente Milei. De esa forma intentó presentarse nuevamente como la figura de mayor relevancia política de una oposición fragmentada, aún aturdida por la derrota en el ballottage del pasado 19 de noviembre. En la intimidad, el libertario debe haber festejado con champagne la virulencia de su discurso. Qué mejor para sus intereses políticos que la sociedad considere a la ex presidenta como la única dirigente opositora capaz de hacerle sombra. Es por ello que, apenas Cristina terminó de hablar, publicó en las redes sociales un duro y breve texto contra la ex presidenta. Milei se siente muy cómodo antagonizando con la oposición, especialmente si se trata de Cristina.

El discurso de la ex presidenta en el Polideportivo Néstor Kirchner duró aproximadamente una hora. A continuación paso a transcribir el texto completo (fuente: el Cohete a la Luna, 28/4/024). Saque el lector sus propias conclusiones.

“Muchas gracias y bienvenidos a todos y a todas. Felicitaciones, Mayra, porque esto viene con felicitaciones primero, y agradecimiento después. Felicitaciones porque no hay mejor manera de recordar y homenajear a quien fuera mi compañero de vida con gestión, con trabajo y con obras. Así que, felicitaciones. Y agradecimiento además (esto ya es un poco más personal), agradecimiento en mi nombre y el de mis hijos por haber recordado a mi compañero. También quiero agradecer al intendente de Avellaneda, al compañero Ferraresi, que también hace unas horas acaba de inaugurar el CCK en la Isla Maciel. Muchas gracias también en nombre de mis hijos por haber inaugurado esa obra, una réplica. Debe ser bastante más chiquita de lo que fue el CCK.

La verdad es que, cuando recibí la invitación de Mayra… No me gusta venir a los lugares donde hay cosas de él. Es fuerte y es difícil. Bueno, ¿qué voy a explicar? Pero esa misma noche escuché al Presidente (no silbemos ni chiflemos, se los pido por favor). Escuché al Presidente en una cadena nacional y la verdad que me decidí a venir acá, para reflexionar sobre este particular momento que vive la Argentina y esto que denominé el experimento anarco-capitalista y el inútil sacrificio al que está siendo sometido nuestro pueblo. ¿Por qué digo esto? Recién acaba de contarnos Mayra la historia de este lugar, que fue una Obra del Bicentenario suspendida con la llegada del gobierno de Macri en el 2015, luego reiniciada nuevamente y hoy re-inaugurada.

Hoy hay 2308 obras públicas en todo el país, a lo largo y a lo ancho, suspendidas. 119 obras paralizadas en universidades nacionales en todo el país. Entonces digo, hace exactamente 21 años, yo todavía estaba en Río Gallegos. No sabíamos los resultados pero siento como si estuviéramos en el juego de la oca y hubiéramos retrocedido hasta nuevamente el lugar de partida. ¿Por qué digo esto? Yo quiero que hoy la reflexión que hagamos no sea desde el dogmatismo ni desde la ideología. Lo que voy a contar, lo que voy a comparar, lo que voy a reflexionar es empírico. Absolutamente: lo vivimos. No es ideológico.

Sinceramente no creo en esto de la derecha, la izquierda. En Argentina nunca se pudo explicar la realidad ni desde la derecha ni desde la izquierda. Son categorías de pensamiento ajenas a nuestra historia, ajenas a la realidad. Provienen de los países dominantes, de los colonizadores, o colonizados. Así que, difícilmente, uno pueda desentrañar desde las mismas categorías del pensamiento lo que nos pasa. Pero la verdad es que cuando escuché por ejemplo congratularse por el déficit público del primer trimestre y… bueno, resulta que no pagaste el CAMMESA, la energía, cuando no pagaste las obras públicas, no pagaste lo que le debés a las provincias, no pagaste lo que le debés a las universidades… Es como si ustedes en su casa, después de no haber pagado la luz, el gas, el agua, las expensas, el alquiler, la señora que trabaja, la niñera, digan “tengo superávit”. No, hermano, no tenés un superávit. No es cierto. No es cierto. Mirá todo lo que debés, ¿superávit de dónde? No. No tenés superávit. Este superávit que no tiene sustento y que, además, plantea al déficit fiscal. Ojo… no quiero que digan que no estaba felicitando a los que tienen, no, no, no. Pero, creer que en la República Argentina el problema es el déficit fiscal es no entender la Argentina, la economía y el mundo. De todos los países del mundo, solamente tres —tres— tienen superávit fiscal. Hasta hace poco eran dos: Dinamarca y Noruega. Ahora se agregó Australia.

¿Saben cuál es el déficit fiscal más grande del mundo? El de Estados Unidos. Claro, tienen la maquinita de los dólares y unos cuantos portaaviones, con lo cual —entre la maquinita de los dólares y unos cuantos portaaviones—, sí, te podés dar el lujo de tener déficit fiscal y trasladárselo a todos los demás en el mundo. Obviamente, pero bueno… Tampoco vinimos a hacer una apología nacionalista ni nada que se les parezca, pero lo curioso de todo esto es que nos quieren presentar, a 21 años de la Argentina que recibimos el 27 de abril del 2003, las mismas politicas.

El lunes se va a tratar en la Cámara de Diputados la famosa ley de Bases, cuyos ejes principales son privatizaciones, reforma laboral, reducciones impositivas, etc, etc. Quiero contarles que cuando Néstor llegó a la Presidencia, cuando ese 27 de abril salió segundo porque se había caído el país, la convertibilidad un año antes, todo era privado. Hasta las jubilaciones, YPF, Aerolíneas Argentinas, todo, todo, absolutamente todo era privado. ¡Hasta las jubilaciones! Yo era diputada nacional, fui senadora desde 1995 y, permanentemente —sobre todo después del ’99—, comenzó a plantearse el déficit fiscal y el déficit cero. Y tuvimos déficit cero. En el año 2000 y 2001 descontaron sueldos, jubilaciones y tuvimos déficit cero. Y se cayó igual. Pero, vuelvo a reiterar para que nadie piense que estoy batiendo el parche contra el superávit fiscal: en este país, en los seis años que hubo superávit fiscal, gobernaba Néstor Kirchner y en el 2008 quien habla. Si, señores. A ver… superávit fiscal 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008. ¿Y qué pasó en el 2008? Y… ¡se cayó el mundo! Se cayó el Lehman Brothers. Crisis global a escala global. No se pudo sostener y más tarde, dos años más tarde, se nos invirtió la balanza energética. De un superávit de más de 4.000 millones de dólares en exportaciones energéticas, pasamos a tener que importar por la misma cifra. Éste fue el tema de por qué tuvimos déficit. No es que estemos defendiendo el déficit, pero por esto digo que esa hazaña, eso de la hazaña histórica y demás, ¿por un trimestre, hazaña histórica? Entonces nosotros, que estuvimos seis años, ¿qué somos? ¿Héroes nacionales? No, no, no. ?¿Qué somos, héroes nacionales? No, no.

Yo sé que a la militancia le gusta la heroicidad, pero no: hombres y mujeres de carne y hueso con responsabilidades especiales que se hacen cargo de la historia y le hacen frente con coraje, eso fuimos. No fuimos héroes. Y, fundamentalmente, con ideas claras.

Quiero también ser muy clara: nadie está desconociendo la legitimidad de origen del Presidente, ¿eh? Si hay algo que siempre he reconocido es la contundencia y lo inapelable que es el voto popular. Nadie está discutiendo, pero la legitimidad de origen necesita legitimarse también en la gestión y en los resultados de la gestión. Quiero contarles una anécdota referida a esta particular circunstancia de hace 21 años. Todos lo saben: Menem salió primero con el 24% de los votos, Néstor segundo con el 22%. Fíjense qué cosa… Si la elección, ésta que pasamos, fue una elección de tercios, aquella fue una elección de cuartos. Ninguno llegaba ni al 25% y el pelotón de atrás ni siquiera llegaba al quinto. Fue una elección de cuartos y quintos. Tal era la fragmentación que tenía la sociedad… había gente que se iba para no votar, al kilómetro 501. Sí, en la parlamentaria anterior había salido el voto salame, el voto clemente: desprestigio total. Todo privatizado, déficit cero. ¿Y entonces?

Lo de siempre. Se acabaron los dólares, había que garpar y cuando se acaban los dólares y hay que garpar, se cae la Argentina. Es la historia de los últimos 40 años, creo que esto tenemos que tenerlo muy claro. Les iba a contar una anécdota porque, en esos días, después del 27 de abril, como había una consigna de que se iba a reagrupar el voto, como se reagrupan los balotajes, comenzó a surgir el rumor de que quien había salido primero iba a renunciar para deslegitimar al gobierno que empezaba. Y justo llegó al país José Saramago, que era Premio Nobel de Literatura. Él y su mujer, Pilar del Río, querida amiga, yo nos los conocía todavía, y se hizo una cena en su honor en la casa de un importante empresario argentino, al que se invitó a muchísimas personalidades de los derechos humanos. Estaba Estela de Carlotto, intelectuales, periodistas, escritores. Y ya el tema era que «renuncia, renuncia, renuncia» al ballotage. “¿Qué van a hacer ustedes?” Esto no me lo olvido más. Me lo preguntaban todos, desde Pilar hasta la dueña de casa y los que estaban ahí. ¿Qué van a hacer si renuncia y ustedes quedan con 22% de los votos, con este quilombo de país? Y yo les dije, muy segura de mí misma, tan segura como era él, que no se preocuparan, que nosotros íbamos a tener no legitimidad de origen, porque teníamos apenas el 22 por ciento de los votos, pero que sí íbamos a construir legitimidad en la gestión defendiendo los intereses de la sociedad y haciéndonos cargo de las cosas que había que hacer. Porque, hermano, hermana, te puede haber votado el 60% de los votos pero, si después, cuando sos gobierno, la gente se caga de hambre, pierde el trabajo, aumenta la desocupación, no puede llegar a fin de mes… ¿de qué sirve? Esto es muy claro. Tan legitimado que de ese 22%, Néstor se fue con un 70% de imagen positiva cuando finalizó la primera presidencia. Pero quería decirles que, entonces, uno piensa que bueno… este es un gobierno entonces como el de aquel… No, tampoco. Un gobierno neoliberal como fue el menemismo (que él sostiene que fue el mejor Presidente de la historia y su ministro de Economía estrella, el mejor de Economía de la historia… Sin silbidos, no silbidos, no silbidos…

No se enojen. Que los rete —ya saben que yo soy media mandona—, no lo voy a perder nunca.

¿Y qué es, entonces, este gobierno? Tiene algunos puntos de contacto. Por ejemplo, relaciones exteriores, bueno, en aquella época eran relaciones carnales. Ahora no quiero ni mencionar la palabra con este Presidente porque puede dar lugar a una interpretación extravagante, pero bueno, nada… relaciones carnales. Se dio un episodio también internacional, igual que ahora, con el episodio de Medio Oriente entre Israel e Irán. En aquel momento no era Irán, el régimen teocrático de los Ayatolás, era Irak, con K. Y eran Sadam Hussein y las armas químicas. Y el gobierno de ese entonces, cuando Sadam Hussein ocupa Kuwait, Bush padre era Presidente de Estados Unidos, manda dos fragatas misilísticas argentinas a combatir al Medio Oriente. Mambrú se fue a la guerra…Mambrú se fue a la guerra… Hasta eso, también.

Privatizaciones… y ni qué hablar de estas privatizaciones a medias que llevan ahora. En aquel momento se privatizó todo el patrimonio estatal. Todas las hidroeléctricas. Todos los troncales. Para que tengan una idea: SEGBA, entre otras cosas, se dividió en la distribución entre Edenor, Edelap y Edesur. Fíjense la magnitud de lo que era el patrimonio estatal. Chocón, Cerros Colorados, Futaleufú. Todo, todo lo hídrico, las líneas telefónicas y es que nosotros estamos en contra de… Y cuando volvimos, ¿retrotrajimos todo y dijimos: “Todo vuelve al Estado”? No, no. Porque ni privatistas ni estatistas. ¿Qué recuperamos? Primero, agua y energía a través de una ley del Congreso porque la compañía francesa no cumplía y no había agua en todo el Conurbano bonaerense. No había una sola línea tendida. Recuperamos Aerolíneas Argentinas, pero ¿por qué recuperamos Aerolíneas Argentinas? Porque a la altura del año 2008 el Estado nacional pagaba el combustible de los aviones de Aerolíneas Argentinas que era de la compañía estatal Iberia, española, y pagaba los sueldos de todo el personal de Aerolíneas Argentinas. Cosa insólita, el Estado pagando combustible y todos los sueldos… O sea, no hubo más remedio que recuperar Aerolíneas Argentinas por el estado irregular. Y de YPF también, cuando Repsol había convertido a una compañía petrolera en una compañía financiera y entonces hubo que recuperar porque teníamos que recuperar la soberanía energética como realmente se recuperó a partir del año 2012. Mención aparte: paso un aviso, marzo (voy a hablar más adelante de eso), Vaca Muerta bate récords de producción. ¡Récord de producción! Casi 400.000 barriles al día. De nada, ¿eh? De nada.

Recuperamos también las jubilaciones, por una cuestión muy simple: el Estado estaba pagando el 60% de las pensiones. ¿Por qué? Porque las AFJP se quedaban con la crema, con los salarios más altos, y los salarios más bajos los pagaba el Estado. Absurdo. Y se recuperó, pero entonces, si todo aquello no dio resultado, además, en un marco internacional absolutamente favorable a ese proyecto neoliberal, en el ’89 cuando asumió Menem se cae el muro de Berlín, sale el Plan Brady que fue el salvataje que el Tesoro de los Estados Unidos hizo a los bancos que se habían endeudado con los petrodólares y lo presentó como que ayudaban a la deuda externa de los países de Latinoamérica. No, no, no. Rescataron a los bancos y clavaron a los jubilados italianos, alemanes, japoneses, que fueron con los que después tuvimos que discutir la reestructuración de la deuda. Ése fue el escenario internacional, pero además, en lo nacional, hubo un Plan Bonex que llevó todos los pasivos remunerados que hoy nadie se lleva, por lo pronto hasta ahora. Y hubo un plan, que es lo que le falta a este gobierno, por más que el Presidente se enoje y haga caritas y burlitas y todas esas cosas: no tiene plan de estabilización. Mire cómo se lo digo: no tiene plan de estabilización, que sí lo tuvo el gobierno anterior, que fue la convertibilidad. Una convertibilidad sostenida además por la venta del patrimonio nacional, y por el endeudamiento. Y por qué los economistas insisten tanto en él… Tienen razón. Porque Alfonsín también lo tuvo, el Plan Austral fue un plan de estabilización, duró poco. Pero, dato, la inflación iba al veinte… Miren que él hace unos cálculos, que no sé, termina uno no sé dónde.

La realidad es que, en 1985, junio de 1985, la inflación estaba en dos dígitos, entre el 25 y el 30%. Salió el Plan de…perdón, el Plan Austral, que hubo desagio, cambio de moneda y demás, y la inflación al mes siguiente fue de un dígito. Porque un plan de estabilización no es solamente una cuestión técnica, es una cuestión profundamente política y social. Los agentes económicos, los consumidores, los empresarios, la sociedad tiene que creer en eso para que tenga efectividad. Este no lo tiene. Solamente, un plan de ajuste. Pero entonces, si no es un plan neoliberal porque no tiene ninguno de los ingredientes, ni ninguna de las condiciones, ah, y además… Perdón, en esto no quiero se peyorativa, ni mala. A veces no es que sea mala, se me va la lengua y soy un poco dura en algunas expresiones. Pero, además de todas esas condiciones internacionales, nacionales, había un Congreso, había un Presidente con un partido político sólido, la Confederación General del Trabajo… y había un equipo. Cuando uno mira lo que hay hoy en todos los ámbitos, bueno, no es que le falta uno para el peso, le faltan 30, 40, 50 ó 90 para el peso. Realmente. No quiero ser peyorativa. Fíjense, termino yo elogiando al gobierno de Menem, que me echaron del bloque menemista. O sea, hablo de lo que conozco.

No estoy hablando de ideología o de lo que leí, hablo de lo que viví como legisladora y como compañera de quien fue tres veces gobernador, del ’91 hasta el 2003. Este el país que teníamos. Entonces uno se pregunta, bueno, pero si no es neoliberal, qué es entonces el anarco-capitalismo. Y ahora acá, creo que sí hay una pista en el discurso del Presidente en la cadena nacional del lunes. Él dijo el lunes que la recuperación y el crecimiento van a venir desde cuatro lugares. Petróleo, gas, minería y el campo. O sea, la agricultura. O sea, es un sector que tiene un crecimiento como acabo de señalar en Vaca Muerta, pero que tal como está desarrollado en nuestro país nos preanuncia una economía de carácter extractivista. O sea, llevarse todos los recursos naturales sin valor agregado, sin tecnología, sin industrialización. O sea, pre-capitalista. Porque me hace acordar a la Argentina del Virreinato del Río de la Plata, donde se llevaban todas las riquezas y no te quedaba nada. Entonces, más que anarco-capitalismo, me parece que suena a anarco-colonialismo. Y me parece que en eso no estamos de acuerdo. Porque estas actividades hoy son de carácter extractivo pero además: ¿alguien piensa que con estas cuatro actividades de carácter netamente extractivista vamos a generar trabajo de calidad para 47 millones de argentinos en serio?

No me dan los números. Porque por ejemplo en Santa Cruz, primera exportadora de oro y petróleo, pero son 9.000 empleos, aproximadamente. Y lo mismo pasa con el petróleo. Uno puede ir a Neuquén, pero los que trabajan en el petróleo, los trabajadores, con muy buenos sueldos, mineros, petroleros, pero qué vamos a tener. No nos va a alcanzar, y que ya empezó a pasar con el otro gran fenómeno que sí va a ser igual que el otro, que es el de la desocupación. Y yo sé que tal vez muchos argentinos se hayan desacostumbrado a la desocupación. Porque es cierto que a partir del año 2003 comenzamos con la industrialización y con un trabajo de plena ocupación, de que la gente tenga laburo. Pero lo cierto es que, cuando a Néstor lo eligieron, o salió segundo, mejor dicho, en un día como hoy, había 25% de desocupados. Un cuarto de la población estaba desocupada. Y es tremendo que el sueldo, como hoy, no alcance. Y como inclusive no alcanzó tampoco de nuestro gobierno, que fue el problema que tuvimos. Los veo acá a dirigentes sindicales de primera línea. Por primera vez el trabajo registrado con trabajadores pobres. Nunca había pasado. Y es feo y es malo. Pero peor que no te alcance el sueldo es no tener salario a fin de mes. Este el gran drama que se va a avecinar y que el Presidente debe comprender. El Presidente tiene que comprender que debe dar un golpe de timón a esta política. Esto del mercado que no tiene fallos. De que hay que dejarlo todo sin regulación.

¿Qué pasó con las prepagas? Tuvo que recoger línea y mandarse para atrás. Y no resolvió nada. Porque lo que debió haber hecho es advertir lo que estaba pasando, dejar sin efecto con un DNU la parte pertinente de prepagas en el otro decreto y retomar la capacidad del Estado para regular el precio de las prepagas, que fue una capacidad que establecimos nosotros a fines del gobierno, del primer gobierno nuestro, mío, en el 2011. ¿Y por qué recién en el 2011 se nos ocurrió regular las prepagas, por qué no lo hizo Néstor? Porque —muchachos, muchachas— cuando Néstor llegó a la presidencia era tal la mishiadura de este país, que nadie tenía prepaga. Tenían prepaga los que tenían guita, nada más. Al 2011 ya había pelechado mucha clase media y pudieron contratar la prepaga. Después se olvidan. Y se hacen antiperonistas, antikirchneristas, pero no importa. Los queremos igual. Los queremos igual. Los vamos a querer siempre. Y hoy la solución ya ni siquiera pasa por recuperar esas facultades en las prepagas. Las prepagas tienen que ser sometidas al régimen de la ley de seguros. Son seguros de salud. No se puede manejar más esas brutales sumas de dinero. Dicen que se funden todos. Y el que hasta hace poco era presidente de la cámara se cansó y no para de comprar todo lo que sea de salud, sanatorios… ¿Cómo que te fundís? ¿Cómo que vos vivís protestando contra la regulación porque te fundís y no te fundís nunca? ¿Cómo? ¿Cómo?

Es mentira. Y esto no convierte en mala gente a los empresarios. Tampoco estoy diciendo eso., estoy diciendo que cuando uno es empresario, lo único que le importa es la rentabilidad y tal vez está muy bien. Porque tiene que seguir produciendo. Nadie puede pedirle sensibilidad social a un empresario. No. Y no creo que sean insensibles. Tampoco. Son empresarios, el que tiene que tomar el rol ahí es la política y el Estado para regular y establecer una vinculación armónica en la sociedad. Armonía. Armonía. Pero entonces, cuál es el problema de este Presidente que dice que el mercado no tiene fallos, que los empresarios son héroes… El problema que tiene es que es muy dogmático. Entonces él quiere acomodar la cabeza al sombrero. No, Presidente, cuando el sombrero calza bien no achique la cabeza, agrande el sombrero. Es por ahí. Es por ahí. Y si lo hace lo vamos a ayudar porque nadie quiere que le vaya mal. Porque si le va mal a usted, le va a mal a todos los argentinos. Mire, se lo digo totalmente descarnada, pero también quiero que sepa, Presidente, que si quieren convertir de vuelta a la Argentina en un país donde se extraigan todas sus riquezas, donde no haya industrias, donde quieran ponernos una suerte de eliminación de toda la clase media, bueno mire, ahí me voy a declarar avatar. De color celeste y azul, hombres y mujeres de color celeste y azul como la bandera, para defender a la patria. A nosotros de colonia otra vez, no. Avatares. Otra vez no. De colonia otra vez no.

Y hablando de avatares azules… ¿Cómo andamos los avatares del movimiento nacional, popular y democrático? Andamos con algunas certezas que no teníamos en el 2019 con este gobierno. ¿Cuáles? Uh, un montón. ¿Quieren que les cuente? Les cuento. Primera certeza: ¿cuántas veces escucharon allá —estoy hablando hasta el 2019, ¿no?—, cuántas veces escucharon, de los contrarios a nosotros pero en nuestras propias filas había permeado, también, esto de los modales de Cristina? La intensidad de Cristina. Los modales. O los destratos, o no sé qué otras cosas más. O no sé qué otras cosas más. Bueno, convendrán que después de este Presidente, yo soy la condesa María Eugenia de Chikoff, ¿no? No me jodan más con esto. La verdad es que no eran los modales. Y bueno, así con los modales y todo, en realidad todos sabemos de qué se trataba, ¿no? De los que no pueden doblegarse, de los que no bajan la vista ante nadie y que no tienen miedo. Y esto no significa heroísmo, solamente creer en lo que uno hace.

En base a eso decidimos en el 2019 porque yo sabía, yo sabía por qué era, ¿no? Pero teníamos que reconstruir nuevamente el movimiento nacional, porque hubiera sido catastrófico en ese momento que quien había contraído la deuda que contrajo con el FMI, con todo lo que hizo que fuera… Yo tenía que garantizar bajo cualquier circunstancia que el movimiento nacional, el peronismo, el kirchnerismo… Porque, a ver, en el movimiento nacional hay peronistas que no son kirchneristas, kirchneristas que no son peronistas, peronistas como es el caso mío que fui toda la vida peronista pero bueno me llamo Kirchner, qué voy a hacer. Yo sé que algunos les molesta, pero qué se yo…no pienso abandonar el nombre, ni sacárselo a nadie. Pero bueno, ahí estamos. Con nuestro nombre y con la K a rastra, nos hacemos cargo de todo. Con las buenas y con las malas. Y armamos lo que armamos.

¿Y por qué la gente nos eligió en aquel 2019? Muy simple, porque se acordaba de cómo habían estado hasta el 2015. Por eso se ganó. El problema fue que alguno pensó que era por buenos modales que nos habían votado. Y no fue así. Entonces, cuando vos crees que fue por los buenos modales y que todo lo otro hay que dejarlo de lado… Y bueno, terminamos como terminamos. Me hago cargo también, de todo, como me hecho cargo toda la vida. No le echo el bulto a nadie. Pero voy de frente. No soy de las que tiran la piedra y esconden la mano. No, no, no. Me hago cargo de todo”.

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