Picada de Noticias en el recuerdo
La reflexión
de Martín Granovsky
Ahora se llama Lula Libre (*)
Ya
no se llama más Lula. Ahora se llama Lula Libre. Hasta las 17.50 del
8 de noviembre de 2019, Lula Libre era una consigna. Un reclamo mundial. Todo
cambió cuando ese tipo simpático que ama abrazar y que lo abracen traspasó la
reja, dejó atrás el presidio y, a los 74 años recién cumplidos, convirtió la
consigna en una vida nueva.
Hay
mucho de la vida vieja, claro. A las 9 de la mañana del sábado Lula
Libre estará en el mismo lugar de donde
El
sindicato es, también, el que produjo al mejor Lula. El tipo que tensa y
negocia.
El sitio donde Lula inició su ejercicio político de padre y madre al mismo
tiempo, según lo definió en el Te Quiero de la 750 su amiga de
los últimos 42 años Clara Ant. El sindicato fue su escuela de solidaridad y a
la vez de realismo. La mesa de arena donde aprendió a leer tantas veces la
correlación de fuerzas y donde tantas veces se propuso cambiarla. Lula
Libre marca la nueva vida del hombre que, como presidente, protagonizó la mayor
epopeya latinoamericana de pelea victoriosa contra la pobreza. Más de
30 millones de personas que accedieron al trabajo, a la electricidad, a veces a
la casa o al auto e incluso al agua. Solo una mirada frívola puede desconocer
que, en un país esclavócrata, ésa es una revolución que no haría, y de hecho no
hizo, el Banco Mundial.
En
la libertad de Lula no solo pesó el Derecho de seis jueces supremos contra
cinco. Pesó
la presión internacional, donde el comité argentino estuvo en primer lugar.
Gravitó el movimiento cada vez más sólido de organizaciones como
Junto a
la alegría por la libertad quedan otros datos. Sombríos. Mientras Lula
estuvo preso Jair Bolsonaro se hizo presidente, y nadie puede saber si lo
hubiera sido con Lula candidato y no reo. Fue aprobada una reforma laboral
que consagra el trabajo intermitente. El Congreso sancionó una reforma
previsional que no concede derechos universales al que tiene aportes
insuficientes. El superministro de Economía Paulo Guedes impuso la subasta de
áreas petroleras del pré-sal, el yacimiento petrolero de las profundidades que
Lula había concebido como un fondo para elevar los niveles de salud y educación
en las próximas décadas.
¿Todo
esto significa que Bolsonaro ya fue? ¿Que está naciendo una nueva articulación
que tiene como vértices a los generales del vicepresidente Hamilton Mourao,
a
Nada
está dicho. Salvo Lula Libre.
(*) Página/12
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