La explicación de Sebastián Fernández
ERROR CONCEPTUAL
El 13 de octubre de 1946, un año y medio
después de finalizada
Ya desde el preámbulo, los constituyentes
fijaron el contexto histórico: “Tras la victoria de los pueblos libres sobre
los regímenes que intentaron esclavizar y degradar a la persona humana, el
pueblo francés proclama una vez más que todo ser humano, sin distinción de
raza, religión o creencias, tiene derechos inalienables y sagrados”. Pero
Para millones de trabajadores, esa seguridad
material requería la garantía de una remuneración mínima. Con este espíritu se
estableció el Salario Mínimo mediante la ley del 11 de febrero de 1950. La
norma, modificada a principios de los años ‘70, sigue vigente, luego de haber
transitado una nueva reforma constitucional en 1958 (la que dio lugar a la
actual Quinta República). Cada año, el gobierno francés establece el Salario
Mínimo por decreto, en función del aumento de costo de vida.
En diciembre de 1945, cinco años antes de
que Francia lo estableciera, el secretario de Trabajo y Previsión Juan D. Perón
instauró el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) por decreto-ley. No sin cierta
astucia política, el texto refiere al Preámbulo de
Cuatro años más tarde, la Constitución de 1949 incorporó, al igual
que
Hace unos días, y luego del fracaso de las
negociaciones paritarias, el gobierno de la motosierra fijó de manera
unilateral el Salario Mínimo, Vital y Móvil, que quedó realmente mínimo y poco
vital en –redondeando– 280.000 pesos mensuales para trabajadores con jornada
completa. Recordemos que de acuerdo al INDEC (Instituto Nacional de Estadística
y Censos), una familia de cuatro miembros necesitó en noviembre más de un
millón de pesos para no ser pobre.
Según Hernán Letcher, director del Centro de
Economía Política Argentina (CEPA), el poder adquisitivo del Salario Mínimo
Vital y Móvil fijado por el gobierno, corresponde al 47,7% del SMVM de enero
del 2018.
El Vocero
de Adorno se jactó de ese monto, considerando que el aumento
fue significativo, y lamentó que todavía exista un salario mínimo, es decir, un
piso fijado por ley: “Tener un salario mínimo es un error conceptual (...)
porque si hay personas que están dispuestas a trabajar por menos de ese
salario, el esquema no te permite contratarlas”. Y agregó, ya en pleno frenesí,
“esperemos que cuando
Una vez más, nuestra derecha –hoy extrema
derecha– hace referencia a una “normalidad” imaginaria, al menos en los países
que considera “serios” y dice querer emular. Sólo la alergia tenaz a la
historia reciente explica que algunos asimilen el manual neoliberal que hoy
volvemos a padecer, a los modelos proteccionistas impulsados por los países
desarrollados.
En ese sentido, las preocupaciones de los
legisladores franceses de posguerra (“la protección de la salud, la seguridad
material, el descanso y el ocio”), no diferían mucho de las de Perón, que
defendía el “derecho de los trabajadores al bienestar”. La furia antiperonista
logró, sin embargo, que éste sea visto como un tirano, mientras aquellos eran
vistos como representantes de un modelo tan virtuoso como anhelado (al menos en
teoría).
El Presidente
de los Pies de Ninfa nos promete ser Francia si le damos las
décadas de gobierno necesarias para lograrlo. Es decir, para convertirnos en un
país que estableció hace casi 75 años el “error conceptual” del sueldo mínimo,
pero que además sostiene todo tipo de subsidios para los trabajadores –al
transporte público, a la energía, a la salud y educación públicas, a la
cultura, al ocio–, el primer paso consistiría en destruir el Estado que
garantiza dichos derechos y establecer sueldos de miseria.
Como la curación por las gemas, es sólo
cuestión de fe.
(*) El Cohete a
29/12/024
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