El recuerdo histórico de Adrián Pignatelli
El servicio militar obligatorio: el
plan de Riccheri, las hipótesis de
conflicto y el final con el caso
Carrasco
Para él, era el proyecto ideal
para iniciar la modernización del Ejército y estar preparado en las hipótesis
de conflictos que se manejaban en torno a nuestros vecinos Chile y Brasil.
Cuando el presidente Julio
A. Roca lo leyó, y a sabiendas que habría resistencias, le aconsejó al
coronel Pablo Riccheri, su ministro de Guerra, que lo hiciera
revisar por el anciano general Bartolomé Mitre. Que sería bueno que
si el ex presidente sugiriese alguna modificación, se la incluyera antes de
elevarlo al Congreso, donde imaginaban que su aprobación no sería sencilla.
El olfato de Roca no se equivocaba. El servicio militar obligatorio sería el debate parlamentario más importante en 1901.
Riccheri fue a verlo a Mitre a
su casa de la calle San Martín, aquella que sus amigos le habían regalado
cuando terminó su presidencia. Delante suyo y tomándose su tiempo, leyó
atentamente el proyecto sin hacer un gesto ni abrir la boca. Al terminar,
dijo: “Su ley, coronel, es una verdadera ley de civilización”.
Era el empujón final para que
el propio ministro fuera al antiguo recinto del Congreso, en Balcarce e
Hipólito Yrigoyen, donde lo esperaba una ardua discusión, en el que le tocaría
defenderlo frente a generales, que eran legisladores, que tenían sus propias
ideas.
En 1994, 93 años después, la
ley sería derogada por el presidente Carlos Menem luego del resonante caso del
asesinato del soldado Omar Carrasco en un cuartel neuquino, mientras hacía “La
colimba”. Ese nombre se le puso al servicio militar obligatorio porque
conjugaba las primeras sílabas de las tres principales acciones que estaban
obligados a hacer los convocados: “Corre, limpia y barre”.
El inicio
El 13 de julio de 1900 Riccheri asumió como ministro de Guerra, una cartera que se había creado en 1898 cuando se desdobló Guerra y Marina. Egresado del Colegio Militar, había participado en la represión de la revolución de 1874 y en 1883 fue enviado a Europa. Fue agregado militar en Bélgica, donde hizo el curso de oficial de estado mayor y luego fue enviado a Alemania para la compra de armamento. Antes de ser ministro, era jefe del estado mayor de Ejército.
Sabía que para llevar adelante
una verdadera transformación del Ejército debía comenzar por
algún lado, y ese lado era el reclutamiento de soldados y cuadros e
instruirlos para llevarlos al mismo nivel que los mejores ejércitos del
viejo mundo. De sus años en Europa había traído las experiencias
reunidas en diversos cuarteles y sabía qué era lo que quería.
La cuestión radicaba sobre qué
esquema aplicar. Hasta entonces el sistema de incorporación era el voluntario,
hombres que se enganchaban en el ejército y hacían su carrera. Descartó el
sistema de milicias y se inclinó por el servicio militar obligatorio, que
significaba que todo ciudadano, en un momento de su vida, debía
dedicarle un tiempo determinado a servir en las fuerzas armadas.
En ese intento de armar al ciudadano en defensa de la patria y la constitución, Riccheri pensó la formación integral del individuo que se incorporaba: su educación, el respeto a los símbolos patrios, la disciplina, el trabajo y hasta la higiene, en un universo conformado por hombres nacidos en el país y por inmigrantes que habían comenzado a llegar a raudales a partir de 1869.
El ministro veía en este
sistema un medio para lograr la igualdad de clases. Debía romper algunas
resistencias que había en la sociedad y en muchos oficiales, a los que no les
convencía ese proyecto.
Pero bastó que se conociesen
los lineamientos de su propuesta, para que legisladores y generales se apurasen
a presentar las suyas en el Congreso, basados en el sistema de milicias
combinado con un voluntariado. Los diputados que quisieron tomar la delantera
fueron los generales Alberto Capdevila y Enrique Godoy,
ambos miembros de la comisión de guerra de
Cuando tuvo las adhesiones
necesarias de políticos y antiguos oficiales veteranos de
El 4 de septiembre de 1901
comenzó la discusión de dos iniciativas: la de mayoría, que era el de la
comisión de guerra y la suya, de la minoría.
Los debates se prolongaron
hasta el 11 de octubre, donde se celebraron veinte sesiones públicas y
una secreta, en los que se pusieron de relieve los argumentos a favor y en
contra, y fueron determinantes los argumentos del propio Riccheri en
Luego de aprobado en Diputados,
en
Sin embargo, el 6 de diciembre
fue aprobado el proyecto y nacía la ley 4031 que establecía un
servicio de dos años para todos los varones de 20 años.
Fue en la década del 70 que
comenzó con el sistema de los sorteos, de acuerdo a los tres últimos números
del documento nacional de identidad.
El fin
La muerte del soldado Carrasco marcó el fin del servicio militar obligatorio. Carrasco había nacido en Cutral Có el 5 de enero de 1976 y el 3 de marzo de 1994 había sido incorporado al Grupo de Artillería 161 en Zapala. Tres días después, desapareció. A los padres, Sebastiana y Francisco, un soldado les dijo que su hijo había desertado, cosa que extrañó por su carácter sumiso e iniciaron una campaña en la que reclamaban por la aparición de Omar.
Un mes después su cuerpo
apareció en un descampado, a unos setecientos metros del cuartel, lo que
extrañó porque había sido una zona que había sido rastrillada. Tenía el torso
desnudo, un ojo destrozado y varias costillas rotas.
Según la cuestionada
investigación judicial, apenas incorporado, Carrasco habría sido sometido a lo
que en la jerga se lo conoce como “baile”, esto es someter al soldado a
ejercicios físicos extremos, por el subteniente Ignacio Canevaro,
que era el oficial de semana, con la complicidad de dos soldados que estaban
por irse de baja.
Tras la investigación y juicio,
el 4 de julio el juez federal de Zapala Rubén Caro, procesó a Canevaro y a
Cristian Suárez y Víctor Salazar –dos soldados de la clase anterior- por el
crimen. El Tribunal Oral Federal de Neuquén condenó al primero a una pena de 15
años y a los soldados a 10 años , mientras que el sargento Carlos Sánchez fue
condenado a tres años de prisión por encubrimiento. En noviembre del 2000
Suárez y Salazar fueron liberados y en febrero del 2004 Canevaro, quien siempre
insistió en su inocencia, y le echó la culpa por la muerte del soldado a la
mala atención que Carrasco había recibido en el hospital de la unidad militar.
La investigación dejó al descubierto una trama de encubrimiento,
pero en junio de 2005 esta causa prescribió y los siete militares involucrados
terminaron siendo sobreseídos.
Ya antes del caso Carrasco,
eran temas de discusión su duración, y los casos de excepción por
cuestiones religiosas, morales o filosóficas que esgrimían los que se negaban a
cumplir el servicio militar obligatorio.
En la reunión de gabinete
celebrada en la quinta de Olivos el 10 de junio de 1994, el presidente Carlos
Menem se convenció, luego de escuchar a los ministros de Defensa Oscar
Camilión y de Economía Domingo Cavallo de que era factible eliminar el servicio
militar obligatorio y que podía hacerse inmediatamente. Convocados los
periodistas, les anunció que “he dispuesto la eliminación del servicio militar
obligatorio lo más rápido posible y su sustitución por fuerzas armadas
totalmente profesionalizadas”. El 31 de agosto de 1994, hace 30 años, Menem
firmó el decreto por el que terminaba “
El 5 de enero de 1995 quedó
promulgada la ley 24.429 de servicio militar voluntario. Era el fin a
más de 90 años de un sistema que entonces se pensó para robustecer a las
fuerzas armadas pero que había sucumbido por el imperio de las circunstancias.
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