La columna política de Mónica Gutiérrez
Un presidente blindado
Esta semana al oficialismo le
“sacaron la ficha”. Y no fue precisamente una ficha limpia. La
implementación del toma y daca de la política parlamentaria
quedó expuesta.
La ausencia de ocho legisladores
de LLA en el segundo intento de tratamiento del proyecto impulsado por el PRO
terminó en escándalo. A la hora de las definiciones, la astucia electoral se
impuso a la defensa de valores y principios.
“Se cayó la sesión porque la
impunidad es muy poderosa”, dijo Silvia Lospennato.
La legisladora del PRO expresó
la desazón que produjo en las filas del macrismo el hecho de que, con claro
apoyo del oficialismo, se abortara la posibilidad de tratar el proyecto que
impide que quienes tienen sentencia judicial con doble conforme puedan integrar
listas para cargos electorales.
“A Cristina la quieren viva”
fue la inmediata interpretación que la oposición hizo de la movida.
La estrategia del oficialismo,
siempre según esta lectura, es trabajar sobre un escenario de extrema
polarización para llegar a las elecciones con dos opciones nítidas y
el centro político pulverizado.
La idea de sacar a CFK de la
cancha por la vía electoral es una obsesión para el libertario. La metáfora de
ponerle el último clavo al cajón del cristinismo apunta en ese sentido.
Nada que facilite la victimización, ningún argumento que pueda sonar a proscripción. Derrumbar al kirchnerismo de una sola vez y para siempre en las urnas parece ser el objetivo. Una jugada que muchos definen como muy riesgosa: un arma de doble filo.
El entendimiento entre
los libertarios y el kirchnerismo quedó al descubierto, expuesto en su
procacidad. Principio de revelación, le llaman: de la radicalización ideológica
al pragmatismo electoral.
Para Rodrigo de Loredo, titular
del bloque de
Por los lilitos, se expresó
Juan Manuel López: “Están dispuestos a perder la elección por una táctica de
corto plazo que le puede hacer muy mal al país. Ese es el acuerdo y se acaba de
consolidar”.
Javier Milei se había
pronunciado en la apertura de las sesiones ordinarias a favor de la “ficha
limpia” y la pérdida de todos los beneficios relacionados con su gestión en el
caso de los condenados por corrupción. Por el momento, el oficialismo solo hizo
honor a esto último.
Quitar a CFK la jubilación
de privilegio fue un golpe impecable en términos de desprestigiar a la
oponente con la que se pretende confrontar. Resulta patético ver a la ex
vicepresidenta intentando recuperar la millonada mensual que se le decidió
retirar.
Sobrevuela la sospecha de que
el combo de un acuerdo interno, a cambio de la inmunidad cristinista, incluye
la eliminación de las PASO. Esta iniciativa, bien recibida por la
opinión pública, resulta funcional al dispositivo centrifugador de las fuerzas
del centro político y libera a CFK de una confrontación interna en su espacio,
jaqueado por un tembladeral. Dos pájaros de un tiro.
Un acuerdo relacionado con el
ingreso de nuevos jueces a
Los amarillos quedaron
descolocados. El oficialismo asestó un golpe demoledor al macrismo. La
relación entre LLA y el PRO quedó dañada en su línea de flotación.
La confusa relación personal entre Javier Milei y Mauricio Macri entró en una zona de toxicidad. Macri se quedó sin la prueba de amor: seducido y abandonado.
La ausencia en el recinto de
tres legisladores del PRO reavivó en el macrismo las sombras de la deslealtad.
El bloque oscila al borde de la fractura.
Todo muy amargo para el ex
presidente, principal aliado de LLA, quien ve cómo su poder de fuego se le
escurre inexorablemente. Muy ingrato para quien no solo acompañó
Los que suelen hurgar en la
trama parlamentaria aseguran que el presidente Milei puso en la mira a Emilio
Monzó en las vísperas del tratamiento de la insistencia por
Según este relato, el diputado
de Encuentro Federal le propuso a Mauricio Macri liderar el centro opositor si
sumaba los votos amarillos en contra del veto. Desde la perspectiva libertaria,
la promulgación de la ley habría adquirido una dimensión destituyente debido a
su impacto en el déficit cero, un objetivo central para la gestión libertaria.
Macri, con su acompañamiento, abortó de plano esta posibilidad.
El bloque de Encuentro Federal
también quedó expuesto en sus diferencias. Con seis ausencias, Miguel Ángel
Pichetto picó en punta. Se definió en contra sin mayores reparos, mientras que
Nicolás Massot explicó en las redes sus razones: “No me presto a pantomimas”,
dijo, denunciando un pacto entre el kirchnerismo y los libertarios.
En el bloque de “los
oficialismos” provinciales brilló Pamela Caletti. Lo de la salteña,
quien comanda el bloque de Innovación Federal, destaca por su
sofisticación argumental:
“No estamos de acuerdo con el
show oportunista de pegarle a un sector político y cubrir a quienes les
financian las campañas. Para que haya corrupción, uno cobra y otro paga.
Oportunismo low cost con apariencia de moralidad”. La excusa
para no sacar de juego a los corruptos es, cuanto menos, rebuscada.
La jugada de los libertarios de
vaciar la sesión por la ficha limpia también podría estar relacionada con la
advertencia de Germán Martínez, jefe del bloque de UxP, quien señaló que si
insistían con el proyecto que excluía a CFK de la carrera electoral, no
apoyarían la reelección de Martín Menem como presidente de
La oposición arde de ira contra
el riojano por su premura al levantar las sesiones sin el menor margen de
tolerancia horaria. El menor de los Menem quedó ahora a merced de los
kirchneristas para renovar su mandato. Todo tiene que ver con todo.
Milei salió a frenar las
especulaciones sobre la existencia de un pacto entre los libertarios y los
kirchneristas. Calificó las versiones del pacto como delirantes y
mentirosas. Milei llamó a la desconsolada Silvia Lospennato y se
comprometió a “empujar un nuevo proyecto de ficha limpia”. Según Milei, hay que
trabajar en una iniciativa nueva, más pulida en términos técnicos.
“Fue un chat, solo un chat”,
dijo dolida Lospennato. “Yo creo en la palabra del Presidente. A riesgo
de sentirme burlada, voy a esperar a la reunión técnica”. Todo está por verse.
Este viernes,
En lo inmediato, se sabe que el
Gobierno llamará a sesiones extraordinarias, que el tratamiento del
Presupuesto no estará incluido y que los aliados del “submarino amarillo”, que
a estas alturas están en el fondo del mar, no han sido ni consultados ni
informados acerca de qué proyectos serán puestos a consideración.
Mientras estas disputas
sobresaltan la superficie analógica de la escena política, en las profundidades
digitales de la web, la “soldadesca” de la batalla cultural libra sus
escaramuzas.
“En Argentina, solo la celeste
y blanca”, reza un posteo del presidente de LLA en Santa Cruz. La pieza
mediática incluye la imagen de una bandera LGTB envuelta en llamas.
Zarpadísimo, el también titular
del PAMI local sigue a pie juntillas las consignas que, para los militantes de
las “fuerzas del cielo”, baja el ideólogo del libertarianismo, Agustín Laje.
“Dios, Patria y Familia”. Duros contra la cultura woke,
a militar teléfono en mano contra todo lo que exprese diversidad.
En línea con estas consignas,
ya se habla de eliminar los cupos de género en el Estado. El tema llevó al
Subsecretario de Medios, Javier Lanari, a intervenir en las redes:
“Motosierra a los cupos
ideológicos y discriminatorios en el Estado. Ningún aparato reproductor puede
definir las capacidades y la idoneidad de las personas”. Lo de “aparato
reproductor” es tan burdo como pretendidamente sutil. Por el momento, nada se
dice de las personas con discapacidad.
Otra novedad de la semana es
que el Gobierno planea eliminar la vigencia de los documentos no
binarios. La medida saldría por decreto en diciembre, argumentando que
se realizaron menos de 2.000 trámites desde 2021, cuando entró en vigencia esta
opción consagrada en
“Necesitamos enfrentar todas
las agendas de la cultura woke: la de los feminismos radicales, la
ideología de género, el indigenismo, el ambientalismo radical, el racismo
invertido. Todas causas que pueden hacer un daño tremendo”, dijo Laje en su
encendida arenga durante el lanzamiento del “brazo armado” del mileísmo.
Cuando Laje bajó esta línea de
acción frente a los “celestiales”, usó como ejemplo la experiencia chilena.
Según el autor de Globalismo, Sebastián Piñera se distrajo en las
cuestiones del liberalismo económico y desatendió el avance del wokismo,
lo que permitió que el “zurdaje” trajera a Boric al poder.
Fueron justamente las
diferencias con Gabriel Boric en la reunión del G20 las que utilizó el mileísmo
para justificar el desplante que, por orden del Presidente, el canciller
Werthein le propinó al Papa Francisco al ausentarse del acto por el 40.º
aniversario del acuerdo de Paz y Amistad con Chile.
No todos creen que Boric sea la
cuestión de fondo de esta descortesía. Es probable que, en un año electoral, la
presencia de Francisco, con sus discursos afines al “pobrismo” y sus alusiones
al “gas pimienta”, no resulte funcional al oficialismo. La golpiza simbólica
que esta semana recibió el Papa argentino parece desalentadora para cualquier
iniciativa que contemple su visita a estas pampas.
También
El atraso cambiario, la
apertura comercial y la persistente suba de costos preocupa a los industriales, que temen desequilibrios que los perjudiquen y piden
“nivelar la cancha”.
José Luis Espert, que viene cargadísimo en los últimos días, cortó de
cuajo cualquier reclamo por las ausencias con un posteo poco elegante:
“Caraduras… caras de piedra para vendernos cosas caras y de mala calidad
durante décadas y décadas de miseria espantosa… ¡Váyanse a cagar!”.
Lejos de otros diciembres calientes, nadie
espera que se produzcan desbordes o revueltas violentas. Según un
connotado intendente peronista del conurbano profundo, el segundo cordón está
contenido. Ni el presidente Milei ni el ministro Caputo parecen tener
preocupaciones inmediatas en este frente.
“La gente la está pasando mal,
se ha perdido poder adquisitivo, pero nadie está pensando en revoluciones. La
ayuda oficial para los más vulnerables baja en tiempo y forma, y tanto los
montos que se otorgan por
Nada de lo que Milei haga o
diga en estos días parece afectarlo. El Presidente está blindado. Lo recubre una aureola epifánica. La imagen
positiva del jefe de Estado se mantiene en alza al compás de la baja de la
inflación, la estabilidad del dólar, el estrechamiento de la brecha cambiaria y
la disminución del riesgo país.
No hay plata, pero tampoco
tiempo. El Gobierno avanza sin reparar en detalles ni delicadezas. Es el
momento de privilegiar las prioridades. Con la carga puesta en la economía y la
indemnidad que otorgan los números de acompañamiento de la opinión pública,
sigue adelante sin permitirse frenar en las curvas.
“Esto es exactamente lo que
voté”, repite con fervor de letanía el rezo laico de las “fuerzas del cielo”.
Milei tiene quien lo cuide.
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